Daniel Lebrato por poesía



Daniel Lebrato

por poesía

ANTOLOGíA



A N T O L O G í A
Daniel Lebrato
por poesía
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s e i s
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@daniellebrato
ANTOLOGíA
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Daniel Lebrato
por poesía
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Un vago afán de derechos de autor tuve. Ya lo he perdido.
Me ha costado mis años libros de imprenta y gracias -he de decir- a mis amigos, donde tanto funciona el amiguismo.

Podéis buscarme en la nube. Cambié mi ce de copyright, con isbn, por ueueués y hache tetepés. Soy ese libro·de·bolsillo en su bolsillo expuesto a los me gusta o me disgusta ¿he dicho o habéis dicho? de gente sin escrúpulos. Ya es milagro si alguien me apunta a favoritos o a icono de perfil en su pantalla de inicio.

Yo, como si fuese otro Juan Ruiz —aquel Arcipreste de Hita con su Libro de Buen Amor—, ande de mano en mano a quienquier lo pidiere.

También, por defenderme, cuando yo ya no esté.

(De un poeta de provincias
que se vino a vivir en digital)


@daniellebrato
Valverde del Camino
Fuenteheridos
Sanlúcar de Barrameda
1985~2025


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primera parte de tres
(1/3)
EL GIGANTE

De quien mata a un gigante

Jerez 1988

¿Quién como yo?

Huelva 1996



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Tan cerca la frontera y tú tan cerca, amor mío mis alas de volar mal heridas

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He aquí la herencia de los bárbaros No vinieron por avenidas ni por pasos de frontera ni observaron las leyes del Plenilunio y la Vendimia Invadieron el templo con su lenguaje inentendible Todo lo llenaron de invierno y de un olor semejante al de sus cabalgaduras No hicieron ascos a ciudades en cuarentena ni, que se sepa, respetaron el lecho donde duerme Ares con Afrodita Por toda herencia nos dejaron un camino hacia el Norte y un Occidente interminable

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Si alguna vez, por fin, la Tierra Firme, con qué liturgia, ceremonial, medallas piedra o papel buscando en la memoria memorias y epitafios

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Roguemos a los dioses el norte perseguido la ruta favorable y la paz tan deseada Roguemos una forma de contarlo y luego al árbol de la sombra más propicia dormir hasta que sople el viento del sur

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En el muelle de las tabernas el héroe escupe a media mueca labio, cigarro y vino Escupe sedas y naufragios, bellos rostros de pajes y princesas (la constancia en su cara de que el dolor existe) Remotos horizontes, prodigios y batallas por una noche juntos, y no el viaje la mueca es la aventura

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Ah, muchachos impertinentes, solo os interesa de mí esa habilidad que sin rencor puedo llamar subalterna esa fama que dan viejos lances retóricos cierta fácil palabra que aprendí por las plazas Conocéis mi nombre y domicilio sabéis dónde encontrarme sabéis lo que es peor mi precio en vino

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Se hielan por tus venas lindo muchacho entre navíos corrientes de aventura Sabes de la indecisa balanza del dolor y la hermosura, y que en la plaza los mercaderes echan cuentas Otra vez miras el mar Qué sabes tú del mar si ya te han puesto precio en los burdeles

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Que la ciudad es contagiosa dicen que la ciudad os cura y no ama nece sin ira más un número de forme de criaturas Mi paso en la ciudad ajeno, incom pasivo con tanto para lítico, lisiados que nos a bendecirme lo que quiero

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No importa lo que diga un extranjero Suponed simplemente que el extranjero no ha llegado y que sus palabras por tanto no existen

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Ya veis que el extranjero sin túnica y sin prisas resulta francamente apetecible Pedidle sin temor que pose en vuestro labio el labio deseado A vuestro alcance el tacto de mucosas como el cielo Gente de poco gusto y descreída

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Mi patria no es peor que cualquier otra Alberga, Señor, un domicilio una familia, un voto cada cuatro Alberga normales convivencias ciu dadá/

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Bárbaro que me matas con un beso hazme con un beso conocer mi destino

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Fue dicho Abriremos una época de amor en los naranjos Pero a mi vera el azahar duerme sin coraza y aún aguarda la exactitud de tu presencia Claudican corazón adentro devoradores ángeles principiantes devoratrices fieras que bebieron el agua de todas las caricias por escucharte aprenderían todos los idiomas Claudican, sí, pero fue dicho Discípulo del rayo y ni siquiera aquel auriga que destrozaba el alba en Eritrea ni el arquero tenso que confundiera Esmirna con Finisterre repudiarían de su lecho a la Menor de las Asias esta muerte pequeña que te doy, esta amnesia benévola, esta época de amor en los naranjos

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Alguien es tu proporción del Mal guarda la parte de Infierno que te ha sido otorgada y espada o labios habrán de ser entonces fatal resignación ceremonial entrega

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Yo recibí las manos de las gaviotas ariscas pasión por el cristal de criaturas muy tiernas frágiles y enamoradas, y ningún vaso ninguna tierra firme o continente Ariscas y gaviotas las sílabas que faltan de seda o de cristal corona fragilísima para mi frente es tarde para la paz esa media palabra que pudiera salvarme

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Imagínate ahora, para olvidar tu oficio, que te diviertes dándole la patria más lejana las naves más audaces y el rostro más hermoso a tu enemigo Imagina la luz más cegadora de un segundo de arena de una bala de plata de un descuido

