Reflexiones para un día de difuntos.



De los tres motores de la religión (alienación, imperio y castración), los tres actúan para dar vida a cambio de otra vida. Y esto lo mismo actúa sobre una niña de 14 años que sobre un yihadista suicidista: dar la vida por la otra vida eterna.

Pensadlo cuando llevéis a la niña al colegio de monjas de alienación concertada. Pensadlo cuando llevéis al crío a ver sagradas imágenes en misión concertada. Pensadlo cuando abráis la ventana de la casa de hipoteca concertada.

Y no deis nombre de cultura ni de ciencia a la castración por la sociedad que ahora os castra.
Ni el velito de la musulmana ni el velito de la virgen santa.

¿Película Los Domingos?
¡Normalizar lo que pasa!
¿Creer en Dios, religión?
¡No, gracias!

Solo la muerte es eterna.
Solo la muerte, y nos basta.
.
.
.

Deja un comentario