La cuestión es la foto, la vida expuesta, sea de algo tan normal como llevarse una madre su niña lactante al trabajo o como exponerla el padre al revolcón de una vaquilla. Ni la diputada ni el torero son criticables. Los dos se deben a su público. ¿Críticas?, a la afición. A los impresentables de la democracia profesional y a la impresentable fiesta de los toros.
[Foto montaje de Pepe Morán]