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Condenado por los dioses y los juglares desconozco las proporciones, la fatiga, el desengaño Inmune a la mordedura de los días, de la noche y sus inviernos te ofrezco un horizonte sin límites Bésame de una vez No seas matándome
un rutinario

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TERMÓPILAS
Flechura de tus ojos, nube persa, si muero con el sol que ahora me prohibes, acuérdate de mí mañana cuando estés llegando a Salamina

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Hextermi, Hextermi
nado termina
terminad min adoro
doro hextermín
Minado doró
ohexter minador
Oh Hexterminador

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Dirás metales agudos vértices mi espada geminada afiladísima en la piedra dulce de los sacrificios y en el lúpulo ritual del sacrilegio Dirás dobles aceros o dobles labios, nunca el milímetro y preciso filo con que he llegado a herirte nunca la exactitud del óxido que tu herida en mi espada provoca

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Crueldad mayor la de la carne seca la lengua torpe y la mirada blanca como el sexo de nieve Oh seductor morir morir tan lejos de tus nietos y de los hospitales

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Dueño mío, dulcísimo
rendir en ti la travesía
quemar las naves, decir
adiós a compañeros, decirles
mi renuncia a tesoros
soñados cada noche
en tu lecho, el más dulce
dueño mío, si fueras
tú lo que me ofreces
o amor lo que persigo

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Menos frío que el frío de mi espada deja dolor que el viaje continúe y no hagas burla en mí ni me persigas por este mar de olvidos y azucenas Que los hombres no lloran es sabido y es duro el sacrificio que la ciudad impone

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SEGUNDO MOVIMIENTO

El día que te vayas, amor, pon dulzura y apresura tu abandono mientras tu paso es ingrávido y mi sueño aún tan creíble aléjate como quien se aleja de quien al alba habrá de enamorarle

La noche que me quieras, amor, pon dulzura y apresura tu retorno mientras tu paso es ingrávido y mi sueño aún tan creíble acércate como quien se acerca a quien al alba habrá de abandonarle.

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De ti para mí, Princesa, las aguas bajan tristes Ruegan por su vida en el jardín otras aguas y es tarde y es tristeza En vano un paje o una paloma te buscarían Ya en el jardín no están tus dragones recortables tu camiseta blanca ni tus tizas de colores No están tus ropas de mayor en las hamacas con luna porque tampoco el vigilante, tampoco, vigilando tus pasos detrás de los cristales De ti para mí, Princesa, tronchados por la prisa ruegan por su vida en el jardín los geranios Pajes y palomas Tu zapatito allí puesto al filo de palacio y de las doce

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Me queda el beso profesional ya casi la astucia de tus piernas el estudio de tus caderas siempre en fuga como la aurora mi princesita infiel

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Sueño ese muchacho triste que ha de servirme una copa inmaculado lo sueño cumplido en sus promesas Levemente su voz acaricia mi tímpano y huye qué lejos ya de todo y aún dirán que estoy muerto

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Aquella luz de las teselas grises maleducadas por la lluvia, piedras preciosas del regreso Fue tanta luz Tanta luz en los jazmines amarillos equinoccialmente exactos puñales de amarillo de breve y corazón Pálpitos esdrújulos Aquel jardín ¿francés? Luego a la noche la lámpara encendida y el blanco de almidón donde otras veces cuántas veces los besos y su reino equinoccialmente degollados jazmines tuvieron su gotita de rocío su idioma con la brisa para mendigar la luz

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Vuelve la luz a su ciudad primera opaco el fin de su dolor reunido y en largos tragos como quien vive lejos por donde en paz circula silente la aventura Alza la copa por cuanto aún sonríe cobijo dan sus labios al gesto displicente y en su garganta apura la ley de toda vida y el beso que devuelve a su antes de haber sido

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Sabed que con la edad el sufrimiento se inhibe y retráctil el dolor corre a esconderse en las hospitalarias conchas del invierno del pecho No me vengáis ahora con vuestras lágrimas o adolescencias ni remováis la máquina de la emoción que el corazón amurallado ha sido

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El brillo recupera tu copa de plata su pasado deleite tu ropa y tus pañuelos Bajo tu pie se ablanda un perro dócil un escabel inútil estos años Tiendes hacia atrás el puente de otros días cartas y teléfonos, agendas de trabajo Puntual el servicio levantará la mesa y seguiremos durmiendo en habitaciones separadas

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No hagáis caso a un borracho, pero creo que los héroes futuros pondrán el pie en la luna o darán vueltas al ruedo o a las plazas de mayo, qué dolor

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Las heroínas hoy día tantas veces se resisten Años de fiebre de asedio sobre ciudades en vano Si el centinela se burla ha de morir aquí mismo Total robar otro pliego o sobornar al cronista

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Autores hablan del mirto y del laurel usan del alhelí, de la mandrágora y de la albahaca del jazmín y de la flor de almendro hablan del júcaro y del almizcle dicen que viene de los bosques del Tíbet y del Tonquín He amado esos nombres He amado esos nombres y he inventado su geografía como un ciego el rostro que acaricia

