
Campanas de San Lorenzo
Agradece cuando dan la una y la y media. Pero si te tocan las doce del día o la misa el domingo o por fiesta grande de la cristiandad, entonces ‑hermano, hermana‑, ya puede ir gustándote la percusión metal. Porque todas las campanas de todas las torres y espadañas del barrio de San Lorenzo (más o menos seis mil, vendrá en la Wiki) te llamarán, nos llamarán a todos. Y no serán Blas de Otero ni Paco Ibáñez sino los bronces y carillones de la vecindad. ¿Vive alguien aquí que no sea cura ni monja, beata o capillita o con un pedazo de cielo en el cielo? Cuando tocan a deshora o a desdía, miedo me da preguntar por quién tocan.
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