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haikus en el corredor de la muerte.

Haikus en el corredor de la muerte [1] desvela las últimas palabras de 36 japoneses que iban a ser ejecutados. Camino de la horca, pintaron en tres líneas y 17 sílabas la asfixia de la soledad, la culpa, la agonía o el miedo. [2]

Cuando a la humanidad le sobran razones hacia la abolición de la pena de cárcel, causa espanto la insistencia en la pena de muerte, atrocidad en la que la filología no hace más que indagar y obligarnos a pensar. El ubi sunt nos acostumbró a su predicación escatológica. Lo que no es normal es que un Estado mate. No a la pena de muerte.

[1] Aparte requisitos temáticos, el haiku es, silábicamente, lo más parecido a la seguidilla (5‑7‑5 sílabas).

[2] Diario El Mundo: Haikus en el corredor de la muerte (que el periódico retitula haikus del patíbulo). La filóloga española que los tradujo es Elena Gallego, de 30 años, con plaza en alguna universidad japonesa. Junto a su colega de doctorado Seiko Ota, burgalesa de origen, pasó muchos meses adaptando al español un libro abrumador.

PARTE METEHORROLÓGICO

abraracurcix
¡Pero tampoco tiene que pasar mañana!

PARTE METEHORROLÓGICO


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Parte terrorológico.

Máxima probabilidad de atentados en

Moscú, por la intervención de Rusia en Siria,

–y Teherán, por la rivalidad de Irán con Arabia Saudita, que sostiene el Daesh.

También hay alto riesgo de atentado en

Atenas, Ankara y Estambul por el papel de Grecia y Turquía en el acuerdo con la UE.

La lista total de naciones en riesgo puede consultarla aquí.

eLTeNDeDeRo recomienda no viajar a las ciudades capitales de esos países.

Evite Roma, Berlín, Oslo, Estocolmo, Copenhague, etc., y por supuesto Madrid, Londres, París o Bruselas.

Si viaja a Europa, vaya a pueblos o ciudades de provincias.

Es una información de la AEM (Agencia Estatal de Metehorrología).

Terminamos con ilustraciones de nuestros colaboradores j.ll.folch y Rafa Iglesias.

j.ll.folch nos deja este haiku:

Es un milagro
que exista el ser humano
después de todo.

y Rafa Iglesias, esta interpretación gráfica del Mesías contemporáneo que él titula

JESÚS, GAME OVER:

El Mesías, según Rafael Iglesias


y recuerden el lema de Abraracúrcix, el jefe galo de la aldea de Astérix que temía que el cielo le cayera en la cabeza:

–!Pero tampoco tiene que pasar mañana!

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Compro / No compro / Doy limosna (J. Llopart Folch)

J. Llopart FolchLlopart Folch es uno de los alicientes animadores de eLTeNDeDeRo. Ayer, que fue el día de la recogida de comida para el banco de alimentos, me acordé de él y de su haiku impecable:

La caridad
habitualmente oculta
alguna culpa.

Hoy, sábado 28, es el día mundial de no comprar nada (valientes chorradas se les ocurren a las Naciones Unidas), y por eso ayer, aprovechando la onda expansiva del importado black friday (otra impostura consumista llamada a tener éxito entre nosotros), la banca de alimentos sacó a sus muchachadas a la calle, a la puerta de los supermercados a repartir bolsitas blancas de la compra entre los clientes que entraban. En el carro o cesta normales echarían la compra para casa y, en la bolsita blanca, la pequeña compra de lo innecesario en casa, necesario, en cambio, para personas que pasan hambre en el mundo. En mi supermercado de San Antonio hay, como en tantos supermercados de Sevilla, un mendigo, una mendiga rumana, titular. Hay que recordar que los mendigos eran antes, como quien dice, funcionarios, su oficio, real en el sentido de designación real de la palabra. Eso leímos en el Lazarillo y en la picaresca: el ciego, el mendigo o el tullido que tenía un buen puesto en una buena iglesia, tenía la vida asegurada; tanto, que hubo quien se sacó algún ojo por tal de merecer el puesto. Los tres muchachos de mi súper procedían del colegio San Francisco de Paula, de los privados que se trabajan la excelencia. Les pregunté si habían cumplido los 18. Me dijeron que no. Les dije que como profesor me parecía mal la utilización de menores con fines pedigüeños: –Que la campaña la haga el profe que os manda (iba a añadir: o la monjita, pero el colegio no es religioso). Ahora que viene la Navidad, conviene cuidar de las criaturas. ¿Menores de edad pidiendo? ¡No, gracias! Y terminamos, como empezamos, por J. Llopart Folch:

Tanta virtud
acaba provocando
olor de cera.

Yo no eché nada. Ni a la mano de la rumana ni a la bolsa blanca, que ni siquiera cogí. Los muchachos, muy educados, me dieron al salir, por igual, las gracias.

banco de alimentos en carrefour