CV es la abreviatura en siglas de curriculum vitae o simplemente currículo, que es lo que recomendamos pronunciar y escribir. El Dile (antes Drae) no arriesga a proponer sinónimos, pero bastaría llamar ‘carrera’ o ‘carrera de la vida’, a la trayectoria de uno en:
estudios [probados]
títulaciones [conseguidas]
empleos [desempeñados]
trabajos [remunerados]
Quien tiene o tenía un 2CV no era gente de dos o doble currículo, sino titular de un coche Citroën Dos Caballos (deux chevaux fiscaux, dos caballos fiscales o de vapor), 1948·90. El caballo de vapor CV es unidad de potencia. Cuando se instauró el sistema métrico decimal originado en Francia, para la unidad de potencia mecánica se buscó un valor similar al horsepower inglés, utilizando unidades decimales. Así nació el caballo de vapor, cheval vapeur o caballo de fuerza.
Volviendo a la España del CV, hoy 26/07, google noticias nos envía a «Noelia Núñez (del PP) anuncia que va a retomar los estudios tras mentir en su CV: “Me toca seguir y levantarme”. Fuera del ámbito público, solo le queda ir al privado». Lo cual, nos llevaría a la España del caso Roldán (del Psoe), a las puñalás que han sido de tu bipartidismo al mío, etcétera. [Luis Roldán (1943·2022) fue jefe de la Guardia Civil, hasta donde había promocionado como ingeniero industrial y economista, carreras que nunca había acreditado.]
En la España del CVA.
Tan delito o tan grave como falsificar el CV en la política, sería el engaño o la falsificación en artes o bellas artes. El fraude en CVA es el currículo hinchado o maquillado. Como principio de Arquímedes del CVA, se puede decir que «todo CVA despacha al por menor, como pequeñas piedras, las perlas de su collar mientras que no lo tiene», hasta que un gran premio o título borra de pronto la letra chica, dentro de un CVA que se simplifica y abrevia en Premio Nóbel (como Saramago) o Premio Princesa de Asturias (como Eduardo Mendoza).
Como aspirante al gran prix CVA, citamos al aspirante don Fulán de Zapatán, quien cita un CVA, agárrense, de 16 títulos de novelas + 5 títulos de poesía + 3 títulos de ensayo. Suman 24 libritos como tres soles y ninguno a internet ni a hipertexto como lenguaje html. Es evidente que nuestro Zapatán, pobrecito tecleador, aún espera su Premio Nóbel que silencie tanto ruido.
Del verbo «publicar»
dice el Dile (antes Drae):
«publicar».
Hacer patente y manifiesto al público algo.
Hacer llegar a noticia de todos.
En la moderna era (que es ética y estética), ¿publicar?, publica quien imprime o multiplica su obra por internet, sea en modo abierto o sea en modo de pago, privado o concertado.
La Imprenta, la Prensa, la Librería, el Quiosco, la Radio, la Tv están en vías muertas frente a la rapidez y capacidad de difusión de Google o Internet, gratis o de pago.
Quien, sobre los viejos medios, ya clásicos del siglo 20, quiere hacer creer que su libro a imprenta publica algo, en realidad no publica más que:
1) un ego de arte y ensayo anclado en el © del copyright,
2) un emisor de “firmará ejemplares” y “pase usted por caja”, y
3) un público fiel o eso parece.
La siguiente generación tendrá del libro la misma idea que hoy tenemos del manuscrito o del pergamino, del papiro o de la tablilla.

Sólo para que veas que te sigo leyendo con atención e interés, creo que el anterior DRAE se conoce ahora como DLE, no Dile.
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