Etiqueta: Marruecos

lucha de clases y bienvenidos, refugiados.

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Vean, si no la han visto, la película Lucha de clases (Francia, 2019, 103 min). Donde ‘clases’ sociales pongan ‘clases’ de aula de colegio en enseñanzas que pueden ser –como en España (España lo copió de Francia)– pública, privada o concertada. ¿Para cuándo la única?

Sobre esa base se monta el pastel que también nos afecta: la inserción en el aula de población inmigrada: argelinos, negros, africanos, musulmanes, judíos, asiáticos, polinesios, patrias donde Francia puso su bandera y sus cañones coloniales. Recordemos que Francia (la República laica), a rebufo de Inglaterra, fue pionera en inventar estados confesionales (Israel, 1948), repúblicas islámicas o estados islámicos (Pakistán, 1956; Mauritania, 1958).

Por eso contrastan el ¡Bienvenidos, refugiados! con el Bienvenues, réfugiés! o el Welcome, refugees! Mientras Inglaterra y Francia constitucionalizaban Commonwealth y Union Française (antes Imperios inglés y francés) [1], nada igual en España pasó ni pasaría. La última Constitución española que contempló provincias de ultramar que no fueran Ceuta y Melilla, fue la Pepa de Cádiz, en 1812, y esa la barrió a cañonazos el amiguito USA cuando el Desastre del 98 (1898). El Protectorado Español de Marruecos, capital Tetuán, fue acuerdo franco-español contra Marruecos de 27 de noviembre de 1912 (hasta 1958) y fue tan siniestramente llevado que más cuenta la Historia de la Guerra de Marruecos (1859/60), del Desastre de Annual (1921), de la Guerra del Rif (1911/1927 : 16 años) o de África como escuela de dictadores: Primo de Rivera o Francisco Franco Bahamonde. [2]

La inmigración en Francia o Inglaterra se divide en dos: de origen territorios de ultramar y de otros. La inmigración a España no tiene denominación de origen: nuestro ultramar sería la América española que hoy es Estados Unidos o son estados que nada quieren saber de volver a estar bajo la Corona española.

Los problemas de convivencia que Lucha de clases bordea o toma a broma (que si el alumno puede comer cerdo; que si la madre tapada esconde un cuerpazo atlético que puede salvar vidas), como todo en Francia, tiene un sentido más sincero y más hondo, más asentado. Mientras en Francia el burca o el burquini pueden ser preacuerdos metrópoli colonia (consabido que la emigración a Francia traía en su cabeza), aquí en la España de ni fu ni fa (en parte metrópolis y en parte colonia) el ¡Bienvenidos, refugiados! bien podría cambiarse por ¡Descolonización de Ceuta y Melilla!, por ¡Gibraltar, español! o por ¡Bases no, Otan fuera!

El ¡Bienvenidos, refugiados!, que Podemos colgó en los Ayuntamientos que pudo, no tiene pie en la Historia sino en el populismo del Estado del Bienestar, ese que tiene por duda ¿Y a mí, quién me paga? El ¡Bienvenidos, refugiados! (a esta Españavirus, más mísera y con menos bienestar per cápita) tiene la misma relevancia mundial que ‑por la derecha‑ tuvo la presencia de Aznar en el Trío de las Azores ante la Guerra de Irak. [3] PP y Podemos, cada uno desde su lejano extremo, por igual desconocen la Historia de España. Y quien desconoce la Historia, ya saben…

[1] Preámbulo Constitución francesa 1946: «Francia forma con sus pueblos de ultramar una Unión fundada sobre la igualdad de derechos y deberes, sin distinción de raza ni de religión : La France forme avec les peuples d’outre-mer une Union fondée sur l’égalité des droits et des devoirs, sans distinction de race ni de religión.» La Unión Francesa surgió como respuesta a la Carta de las Naciones Unidas del 25 de agosto de 1945 y al modelo británico de la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth, también de 1946. Según la Constitución, la Unión Francesa debía procurar el desarrollo de la civilización y cultura comunes así como permitir el acceso a la autonomía y a la democratización de los pueblos, rechazando las prácticas colonialistas.

[2] El Desastre de Annual (1921) fue una importante victoria para los rifeños comandados por Abd el-Krim, entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cerca de Annual, entre Melilla y la bahía de Alhucemas. La batalla ocasionó la muerte de alrededor de 11.500 miembros del ejército español, 9.000 de leva y 2.500 rifeños afectos a España, más de la mitad ejecutados tras rendirse. Esta derrota redefinió la política colonial de España y socavó los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso Trece. El malestar por el desastre de Annual fue una de las causas del golpe de Estado y la dictadura de Miguel Primo de Rivera. La amnistía regia de 1924 hizo que no se depuraran responsabilidades y los culpables quedaran impunes. Tras esa derrota, la guerra continuó durante seis años. En mayo de 1926 Abd-el-Krim se rindió y el 10 de julio de 1927 finalizaron los combates, al producirse la pacificación total del territorio, que permaneció bajo dominio español hasta la independencia de Marruecos en 1956.

