Intelectuales o filósofos se dividen entre aficionados (pensar, pensamos todos) y profesionales, y éstos, a su vez, en con o sin el favor del partido o gobierno dominante.
Todos tenemos derecho a pensar, sin diferencias, y, quienes somos profesores, obligación añadida de enseñar a pensar. Creerse uno ‘pensador’ o ‘filósofo’, es un robo y una soberbia, puesto que un auténtico filósofo (objetivo: Diógenes) estaría contra el culto a la personalidad, empezando por la suya. Si, encima, cobra y se lucra, esa persona, hombre o mujer, merece la respuesta de Juan Ramón Jiménez a los dioses: los filósofos no tuvieron más sustancia que la que tengo yo. Y tú y tú y el otro y el de la moto. Filósofos: curas laicos a hombros de una iglesia vacía.
En Desmontando a Lledó, eLTeNDeDeRo descompone una a una, con palabras textuales, los supuestos hallazgos de Emilio Lledó, buena persona por lo demás, y sus contribuciones a la historia del pensamiento universal: lo que no vale para el universo mundo, don Emilio, tampoco vale para España ni para mí, el lector. Nothing de nothing.
–enlace a Desmontando a Lledó