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He hurgado, ya se sabe, como un ladrón los viejos libros y las páginas que faltan buscado codicioso pues piensa el descreído que todo libro es sagrado y toda obra, incompleta Si no me interesó la conversación de los hombres, sí en cambio su escritura Perdí mi luz por entre líneas de polvo de luminosa fábrica Memoria confusa guardo de larga arqueología a veces solo un versículo, cuatro palabras, ruido Nunca descifré los renglones del que Todo lo escribe y hace tiempo que aprendí la dulcísima piedad de la mentira

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Disputan las ciudades la patria de los héroes; unas con otras pugnan, entre sí rivalizan por demostrar que un héroe nació de sus entrañas o, como bien menor, al menos que los huesos del héroe yacen donde la ciudad les da culto satisfecha. Y así, la leyenda se imprime, se becan biografías o tesis doctorales: todo será encontrar un parentesco sólido entre el héroe y la historia de la ciudad, ya sea de armas o de fe (palacio o catedral que en la ciudad fundara), o de amores (si los tuvo con hija ilustre), en fin. Pero a falta de idilio, aún sobran ocasiones de mármol o de rótulo dorado. Por ejemplo: En esta casa, antigua cárcel real, estuvo preso don Miguel de Cervantes Saavedra. (Es de buen gusto poner la fecha en letra; el pueblo nada entiende de números romanos.)

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¿Quién como yo?

Huelva 1996


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A la sonrisa del ángel etimológico que, cuando nadie lo ve, hojea y establece un plan alrededor De los nombres de Cristo

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ES TANTA LA DISTANCIA entre Dios y los hombres, que el Misterio se avino a expresarse en imágenes comprensibles y, Eterno de Paciencia, dejó correr milenios mucho antes de imponer su Monarquía. Suavemente fue declarándose: primero con el Sol, con la Lluvia y el Trueno que enseñaron al Hombre su tamaño; después mediante metonimias de un Olimpo que puso para siempre fronteras a la Inmortalidad. Fue su plan que los dioses olímpicos, banales, cayeran en los vicios más humanos, que prudentes varones predicasen que a tanto dios faltaba una Moral: sería la hora y la misión para el Único. El cual, al enérgico modo, dio principio a sus Tiempos nuevamente creando el Mundo de la Nada y guardando para Sí las llaves de la Ciencia (hombres y dioses ya definitivamente desposeídos). Pero Dios, que es como se nombra modernamente el Único, vio pronto que los hombres sin Ciencia y Teogonía se aburrían; que incluso despolvaban antiguas debilidades, como adorar becerros de oro mientras Él dictaba las Tablas de su Ley. Inventa pues los ángeles, rebaja, en cierta forma humana, a sus excesos de Espíritu, y se mezcla con los mortales; cede también Divinidad a los profetas, hombres que distraerán al pueblo con sus milagros. Así, hasta su esfuerzo más didáctico que fue sin duda el Cristo de Nazareth, la máxima humanidad que Dios pudiera permitirse. De Cristo, escribe Borges: nos ha dejado espléndidas metáforas. No obstante, la de la Cruz defrauda por tan obvia y tan enorme distancia entre Dios y los hombres.

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LA CREACIÓN
Dureza del diamante que retrasa su destino bajo tierra
Acaso duda del engaste
que le tienes prometido

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Si FUÉRAMOS EL VERBO

LUNES
Si fuéramos el Verbo, qué tontería hacernos carne, separar las tierras de las aguas y éstas a su vez en ríos y en océanos los días de las noches, las cosas en tres reinos, quitarle a nadie una costilla, en fin. Nos bastaría con la luz

DOMINGO
Nos bastaría con la luz, pero si el Verbo a pesar de todo insiste y se hace carne ojalá distinga los distritos, las tarjetas de visita en los buzones, toque el timbre y habite entre nosotros

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DICEN QUE LLUEVE sobre el camino de Damasco y que las aguas son del río de Sanlúcar o del viejo Tiberíades como la luz que al persa deslumbró la víspera imposible de Salamina está en las últimas pupilas de almadraba del mar en Sancti Petri Que arde Beirut como tus piernas arden y se derrumba un muro de Berlín a Jericó

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NO ESPECIE PROTEGIDA ni cálculo de paloma, ni rama tierna de olivo te quiero. Sí fleco de diluvio, color octavo de arcoíris

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BAJARÁ EL ÍNDICE FEBRIL buscando los arcanos del pecho, allí donde la ardiente zarza no se consume y un pan de miel para los labios rebosa Ganará la mano en osadía cuando atraviese el mar rojo de la camisa y siga entonces la ruta de caravanas del vello más suave Y así la cremallera levante sus almenas, no habrás de detenerte hasta la tierra prometida

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CON LAS DOS MANOS, éstas, que dieron cielo a un príncipe en sus pirámides, busco frutales horizontes y, ajeno a todo vértigo, divido como pulpa con las uñas en dos las aguas, doy crédito al milagro y la espalda a los egipcios

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RADIANTE está la celda de hospital donde Juan de Yepes escribe lejos de tu noche oscura, no tórtola ni paloma, no tampoco ventalle de azucenas Como ignora tus vaqueros y tus tizas de colores, la blusa donde ahora tus tetas son para el apártalos amado dos mellizos de gacela

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GÉNESIS C
He aquí el día de la mudanza: fue la cópula terrible y se agradece el sol de manera distinta. Un agua desconocida nos inunda, nos inunda Dirán que fue debilidad femenina Pecado original lo llamarán soberbia

