
JUEVES SANTO (LA TENTACIÓN)
–la invención de la mantilla española–
Viudas de Dios mismo, esa es la cosa
de aquí a que resucite. Pueblo y párroco
dictaban la sentencia: moza, esposa,
o puta, sufragista o marimacho.
De arriba abajo había que ir de negro
con tocas, con tocados y toquillas,
caderas con su lazo y su almohadilla
y velo y largas faldas hasta el suelo.
Y una, viendo al espejo su cadena
de oro, el crucifijo en la canal,
se dijo: –Ahí quedó. Más no me visto.
Si no nos dejan ir de nazarenas,
iremos de tías buenas, no está mal,
verás qué pronto resucita el Cristo.
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