Vamos a analizar el uso de la palabra hombre durante esta oración: «La pandemia ha revelado que al trabajo del hombre se le sigue dando prioridad: cuando los dos miembros de la pareja teletrabajan, los lugares silenciosos, como despachos o habitaciones, se reservan para ellos, y la cocina, el comedor o el salón, para ellas.»
En la primera parte (la pandemia ha revelado que al trabajo del hombre), hombre entendido como humanidad podría ir por la acepción 1 del DLE: ser animado racional, varón o mujer, género humano, personas o seres humanos.
Luego resulta que, leída la segunda parte (cuando los dos miembros de la pareja teletrabajan), ese hombre deja de ser varón o mujer y pasa a DLE 2: varón o persona de sexo masculino; también 5: marido o pareja masculina.
Tampoco está de más recordar que la palabra pareja (conjunto de dos personas y especialmente el formado por hombre y mujer y nombre adjetivo que se da a cada una de las personas que forman esa pareja) tiene su masculino parejo que -diga lo que diga la Academia- nada nos impide usar en masculino.
La redacción quedaría:
«La pandemia ha revelado que al trabajo del varón (o parejo) se le sigue dando prioridad: cuando los dos miembros de la pareja teletrabajan, los lugares silenciosos, como despachos o habitaciones, se reservan para ellos, y la cocina, el comedor o el salón, para ellas.»
«Los hombres en el despacho y las mujeres en la mesa del salón: cómo el teletrabajo ha evidenciado la desigualdad.» El País, SModa. María Sánchez, 21 Feb 2021.