El infinito en un junco
Gracias a redes sociales —muy manipuladas
por magnates Forbes, muy envejecidas
a juicio de lo último de lo último por cuanto atentan
contra derechos y libertades—, recibo la noticia
del recién nacido poema en libro de mis amigos.
Yo, que pasé por Gutenberg hasta estas redes
donde el viejo topo inventa su infinito.