
Se llama Pierre-Andréas Berndt, músico, y ha estado conmigo pared con pared lo que lleva el otoño en Sanlúcar. Él, en su mundo; yo, en el mío, cada uno buscando su inspiración. Hoy se ha ido como un gato invisible. Me dejó una canción y, yo a él, un poema de Manuel Machado que siempre me hubiera gustado escribir, Pierrot y Arlequín. Pierre y Daniel son Pierrot y Arlequín, ¿o no?
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Pierrot y Arlequín,
mirándose sin
rencores,
después de cenar,
pusiéronse a hablar
de amores.
Y dijo Pierrot:
–¿Qué buscas tú?
–¿Yo?
¡Placeres!
–Entonces, no más
disputas por las
mujeres.
Y sepa yo, al fin,
tu novia, Arlequín.
–Ninguna.
Mas dime, a tu vez,
la tuya.
–¡Pardiez!
¡La Luna!
(Manuel Machado)
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Pierrot et Arlequin,
sans regarder
rancunes,
après le dîner,
ils se tenaient à parler
de l’amour.
Et Pierrot dit:
–Que cherches tu?
–Moi?
Pleasures!
–Alors, pas plus
litiges
les femmes.
Et je sais que, à la fin,
votre petite amie, Arlequin.
–Aucun.
Mais dites-moi, à votre tour,
la tienne.
–Parbleu!
La lune!
(Manuel Machado)
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