[3] Previa a la Guerra de Irak (2003-2011), Cumbre de las Azores, 15 de marzo 2003: George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar. Ofició de anfitrión Durão Barroso, presidente de Portugal.

Juan Goytisolo o el bipartidismo cultural.

/ palabras para Álvaro /[1]

Juan Goytisolo no odiaba España. Al revés. Como intelectual (pomposo título), necesitaba España para el “me duele España” a lo Unamuno. Y se lo disputaban Seix‑Barral, Destino, Alfaguara, Mondadori, Planeta, Aguilar, Galaxia Gutemberg, El País o Televisión Española, por no hablar de la poderosa Gallimard ‑editorial para la que trabajó algún tiempo‑, Ruedo Ibérico o Fondo de Cultura Económica. Ocurre que ciertos intelectuales necesitan que la derecha los odie, a mayor malditismo, heterodoxia o gauche divine, que también venden. Y ya tenemos el cuadro del exiliado interior, tan magnificado por la izquierda como el exilio republicano.

De Juan Goytisolo, me quedo con algunos poemas y con La Chanca (1962) y con Señas de identidad (1966), muy por debajo de Tiempo de silencio (1962), de ese Luis Martín‑Santos nada enfant terrible y nada gauche divine. Con Tiempo de silencio, Martín‑Santos, militante Psoe, dio lección y puso cima. Sin embargo, durante años, Goytisolo le hizo sombra dentro del programa de lecturas en COU Literatura, al darse a elegir, a cada instituto o colegio, entre Señas de identidad y Tiempo de silencio, novela que en la privada odiaban por su supuesta exaltación del aborto. Nunca oí a Goytisolo pronunciarse al respecto. Claro, que estar en COU le aseguraba unos jugosos ingresos, casi tantos como un libro de texto.

Otra vertiente tuvo Juan Goytisolo que yo seguí hasta que dejé de leer sus artículos en El País. De esa vena pontificante, allá quien crea en las Tres Culturas en que él creyó. A mí me parece evidente (a atentado yihadista por día) que tres culturas, tres civilizaciones o tres orillas ‑como lo quieran llamar‑, todo es operación de la Cía y del Grupo Prisa, de las oenegés, o veneración por costumbres muy machas, algo que suele atraer a exquisitos mariquitas occidentales. La vida de Juan Goytisolo Gay en Marrakech fue coherente pero, con ojos de mujer, se ve otro Marruecos, y ahí está La vida perra de Juanita Narboni. [2]

Conozco pocas biografías capaces de conjugar con dignidad, o cinismo crítico, nuestras contradicciones, que van desde lo que nos gusta (en la cama, en la mesa o en nuestra cuenta corriente), a lo que nos gustaría para la humanidad, y por ello se lucha. Con su exaltación de un oriente idílico ‑ese sufismo‑, Juan Goytisolo quiso hacer un discurso ético en una España a la que supo jugar, más que juzgar. La cultura del bipartidismo ha perdido a uno de los suyos. Dicho lo cual, descanso en paz, Alvarito.

Daniel Lebrato, 4 de junio 2017.

PD. De los tres Goytisolos (José Agustín, Juan y Luis), las Palabras para Julia, de José Agustín.

[1] Álvaro Martín, de Sevilla Web Radio y Zafarrancho Vilima, quien, una vez que eLTeNDeDeRo calificó a Goytisolo de “santón de izquierdas”, nos hizo llegar este comentario: «Pues he leído críticas furibundas de seguidores de derechas que tengo en mi Facebook. Por lo visto, le reprochan que odiara a España.» Se pueden tener seguidores de derechas, pero no cerriles ignorantes.

[2] Junto a Goytisolo desfilan por la pasarela marroquí escritores como Jean Genet, Paul Bowles y el lado gay de la Generación Beat: Tennessee Williams, Truman Capote, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, William Burroughs, Gore Vidal, Gregory Corso, Djuna Barnes o Cecil Beaton. Luego vendría el Tánger de Ángel Vázquez y de La vida perra de Juanita Narboni (1976).


3 culturas.

Hace tiempo me declaré objetor de todo lo que suena a tres culturas, con Iglesia, Psoe y tapadismo islámico al fondo. La única concordia entre las tres orillas será la de una sociedad civil ya sin militares ni religiones que guarden las fronteras del reparto y sin políticos que nos vendan el producto. Todo lo demás me suena a falso.

danieL*Lebrato