CRÍTICA DEL DESAMOR
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Por mucho que hablen del 016 contra el maltrato, por mucho que insistan en que la clave es denunciar, en el 90 por cien de los casos la violencia machista se sale con la suya a la primera, no tenían las víctimas nada que denunciar. Esto lo saben todos pero todos insisten en la denuncia y (dentro de la tonta escala de pomposas declaraciones a ver quién se rasga más las vestiduras ante el maltrato) ayer oímos a partidos que proponen asignaturas en los planes de estudio o un gran pacto para que la violencia machista pase a asunto de Estado. Cuando el Estado es el primero que incuba y propaga los fundamentos del maltrato, que es la familia con la previa a la familia, el noviazgo, el casamiento y situaciones que las bodas traen consigo: la dependencia consentida entre personas en pareja, el concepto de unidad familiar, la política de pensiones, las sentencias de juzgados de familia, todo ello bajo el ejemplo de la Casa Real y de la Iglesia y con la ayuda de mi vecino el islamista bueno, que, siendo bueno y estando totalmente integrado en mi vecindad, es todo un maltratador de su mujer la tapada. Entre nosotros, para acabar con la violencia en tiempo de desamor, habría que acabar con la familia. Critiquemos los comienzos, los convenios y tratados que se hacen en tiempo de amor para que cuando llegue el desamor no resulte una ruina. Bastante es que el amor se nos vaya, que nos deje o dejemos a la persona amada para, encima, las presiones y los trámites que afrontan individuos obligados a modificar los fundamentos laborales y domésticos de su vida. Cambiar hábitos de pareja y cambiar bases de la familia no será fácil, pero ahí tendría que intervenir la inteligencia del Estado y de la política, que en esto falta por completo. Hay que ir a un desamor cero cero, sin que desamar a alguien o desenamorarse implique una tragedia de nóminas, pensiones, hijos o propiedades ayer compartidos y hoy en litigio. Lo ideal sería que, llegado el desamor, la convivencia del dos en uno se divida en partes previstas de antemano, hechas las partes y los tratos cuando habían de hacerse: en tiempo de amor. Una cosa es que no puedo vivir sin ti y, otra, que, literalmente, no pueda vivir sin ti. Antes, te mato (y me mato, añaden algunos). Léalo en Fuentes y aljibes de la violencia contra las mujeres.
ElWoman en Blogia, en Wikispaces y en WordPress, 26 11 2015
EN TANTO QUE DE NIÑA Y CON MELENA
–decámetro en carpe diem, Garcilaso, Góngora–
/ a una niña de familia islámica /
En tanto que de niña y con melena
se muestra la color en vuestro gesto
y que vuestro mirar de frente, honesto,
os deja devolver miradas buenas,
coged de vuestras madres la costumbre
del velo, antes de que el tiempo ahuyente
ver y gozar de vuestra hermosa cumbre.
Marchitará la vida la agraciada,
la rubia y la morena juntamente,
en negro, en monja, en burka, en bulto, en nada.