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Daniel Lebrato en La Corte del Rey Bobo.

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Lanzo al mundo del conocimiento y al conocimiento del mundo LA CORTE DEL REY BOBO, libro que le gustará si le gusta alguno de estos tres episodios, que sirvan de muestra. Por lo demás, el libro es gratuito, de fácil lectura en dispositivos, y a disposición. Quien lo desee para impresora no tiene más que pedir el pdf. Sus lemas son los del Arcipreste sobre el Buen Amor: ande de mano en mano a quien quier lo pidiere, y de Hermann Hesse, El lobo estepario: el precio, por persona, es la cordura.

LA CORTE DEL REY BOBO
Llegaron a la corte del rey bobo
de otras cortes queriendo conocella
pues eran fama sus maridos bobos
y sus mujeres bellas y doncellas.
La corte del rey bobo era una joya
cuando iba el rey con los maridos bobos
a esas cruzadas, las mujeres bobas
rodeadas todas de guaperas pollos.
Decíanse y contábanse bobadas
de amor en filtros, de Tristán e Isolda,
que frailes bendecían con su labia
y vates bateaban por Europa.
Ginebra y Lanzarote sacan nota.
Y un rey también. El bobo, no. El idiota.
*

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Por fuertes y fronteras vinieron hasta el rey
caravanas con artes de cambiar la guerra, el mundo.
Pero ellos, incapaces
de leer las rayas de la mano del futuro,
solo estuvieron pendientes de si al rey salía
la corte en pleno o si faltaba
algún embajador a recibirlo.
*

EL DISCURSO DEL REY
De tanto oírse llamar en tercera persona
su ilustrísima, su señoría,
su santidad, su eminencia, su excelencia o su alteza,
extravían el tratamiento y en las noches
de invierno, cuando sus mujeres les riñen porque roncan
llegan a creer que su etcétera no está o que no son ellos.
Por eso, cuando nadie las ve, sus majestades
(que esa es otra: concordar femenino y plurales mayestáticos),
mientras los demás se tocan los huevos o las narices,
ellos, el cetro, la vara, la mitra o la corona,
el sello o el anillo.
Y al hablar se hacen un lío.
*


DANIEL LEBRATO EN LA CORTE DEL REY BOBO

se presentará próximamente
en la Asociación Científico Cultural Cisco de Picón,
Carbonería en calle Parras 2, Sevilla.


foto portada: Paloma Cantero