
España huele a pueblo (Benito Moreno)
Una subida de sueldos a los obreros en huelga apagó el Mayo Francés del 68. Cincuenta años después, y aquí en España, Mariano Rajoy (como De Gaulle) al Pnv (como sindicato) le subió el sueldo y el Pnv ha vuelto a apoyar al PP ante el inminente levantamiento del 155 en Cataluña, se justificaba el prenda un día antes de que al PP le estallara la bomba judicial de su financiación ilegal, escándalo por el que el PP de Mariano Rajoy debería verse automáticamente desposeído, igual que al ciclista se le retira el Tour ganado bajo dopaje. Muy al contrario, la España periodística suma y sigue. Y el telediario continúa irrespirable. El mundo del cine, antes apiñado en el No a la guerra, deja solo a Willy Toledo a los pies de Abogados Cristianos que, por lo visto, representan a Dios y a su Virgen madre. Caricaturistas, titiriteros, tuiteros, raperos desfilan con sus casos por tribunales y prensa nacional sin que nadie monte ni convoque un movimiento antifascista por las libertades civiles. Yo no tengo que ser Willy Toledo ni Charlie Hebdo ni el rapero Valtonyc; no tengo que ser fan de TeVeo ni que cagarme en Dios ni pedir que maten a guardias civiles; puedo deplorar toda esa mensajería y al mismo tiempo luchar porque a quien no piensa como yo no lo machaquen. Y eso incluye a Puigdemont y a quien lo vote, ¿de derechas?, ¡de derechas, mire usted! En lugar de antifascismo y libertad, lo que en España se pide es más policía y más mano dura contra el referundismo, contra el narco, contra las mafias, contra quien inquieta a quien cobra por no inquietarse, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que se sienten, mujer, mal tratados o mal vistos en ciertos bares o en ciertos colegios, ellos y sus familias, y no hay derecho. No hay derecho ‑y ésta es la penúltima‑ que yo, el patriota, no pueda quitar cruces amarillas que se han puesto en playas de Cataluña.
Quien podría iluminar tanta tiniebla (supongamos Unidos Podemos) en vez de levantar mareas antifascistas y urgir elecciones constituyentes para una reforma ¡ya! de la Constitución, y que se acabe tanta mordaza y que Cataluña sea lo que quiera ser y por un aire más respirable, en vez de eso, ahí tienen, junto a la España canalla y cañí, a Garzón, a Anguita, a Llamazares o a Pablo Iglesias. Es como si la sindical en Francia en 1968 hubiera dicho a Daniel Cohn-Bendit, Alain Geismar o Alain Krivine: sois pequeños burgueses, majos, así que no contéis con nosotros que somos el proletariado, que somos la revolución. Enemigos que siempre fueron de Mayo del 68 ahora han vuelto a sacar de contexto y situación algo que escribió Pasolini contra estudiantes que alborotaban Europa: que tenían la fuerza de la razón pero que eran burgueses, mientras que los polis uniformados, que estaban del lado de la barbarie, eran los pobres. ¡Qué bien le viene a la carcoma, cuando le interesa, Pasolini!
Jóvenes por la libertad: La libertad es eso que se demuestra liberando, aunque sea adrenalina. La libertad se canta y ya se sabe ‑Horacio Guarany, Mercedes Sosa, Benito Moreno‑ que si se calla el cantor, calla la vida.