SÍNDROMES

BailarinasSÍNDROMES

Domingo por la tarde. Chiringuito en la playa de Sanlúcar de Barrameda. Puesta de sol. Hora de hacer la foto y el idiota. Son dos familias, y Leyenda y yo en la mesa de enmedio. Una, una mujer muy modesta, que llamaremos Carmen, de unos cuarentaicinco años, con su hija como de siete, carita de síndrome. La otra es un joven matrimonio hispano alemán, ella de aquí y él de allá, con dos hijos, una niña como de nueve años, y el niño, de siete. Cierra el grupo la madre de ella, pinta de ser de Sanlúcar. Esta familia es feliz y pisa fuerte. Los críos llevan gafas de sol. Ahora las familias bien suelen ponerles estilosas gafas de sol a sus retoños, aun si es de noche. Además de las gafas, la tecnología que manejan es de las caras. Cámaras de fotos, tablas de playa, complementos. Comparada con esta familia triunfadora, Carmen, la mujer sola con su hija, nos pellizca el corazón. Ella, en la mesa, fuma y bebe un gintónic mientras la cría juega sola al borde del tablado, entre la madera y la arena. Los críos de al lado, que podrían jugar con ella, la ignoran. Cuando Leyenda y yo nos sentamos en el velador, la niña nos mira y balbucea algo inentendible. Carmen la riñe: ¡Rocío, no molestes! Aunque Rocío no nos molesta. Que estén las dos solas un domingo a esas horas, da que pensar. Y pienso. Hace ocho años, nueve, Carmen mezcló sexo con amores, como hoy Larios con Beefeater, y la mezcla no funcionó. Ella, en su edad para ser madre, se quedó preñada, y él, se desentendió. El caso es que uno de los dos pasó al feto un gen estropeado. Supongamos que ella hubiera podido tomar precauciones, primero para no quedarse preñada y después por ecografía para decidirse a abortar antes que traer a aquella niña con síndrome de Down, discapacidad cognitiva que debe su nombre a John Langdon Down (1866). No hace falta mucho inglés para saber que down significa bajo o abajo, de esas veces que un apellido o un nombre van a favor de lo que representan. Hoy Carmen necesita mucho gintónic y mucha ayuda para afrontar ella sola la crianza y educación de esa niña baja de inteligencia que nos mira y nos sonríe y que reclama de nosotros atención y cariño. ¡Rocío!, vuelve a reñirla la madre. A los niños bien nadie los riñe, ni nos miran: ellos posan, si acaso, para ser mirados. Aparte la lectura fácil de lo mal repartido que está el mundo, de la mierda que es todo, pienso en lo poco que nos valen las ideas, uno siempre intelectual y con teorías, delante de un resultado: la niña está, ¿y qué haré yo por ella? Blindado en mis costumbres, nada. No me apuntaré a una asociación de lucha contra y me limitaré a sentir lástima, eso haré, y apretarle la mano a Leyenda, que acaba de despedir a su nieta, que aún no tiene tres años, después de pasar con ella el fin de semana, las dos princesas, bailarinas perfectas. Y esconder mis emociones detrás de mis gafas oscurísimas. Carmen apura su cigarrillo y su segundo gintónic y hace ahora una foto a su hija lamentable, desdentada y feúcha, más hermosa que el Sol, que luce sus monerías antes de despedirse por Doñana, esa estampa tan tópica que por algo se resume en hacer la foto y el idiota (das photo und der idiot). Por último, pienso en las cornadas que da la vida y cómo yo, con mis quirófanos, mis pastillas al día y mis analíticas penosas, soy un hombre con suerte. Atravesado por tres síndromes. El Down de la niña que, es duro decirlo, no debió haber nacido pero, una vez nacida, requiere todo el bienestar y ya veremos si la madre puede dárselo. El síndrome del Estado del Bienestar, de la joven española cerebro en fuga hasta Alemania, donde conoció a su alemán y concibió a su familia, con la que vuelve a Sanlúcar, junto a su madre, por vacaciones. Y el síndrome del Paraíso, entre la Ciencia y la Vida. ¿La foto?, no lo sé, pero que hago el idiota, eso es seguro.

Un comentario en “SÍNDROMES

  1. Ese corazón tan grande de Lebrato…
    A veces suponemos una infelicidad en los otros que no es tal, está teñida por nuestra percepción de la realidad. A veces sufrimos en vano imaginando. Y a veces, «tan sólo a veces lo que está siendo es lo que parece»

    Me gusta

Deja un comentario