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A TODAS LUCES lúcido, lujurias una jungla de jaurías: jurarías tu alma por un lujo de prejuicios y prepucios de muchachos

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ÁNGEL EXTERMINADOR
Republicano o bolchevique ha de ser el virus que igual ara la sangre de hermosos príncipes primogénitos con las primeras crías de las bestias y las esclavas primíparas

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SACRIFICIO DE ISAAC
Ea, padre, la leña, el cuchillo afilado en la piedra, la piedra todo altar, todo dispuesto Dése prisa (dejo llorando por mí a una muchacha), no me diga que esta es otra broma de mal gusto

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TENTACIÓN
DEL PATRIARCA
(Judá y Tamar)
Lo que en rito de inocencias de inocencias de paternas vigilancias has perseguido desde siempre por los pasillos por la luna oblicua de los roperos o la caída negligente del albornoz que se entreabre con lavanda cada vez que me inclino sobre tu sillón y te beso y virtuosa pronuncio buenas noches

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HORAS DE SARAI
(Génesis, 12:10)
Como varón prudente, este caudillo, de los de a medias entre la virtud y el hambre de su pueblo, no ha tenido escrúpulo en darme al faraón, después de ganarse a costa mía los favores de guardia y gente de palacio: Demasiado hermosa, no mi mujer; dirás que eres mi hermana. Y ya sin tribulaciones de cornudo, puso negocio y prosperó en mercaderías. Tanto que, vuelto en su virtud, hoy todo el mundo pasa por su tienda y él ni siquiera quiere pasarse por la mía

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JUDIT
No es difícil celebrar la sangre en manos blancas, que diréis que no ofenden, hermosas de heroína, y mucho menos regocijarse por el hombre que perdió la cabeza un poco antes que vosotros Brindad, sí, pero os juro que así será de aquel que con dos copas de más pase por mi tienda una noche y se me duerma igual que este hijo de puta se ha dormido

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NO en campos de zafiro pace estrellas licántropo este rey que ejemplifica la Gesta Romanorum y el Libro de Patronio: por ahí anduvo siete años como buey deforme a su realeza; porteros de palacio lo habrán aspaventado y a saber qué tiro de carretas o rocío perfile su nostalgia, qué musgo sintético rumiará por los pesebres que en navidad lo acerquen a Belén

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CABEZA DEL BAUTISTA
Dichoso aquel al que la vida en estreno estrictamente privado da una última película que dilata para el mito el número contado de sus días Cráneo privilegiado si en bandeja o nitrato de plata su retina retiene contra el frío esa fruición veloz de ver el que, ya octavo, velo, vela lo macabro de las danzas de la muerte

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QUÉ habrá pensado Adán después de haberle dado, Juan Ramón, intelijencia el nombre exacto de las cosas

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SARAI
Qué habrá pensado Dios el día de la enésima alianza al prolongar su nombre al venerable Abrám, y qué Sarai (princesa) muerta aún de celos por esa esclava egipcia oyéndose llamar por el esposo, más breve, Sara si el Lázaro no se adentra en ideologías del metaplasmo y el asunto apenas se comenta en círculos yavistas

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LA MUJER DE NOÉ
Qué habrá pensado la legítima del patriarca la víspera del Gran Convite viéndose, invadido el hall, llena la casa, dándole a tanto huésped cuarenta días de lluvia y sin mercado de comer Cosas de hombres, por mucho que Alguno ande entre los pucheros

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BARRABÁS
Qué habrá pensado, ya en capilla el hombre aquel convicto de homicidio y de motín contra el imperio al oír su nombre en boca de la plebe y luego pasos por los húmedos verdines de la piedra que a él lo salvan de la cruz a punto como el otro de cumplir los treintaitrés

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EL BUEN LADRÓN
El día de las moscas pegajosas a las llagas y de la orina incontinente como el llanto de cuatro mujerucas qué habrá pensado Dimas, mucho antes de verse celebrado en la liturgia o por Juan de Mesa imaginado un viernes santo como Bueno (él, que tuvo fama de torpe en su barrio y tantas veces en poder de los romanos) cuando el hombre de a la izquierda del palo miserable, ya por su propio peso casi descoyuntado, va y le dice no se sabe qué de un paraíso

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SU CIFRA, SU MISTERIO, su madrugada cruenta están en ti que apenas luz ya vencido como Jacob lucharas y no sabes

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SERMÓN DE LA MONTAÑA
Qué habrán pensado los humildes pastores, las rameras, los esclavos fronterizos al imperio, nubios leprosos o tullidos todos con esa pinta el día de la resurrección. El día de la resurrección, tú y yo qué imagen de estos años, qué traje de gala elegiremos

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Si fuera yo el espejo en que te miras Tu sola imagen yo, mi semejanza

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Si quien nombra se apodera un poco como Adán de las cosas que se nombran, amor mío

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Si el ángel de mayo, fidelísimo a sí mismo, tensara nuevamente el músculo para el abrazo, cuál ha de ser tu número, nocherida que nunca cicatriza

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Si fuera yo la playa de los naufragios de anoche, azogue para la bolsa de tus ojos, vaho, propósito de enmienda, saliva espesa, tos, primer cigarro del día

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Si fueras tú el jardín donde los días ajenos a su nombre no cuentan ni son siete, donde nada, ni la Creación, pudiera distraerme, yo sería párpado leve o azúcar de cristal del agua de tu sueño morador insomne

