Los muertos mueven al calendario, y lo hacen en dos clases o maneras de tiempo; un tiempo explícito y objetivo, entre la vida y la muerte, que arroja un historial médico, y, otro tiempo implícito o subjetivo según las cuentas que cada uno.

Es mi caso con Sonia, antes de la noticia de su muerte, el pasado 26 de marzo (viernes que fue de Dolores, víspera de la Semana Santa): lo último que supe de ella es que seguía tan guerrera como siempre.

Estábamos en el revoltijo de Facebook a 13 de diciembre 2020. Aquel diciembre Sonia Tena se manifestaba a favor del cuñado J.J. Díaz Trillo, con quien yo había discrepado políticamente. Mi discrepancia con Jota Jota terminaba en alusión a Cuba, China, Corea del Norte o Venezuela, “países que, al menos, lo intentaron”, y cerraba con «¡Es la democracia, estúpido!», frase de 1.460 resultados en Google, frente a los 37.900 del entrecomillado original que se atribuye a Bill Clinton en campaña 1992 contra George Bush: «¡Es la economía, estúpido!»

Sonia debió tomárselo a mal porque terció en impersonal: «Se insulta cuando faltan argumentos.» Y hoy soy yo quien se queda sin argumentos. 103 días, de una fecha a otra. Cifra para un vals de brandy o de coñac.

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UN PASO DE MISTERIO PARA SONIA

A Sonia Tena, ceramista,
quien una vez me pidió posar como modelo
para un santo en procesión.
Semana Santa, Macharaviaya, año 90
de un siglo del que ya perdí la cuenta.

Un posado me manda hacer Violante

Un posado me pide Sonia Tena
que en mi vida me he visto en tal aprieto
y quiere imaginarme en una esquina
de un paso como santo por Cuaresma.
Yo le acepto el posado y ahora Sonia
se marcha y ahí te quedas, Danielito;
ahí quedan oraciones y limosnas,
incienso y porvenir de agua bendita.
Al verme las beatas se santiguan:
—Señor, señor, ¿en dónde habremos visto
su cara en la pasión Cristo?
—Cosas de artistas que después se fugan
y solo del posar queda el contorno.
(No se conforman, no, no me conformo.)

Daniel Lebrato
26 marzo 21

Jerez, 11.03.87. Sonia Tena (segunda por la derecha) entre Manolo Mendoza, Juan Cobos Wilkins y Curro Tena