A propósito de las señas de identidad (locución que hizo título Juan Goytisolo en 1966, pero en español desde 1927, y de la que Goytisolo llegó a distanciarse)[1], lo mejor será acudir a la Constitución y constituciones o leyes fundamentales de nuestro entorno para ver qué se entiende por identidad.
La Constitución Española establece que no puede prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento1, raza2, sexo3, religión4, opinión5 o circunstancia6 personal o social.
En Francia: origen1, raza2 y religión4.
En Italia: sexo3, raza2, lengua1, religión4, opiniones5 políticas u otras circunstancias6 personales y sociales.
En Alemania: sexo3, parentesco1, raza2, idioma1, patria y origen1, creencias religiosas4, ideas políticas5 y discapacidad7.
En Reino Unido: sexo1, orientación sexual1, discapacidad7, credo religioso4 y edad1.
Las leyes federales USA (actualizadas a enero de 2001 por el Departamento de Justicia) prohíben la discriminación basada en el origen nacional1, la raza2, el color2, la religión4, la discapacidad7, el sexo3 y la situación6 familiar de una persona. El origen nacional incluye lugar de nacimiento1, ancestro1, cultura1 e idioma1.
nacimiento, raza y sexo son factores predeterminados. religión y opinión son adquiridos. sexo no es exactamente sexualidad, distinción que se hace en UK. nacimiento y religión aparecen en las seis constituciones comparadas, algo que no ocurre con sexo, que en Francia estará incluido en origen. La [libertad de] opinión está recogida en España, Italia y Alemania, pero no en Francia, Reino Unido o EEUU.
Otro día hablamos de cómo la omnipresencia de la religión (entendida como religiosidad de signos externos) merece ser políticamente discutida y replanteada para que las religiones no se nos lleven por delante el día menos (pero más, más) pensado.
Enlaces:
–página de Bombillar, sobre El sistema constitucional del Reino Unido.
[1] Por interpretada en lo que nos diferencia, contra lo diferente que podría unirnos, Abandonemos de una vez el amoroso cultivo de nuestras señas de identidad, El País, 10/04/1984.