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Si la noche de Babel confundiera mi lengua como río que hacia el mar se pierde en la marisma, así también reuniría yo el curso de la sílabas que en tu nombre únicamente desembocan

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Si acudieran mis labios al agua de tus labios y esa agua fuera más dulce que la ley que a mares muertos me condena si volvieras la cara y en un beso te confundes del grupo de los justos que salvan las ciudades

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Si las palabras te parecen oscuras como escolares pizarras o tan claras que borran el misterio imprescindible, date prisa y mira: Gente hay que ahora mientras hablamos funde sus anillos de oro y no menos ceremoniosos que nosotros entre sí se idolatran, se idolatran

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Si vienes a por mí, que a la primera sea la vencida: de otra forma el mínimo corpúsculo, de Meissner, suponte, de Pacini o de Krause, podría organizar la resistencia

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Si la noche de los primogénitos viniera a destronarte y el solo antídoto eficaz frente al exterminio fuera marca de inmolada sangre en los dinteles, bastaría tu lengua lanceolada como hisopo en el menor de mis labios para inundar tu barrio de hematíes

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Si nos sorprende la luz en indeciso combate que el ruido de la guerra nos ahorre la superficie de las palabras No me dejes caer en la tentación de la ternura que trae la aurora ni digas si te pregunto cuál es tu nombre Haz tú también como la luz: Tiñe de rojo tharsis mi cintura

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Si lloras a mis pies es que no hubo diluvio universal ni más precioso lienzo si enjugara mi llanto en tu cabello

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Si por mi amor quisieras delatarte, no un trazo de arcoiris ni un toque de carmín te bastarían

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Si fueras tú el espejo de los caprichos que en nácar o en carmín dibujan los días y las horas

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No habrá aurora l’oreal, sí passo honroso de la edad por tu cabello de ángel

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MANE TÉZEL FARES

Cuando el matador y tú lo mismo preferís en el reparto, afán de retorno o victorioso botín, uno de los dos verá ante sí las líneas de un exilio que ni el más exquisito protocolo donde llegue podría suavizarle, ni es bálsamo bastante el privilegio de figurar una vida distinta, desconocido en tierra ajena. Prisionero el corazón de la espada que no esgrime, como espejo mágico a su acero pregunta por el hilo cicatriz que, descosido, daría plasma heroico hacia un exilio más íntimo. No un destino por delante, matador. No un segundo caudillaje cuyo final conoces, aburrido.

Gusta que reconozcan tu nobleza. Que, de tu pueblo, la estirpe de la sangre te distinga: Príncipe en el exilio. Que un Jefe de Eunucos quiera nacionalizarte como suyo, modificar tu nombre, extranjero. Paje de lujo a los quince años, un preceptor severo te hará cursar el Relox de Fray Antonio de Guevara, los arduos tratados de Saavedra o Rivadeneyra. Hasta que, a solas y a escondidas, tu deleite de aprendiz se mire en otros espejos de príncipes rebeldes. Oyes el sueño de más jóvenes cautivos, la transgresión de esa noche y por costumbre te lo cuentan. De día, observador, desde la corte viviseccionas el régimen político de los bárbaros, su rudo despotismo, los hábitos pueriles del talión, y callas. Tu fama de analista crece. Un rey te solicita. Pero dónde tu pueblo cautivo. No basta que reconozcan tu nobleza.

Morir sin conocer el fin del cautiverio. Prisionero siempre, qué recuerdo cuando la memoria hurga en los catorce con faros antiniebla, no perdona. Pierde el orgullo de tu nombre. No como él: Renuncia a la cordura del insomnio y confórmate con la común proporción de las vigilias. Juez es Dios. Tú sueña el fin del cautiverio y ocupa mientras puedas un lugar entre los tuyos.

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CRUCIFICCIONES
(Borges, Buly)
Corría el año del Señor. Seguramente el imaginero discurre entre los tres o cuatro clavos (Pacheco: Visiones de Santa Brígida) sobre la tabla de la policromía románica, más veraz que el triángulo gótico. Duda que resistan radio y cúbito, que verosímilmente pise el uno al otro pie sin ir allá como miriñaque triste tanto metatarso. No le ayudan los cuatro evangelistas. No le sirven los apócrifos y muy poco la versión siria del de Rábulas. Cuando cree que termina, es nada, se equivoca: a saber si la greña baja por derecho o izquierdo lado, si aún conserva la corona de espinas o qué lienzo disimularía la mórbida cadera, el muslo mortecino. Con ojos piadosamente yertos o en órbita (como quien ya vislumbra concilios, vidrieras, viernes santos), tal vez se da a ensayar futuras iconografías, el fin. Ante esos ojos dios y artista se confunden, pues a ninguno de los dos le cabe la gloria en la cabeza ni otro destino que inventar el paraíso

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CAPRICHO de un dios cínico, el inciso fugaz de la escritura busca a oscuras la burla de la burla de Babel. Y así la noche traiga su indulgencia, su oficio el escribiente, su lealtad la imprenta cumplidora, venga el vino y brindad por la memoria de unas hojas no menos otoñales que vosotros, jardines de agua dulce y de glorieta. Os quiere este fantasma, que es un ángel, mas si lo veis partir a otros jardines, ya dócil vino dulce en vuestros labios, no os duela su silencio: no es preciso hablar cuando uno está en el paraíso.

