Hay palabras sacrificadas, en su significado, para que otro significante se salga con la suya. Palabras trileras: buscas su significado bajo el cubilete y no lo encuentras. En el circo de los payasos, serían las que reciben las bofetadas. En el cine, extras que a las estrellas libran de escenas peligrosas. Son las palabras desagüe: se va la mierda por ellas. Debieron estar en el Triángulo de la Significación de Stephen Ullmann (1962), aunque yo no las recuerdo.
Leyendo una entrevista a Miguel Ríos para la revista Icon, entendí el auge y vigencia de la palabra neoliberalismo. neoliberalismo (algo así como ‘nueva libertad’): Teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado.
Todo lo neo (salvo neonazi) parece hallazgo, avance o progreso. Y en cuanto a líber (entre libro y libertad), quién podrá oponerse: todo lo más, buscarle sus exageraciones como efectos secundarios de algo en el fondo bueno para la salud.
Claro que, para salvar la cara y la vergüenza, lo suyo (y lo de izquierdas) es que el bienestar es lo mejor. ¿Quién dirá que no?