las malas compañías

malas compañías o las malas compañías está en San Pablo A los Corintios (15,33) y ha servido de título a libros, películas o canciones. Como frase hecha, su origen está en boca de madres y abuelas que, por disculpar el desvío de alguien de casa, echaba la culpa a las malas compañías. Hasta en política internacional es viejo el truco.

El mal que nos rodea y el estado de alarma decretado (donde el confinamiento es un lujo) nos obliga a una doble reflexión ética:

A nivel personal, nuestras consignas o afirmaciones deberían pasar una especie de filtro que llamaríamos prueba de lealtad universal, según la cual lo que vale para mí o para mi grupo tendría que valer para cualquier persona sea cual sea su raza, su patria, su sexo o su condición. # yomequedoencasa, de apariencia impecable, ha hecho caer en que hay gente sin techo que no tiene casa; esa etiqueta o tag no sería leal con todo el mundo ni tendrá un valor universal. Lo mismo, # dóndedejoamishijos, o # yomequedoleyendo: todas esas etiquetas tienen un punto señorito o privilegiado que nos debería hacer pensar en los demás, la gran prueba de todo esto.

A nivel colectivo, las narraciones de la Historia, con mayúsculas, del cine y del videojuego han familiarizado nuestras pupilas con los horrores de la guerra como espectáculo. No caemos en la cuenta de que podría no haber guerra y que la guerra consiste, desde Prusia a esta parte, en mandar a la muerte a la tropa de clase baja mientras la alta se reserva para sí el mando en la distancia o la estrategia sobre el mapa. Algo así como el ajedrez de peones, cuya vida no vale nada, frente a las figuras en torno.

Viene esto a cuento de quien se precia de saber “que todo es economía” y que da por aceptado que en nombre de la economía se mueve la Guerra del Vicod 19 como se han movido todas las guerras. Primero: donde economía pongan ustedes capitalismo. Segundo: si el corona virus es arma bélica, pregúntese usted en qué bando de guerra se encuentra España, como país aliado. Las bases militares y las bases del pensamiento apuntan, no a China, sino a Occidente. ¿Aceptaremos padecer daños colaterales por fuego amigo en nombre de la Razón de Estado por la Seguridad Nacional? Háganse objetores de conciencia de Rey, Gobierno y Ejército incluidos.

Enlaces:

La predicción de Bill Gates sobre la pandemia en 2015

La científica china que desarrolló la vacuna que probarán contra el coronavirus

Objeción de conciencia

La Corte del Rey Bobo

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