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segunda parte de tres
(2/3)
LOS LUGARES


Hacia Teoría de la ciudad

Sevilla 1999

de amor como disparos

Tenerife 1995


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HACIA
Teoría de la ciudad

Nadie sabe si Ítaca fue una ciudad o una aldea tal y como las entendemos ahora. Lo cierto es que el camino de vuelta de Ulises, turista y urbano, propicia el mito doméstico: al fin en casa, su cielo protector. Y qué más da que al día siguiente planeara las fugas sucesivas que son las horas. Homero no lo cuenta y no parece que a ninguno le interese. Comúnmente le decimos regreso.

Regresar es banal, el regreso no. De todas las odiseas, ninguna tan fuerte como reponer la casa, reencontrar o renunciar al mundo tal como lo habíamos dejado, maniáticamente todo en su lugar cualquiera. De pronto ese mundo ha funcionado sin nosotros. Lo que no es más que un anticipo, una especie de ensayo general.

Si compuestos, vestiditos como novios, el día nos sorprende y solo huele a invierno, habrá que ir a la mirada del padre o a los desvanes de la casa familiar; al compañero de pupitre, a aquel amor augural o a aquella declaración que creíamos para siempre. También al amigo que se nos fue en un descuido. Hacia. Dicen la infancia,
las fotos, una ciudad.

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A TI PUES, MAGA, los objetos perdidos los lazos de colores y las fotos a la vuelta de una página, los días y las horas colgadas de las perchas o perfumes al acecho entre dos sábanas A ti pues, Maga, únicamente no inquieta el filo de los alféizares la puerta de un armario carcomida ni el insomnio sin luz de las muñecas que acá van dando miedo que acaban dando miedo

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PRIMER GUIÓN
Fundido en negro en la fosa común de la memoria. Hay mucho humo y un gris desastre que fuera previo a las ciudades o al camión de la basura/ arenilla de fondo, de cinta muy vista, como de cine de barrio. Lo que suena es un tango o parecido lamento de cabrones. Así, al pronto, nuestro siglo más o menos. Trávelings vertiginosos. Rodapiés, hormigas, griferías. Profundidad de campo hacia esas cartas y fotos que alguien no supo romper. Geografía del abandono en primerísimo plano. Encima de una mesa, vasos y colillas. Algún libro abierto tirado en el sofá. Conrad o Cortázar o el Si no fueses tan puta! de Jaime Gil de Biedma, o ya tampoco. Junto a la puerta un mapa, y a rotulador que podría inhalarse, fundido en rojo sobre subrayado insistente

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No al sol que dulcifica su mercancía por la borda. No a la más fina labor de las mareas de occidente. A ti te quiero.
A la candela fugaz que desteje la vida en tus pulmones.

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Piloto de altura, no hay noche ni faro que te alcancen. En alta mar tus ojos precisan su estrategia: plan de evasión. Y ojalá yo fuera el ecuador que atraviesa tu vida en dos mitades o mis dos océanos azules la mirada que puede hundirte para siempre.

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Esa música al alcance según perezas, países, estaciones, y es como el día de los abrazos: el desayuno en la cama, el café suavísimo para solo, la prensa y las cortinas que por oficio llevan la cuenta de las horas. O, mejor, me arrullo entre las sábanas y recuerdo un único cuarto, una casa conocida.

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Desaprueba la palma de la mano la exactitud del hueco de la almohada, el calor de la costumbre, la imperceptible pelusa, diablos de viento por el valle de seda de la ausencia, y no hay mensaje ni rabia ni venganza. Lección de Anatomía: aquí el preciso frunce de tu brazo por debajo de mi cuello, la sábana de escayola, tu sudor, el molde de la nuca, la mínima señal de tu colonia y una mancha de vino, detalles nimios de que dan cuenta la nostalgia y las lavanderías. Como si llaman y eres tú. Como si te dejaste queriendo la pitillera de nácar encima de la mesita de noche.

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Yo soy también tu extravagancia por las plazas, por salir muy temprano figurando que aún duermo, comprar el periódico y ver el mundo desde el otro lado del café. Por eso finjo: a quién le extraña que no estés. Me ducho, es como siempre: la corbata, tan pronto por ahí, que un día, las gafas, el sombrero, te va a pasar algo, ya lo verás. Y todavía espero que el recepcionista tenga para mí un monsieur y una nota que lo desmienta todo.

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a ver cómo ensayamos de qué forma convertir una ciudad en nuestra nos encanta jugar y sentirnos placentera y placentariamente donde nadie nos llama no solo pienso en ti apúrate ese trago y cerremos el kiosko que los reyes antiguos conquistaban las ciudades mejor que ahora nosotros algunos corazones no solo pienso en ti según las estadísticas hay más televisores que corazones destrozados

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si escribo es de una vez cuando las buenas intenciones la historia y su final también son tristes casi tan tristes como el ojo de dios por si deja algún consuelo a cuántos engaños por minuto circula nuestra sangre creyéndonos al borde de cuantas épocas y cuantos códigos y sobre todos la palabra por si acaso o si otro día tan dura la tenemos para seguir como si nada se hubiera irreparablemente roto en las neuronas que almacenaron golpes gritos declaraciones de amor como disparos

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BARCELONA, 1954
Poquito a poco vamos como la espuma sucia de los días que deja en las ciudades la blanca enamorada nieve.

