La increíble capacidad de los franceses para convertirlo todo en literatura ha llegado hasta el extremo de elevar el champán, un vino espumoso con bolitas, a símbolo del placer, de la libertad y la alegría, creado para que la mujer pudiera beberlo en público sin que la tomaran por una furcia, como sucedía con la mujer sentada en un bar ante una copa de vino tinto. El champán llegó para liberarla y hacer que se sintiera bella e irresistible brindando.
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