Félix Morales Prado.

La belleza es el ángel del misterio (doce episodios)
número 6 de eL SoBRe HiLado 9
[entre corchetes] la página correspondiente al isbn
84-8434-229-8, Padilla Libros, Sevilla 2003


En medio de la laguna hay una hermosa casa
y su belleza consiste
en que nunca está cuando alguien va a verla.
Un paje vestido de muchacha
se pasea siempre por delante de su puerta
con una llave en cada mano.
Una es para abrirles a aquellos que vienen.
Otra es para abrirles a los que nunca vienen.
Las gallaretas gritan en los marjales.

[73]


Los relámpagos sobre el cielo lejano
estallan en los sueños
por los que escapa la tristeza,
mi tristeza, esa gallina muerta.
Cierro el paraguas, entro en un bar vacío.
Huele a vino callado.
Me busco por las mesas
y tengo frío en la memoria.

[74]


He caído
en la tristeza suave de la tarde.
Y he preguntado a Dios
por los hermanos muertos.
Tal vez los pájaros
tradujeron su voz
bajo la bóveda del cielo.

[75]


Estábamos en este sitio
donde la música se duerme.
Todo se había despedido.
Nos preguntábamos
por el misterio del tiempo
y aún nos quedaba el brillo de la mar.
Por los espacios doblados de la noche
vagaban sentimientos, teorías, amenazas
y aquel aroma fresco del nombre de las olas.

[76]


La niña de los pájaros ha olvidado su nombre
y pregunta a la estatua reclinada de mármol
que le dice: Este sitio no finge su condena.
Cuando desaparezca, tú te vendrás conmigo.

La niña de los pájaros cantará esas palabras
cuando salte a la comba sin esperar el fin.
Y en el juego suave de la tarde que muere
con el vuelo que mima se salvará su alma.

[77]


Esta flor que desde dentro invade todo
en este día triste,
¿cómo se llama?
Yo sé su nombre que no entiendo:
es un ruido
que me lacera el alma y que me avisa.
Miro a lo lejos.
Parece que esta noche no habrá luna.

[78]


Se vestirá de estrellas la tristeza
y el mundo será una dulce geometría.
Caminarán los animales de las fábulas
por las fiestas de las avenidas
y los hombres, olvidados del día que nacieron
y de sus domicilios,
parecerán niños de vacaciones.
La muerte será arrastrada por el viento.

[79]


Mi corazón se ha mirado a los ojos
como hacen los amantes
y, al verse tan lejano,
se ha entristecido de sí mismo.

[80.1]


No había nadie por las calles.
La lluvia cobijaba los recuerdos
y yo volvía de ningún sitio.
Quise palpar el sentimiento antiguo
en las piedras mojadas.
Un viento racheado
me penetró, fantasma, por los dedos.
Es ella cuando era —pensé.

[80.2]


El cielo (esa posibilidad azul),
la elegancia fantasma de los árboles
y el amor, si es que existe.

La casa llena de relojes muertos,
las muchachas hermosas, ingenuas e implacables
y el amor, si es que existe.

La luna tirada en la marea baja,
los reflejos del vino en el rompeolas
y el amor, si es que existe.

[81]


¿Desteñirá la música o la risa?

¿Desteñirá la imagen del espejo?

¿Se borrarán con las primeras lluvias
y mancharán el mundo con manchas indelebles?

El carmín de los labios de esa muchacha que me gusta
lleva reflejos de Vivaldi y de Beethoven.

La mirada de esa muchacha que me gusta
lleva trozos de azogue del espejo
delante del que me masturbé.

[82]


Las almas de los muertos y los ángeles
se besan en la noche.
Rayos y fuegos fatuos iluminan
gallardetes y árboles.
El misterio del mundo se ha desnudado.
No hay testigo de este suceso irrepetible
y en eso consiste su belleza.

[83]


Félix Morales Prado
doce episodios de La belleza es el ángel del misterio
páginas 73 a 83, eL SoBRe HiLado 9
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