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AFTER SHAVE
Lo has leído en autores más sabios y respetables: el aire de extrañeza de quien se mira al espejo y no se reconoce, como dudando si es él quien tose, quien asoma tras las ojeras. La idea no está mal. Sin embargo, tú cultivas sin escrúpulos la impostura que alguna vez Manolito y el lobo será más cierta, y haces del espejo un camerino. Negándote, te afirmas: no se visten los actores, se disfrazan. Quien no te conoce piensa: de otro. Y no. No hay más papel que al que das vida, el que detrás del vaho te devuelve y te sostiene la mirada. Celebras los chalecos y el sombrero y el bastón que presumido eliges antes de que todo sea verdad, verdad el lobo.

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2º AUTORRETRATO
Afeitado. Duchadito.
Con el pelo y las uñas
impecables, a prueba
de fotógrafos.
El traje, ni más ni menos
que la etiqueta exige.
Saber llegar.
Que los tuyos te reciban
como suyo.
No pudo César
morir de otra forma.

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DE LA SINCERIDAD de la infancia. Se nace o se pace, pero a casi todos da tiempo a manipular el borrador y a falsear las pruebas del alma, sus recuerdos. Son cromos de un álbum de otra vida, no nuestra vida, y son también una coartada. Hagan juego o poesía, los dados, manda el crupier, van a su imán, van a su ayer y a los ayeres supeditados a condición de la bíografía que, como un crimen, premedito. Podéis dudar del que fui, no del que soy: maté a los testigos, borré las huellas, me di a la fuga.

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GRADAS CATEDRAL
Tendido de sombra donde el cochero nos figura, míster, subidos en el dólar; y el míster, con el hambre del Guzmán, la montería del Buscón o las tijeras de Cortadillo. Menudo sitio es éste para quedar citados.

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GIRALDA
…y 34. Si has llegado hasta aquí, no te estorbe un turista más o menos japonés con polaroid. Tú haz la fórmula de los móviles y, siendo constantes peso y altura, despeja equis: cuánto tarda en estrellarse contra el suelo un cuerpo (el tuyo) progresiva-
mente acelerado para dar con la micra de segundo que pasará y pisará esa losa de mármol (no otra) la traidora.

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REAL MAESTRANZA
Ciega el sol del dieciocho y confunde la cuerda que sobre un vano y presumido centro tensa el ayudante aprendiz de agrimensor. Nos imaginamos al muchacho indulgente con el error del arbitrista, tan lejos en el otro cabo que según sus cálculos (si por mi vera pasas, como él aclaro mis lentes y te miro) hoy serían burladeros las columnas de la catedral y tan larga por abril la embestida de los toros como privilegiada gloria la de los santos en primera de barrera de puerta San Miguel.

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COLUMNAS
DE HÉRCULES
Su sombra como la del ciprés es alargada (Carlos Primero y su hijo el Rey Prudente sirvieron de modelos anacrónicos). Te tientan las fáciles ironías con los padres de la patria que vieron aquí el heráldico emblema de un futuro más glorioso. Nunca el pórtico corintio de un barrio de putas ni el quicio donde, por sí o por la humanidad,
se apollan los césares
de tanta mancebía.

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CASA BIGOTE 1
No me basta la rosa que en la lengua deslío, ni la sal que por el cuello sanjuanizado sorbo con lujuria de otro mar de Sanlúcar, de otra cita en Bajo de Guía. Ni me basta el morbo mientras desnudo la camisa a rayas del bello desconocido. (¡Oh el tigre sanguíneo, oh el caníbal oceánico que, rendido, la pudorosa pulpa escotadísima en nácar me ofrece, oh el negro entre los lomos, oh dureza crocante cielo arriba
de mi boca.) Para olvidarte,
otra botella: me moriría
si te tengo que matar.

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CASA BIGOTE 2
No me consuela, no, me desafía a venir de extranjis a este restaurante ver con mis propios ojos (estos que han tenido de ti memoria y geografía) si es verdad lo que dicen. Todavía coquinas, rodaballo y bogavante te hacen conmigo y no con el pedante con quien te han visto por Bajo de Guía. Ni me consuela el langostino tigre en cueros (nada especial al desnudarte tú). Más manzanilla. Así peligren mi pulso y más de uno. Más.
Mas temo por mi vida.
Pido la cuenta: me mo-
riría si te tengo que matar.

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BALNEARIO DE LA TOJA
Si hoy día nueva rosa se bastare a negar las metáforas de un mundo mortal, yo cantaría el triunfo pundo- noroso carpe contra fugit, pare- cido a un Horacio, que os libre y ampare. Pero, aunque enamorado y al común do- lor sensible, frívolo ni profundo podría en la metáfora durar. He me aquí, me queda el beatus ille: tengo libros, habanos, música, solarium, masajista, marisquería, bar y un plan. Como esta tercera edad hace engo- rdar, de noche conviene alguna cosa ligerita,
poquito a poco, Rosa.

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POR ENTONCES no hablábamos de Alejandría ni de Estambul. No dábamos por conocidos los alminares de Santa Sofía ni discutíamos que si Bizancio, que si Constantinopla. No sabíamos cómo se besa la gente junto al Nilo ni cabalmente entendido que una ciudad es un mundo cuando amamos a uno de sus habitantes. Era imposible adivinar el daño que acabaríamos haciéndonos y Kavafis y Durrell
nos cautivaban.

