LA PIRÁMIDE DEL LOUVRE
Sin yo defender los adefesios, díganme los conservacionistas: las ciudades, ¿quién las para? Sevilla, ¿romana, mora, regionalista?
Quien opina “Las Setas, sí, pero en otro sitio”, no está respondiendo a la pregunta. A la perplejidad buscada, intencionada, que provocan Las Setas no puede responderse con: las setas en un descampado o como gasolinera vanguardista. En la provocación está el juego, de modernidad o posmodernidad, y de eso se trata.
Y con la estética va unida la especulación con todo lo que cabe en: ¿de quién es el suelo, el aire, las vistas, la vida, en fin, de las ciudades en sociedades clasistas? Quién se beneficia, quién decide y quién las disfruta.
Se admiten ideas.