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CALLE FERIA
Donde todo es segunda mano y carne de regateo fácil, quién fija el precio que tú, no loza de la Cartuja ni máquina Singer, conmigo del brazo callas.

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PLAZA DE LOS CARROS
Ese gusto tuyo por lo mismo una edición príncipe que dos pares de calcetines, un número del Capitán Trueno o clavelitos: no te creas
que ya no te quiero.

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GIRALDAS

1.
El árabe no pudo
equivocarse tanto.
No haber previsto su derrota.

2.
Capricho de piloto y
cum laude de suicidas.
Pipa del opio
que una ciudad o casi
aspira, aspira.

3.
Oscura y servicial, esclava
del viento que la lleva.
No la mires.

4.
Otro cuerpo busca,
de campanas,
quien se atrevió a mirar
y a ser mirado.

5.
Pocas veces después has vuelto a subir por la gracia espiral de su lección de geografía: tirado está saberse más espadañas que el otro, más horizontes que ninguno; te quise no sé dónde.

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GUADALQUIVIR
Abdica la ciudad de su condición celeste. Confunde como jardín romántico la herrumbre de las grúas, el óxido de los plátanos y el tábano de algún coche de punto: acuarela que al margen de las estaciones parece siempre amarilla amarilla. Sé que este río, no aquí, más lejos desemboca, pero si te das prisa das con mi grupo sanguíneo nada más tocarme.

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PUENTE CENTENARIO
(Mateo, 4:9)
El virtuosismo de la araña que concibe ingeniería como ésta no aventaja la labor de uno cualquiera de tus peines de carey, ni su paciencia la mía por darte la gloria y el imperio sobre estos reinos si postrándote, es un decir,
me adoras.

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ITÁLICA
Contra el ciprés que afila su perfil de sombra sobre los ocres aún tibios de Santiponce, ¿de qué valió bajar a la llanura inmunda de Hispalis la infelice y preguntar por ti en la confusa jerga de mujeres junto al río? No te conocen los navegantes que con la tarde y la marea vienen de Sanlúcar, canta la gente, rompiendo el agua, ni en las tabernas acepta nadie las monedas con que puedo pagarte yo, el anticuario.

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TAJO DE RONDA
(Cernuda)
Aprendo del Guadalevín, que en la constancia se hace mayor, trïunfa. Y aunque a tus ojos mísero, maloliente souvenir de minolta y luces nunca usadas, no te asomes al balcón, no me mires o acabaré contigo igual que las ciudades que un río, un amor, orografía.

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HOTEL REINA VICTORIA
(Rilke. Ronda)
Fuera de la alfombra mágica celosa del pelo de tu abrigo, no titubeen tus pasos sobre la cera Alex, si a su delicia se deslizan pasillo adelante. Ve ahí la puerta y el pomo de otra noche de Ronda. Gíralo: te propongo no hablar del ángel del abismo ni del raro huésped de la 208.

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ALAMEDA CON PARAGUAS
Recuerda la ciudad
tocada por la gracia
del agua de septiembre.
El limo amarillento,
la burla de hojas secas
en las alcantarillas,
el desconcierto de
la gente en los portales.
Recuerda aquella urgencia
primera de ir al júbilo
de la humedad, que luego
reprimiste: ya todo
quedaba entre los dos
un poco lejos, salvo
ese olor de las calles
a plumieres, a invierno.

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MUERTE EN VENECIA
Puente abajo de Rialto, el aura del Gran Dux, el ojo de Visconti, la hoja de acanto de algún poeta novísimo, la lata de Pepsi, cierto hedor, el borderío de los gondolieri y esa muchacha (una foto en San Marcos con palomas)
se hunden.

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BORIS KARLOFF
Me duermo. Es tarde. Igual que tú, yo tuve una princesa, no del alto, del altísimo Egipto. Y si no muriese de amor por ella, te la cambiaría por esa que tú llamas una y otra vez ¡Ánkesen Ámon, Ánkesen Ámon! (Así que den las cuatro y que la tuya sea
en blanco y negro y en versión subtitulada.)

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CLAUDE RAINS
Supón que sea a París: nunca vuela a nuestro gusto el pájaro de acero y pianistas negros cara de sapo la joderán aunque nadie se lo pida
con que el tiempo pasará.

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GUíA CAMPSA
Confundidor de los mapas,
nostalgia que tú me dieras.

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HELIÓPOLIS
Te imaginas que un astro
te diera nombre,
moviera tu cintura
y todo el Sur.

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tercera parte de tres
(3/3)
LA GENTE

Elecciones generales
Todo a cien

Sevilla 2009

Predisposición de las uvas

Sevilla 2011


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LOS MíOS
Si se burlan será porque no me conocen. París, ocho de mayo del cuarenta y cinco. Vuelan la penicilina, la vanguardia y las canciones. Risas y escotes internacionales saludan a la cámara. Juntos han conocido el miedo y los piojos. Entrar en la asamblea no era un juego, camaradas, ni la lucha de clases. Burgueses por destino, lo que sigue es el final de su propia burguesía y a ver cómo se lo decimos a papá. Elogian mi corbata, se fuman mis cigarrillos.
Y los tuyos, qué tal, chaval.
Son los míos.

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02
¿Quién insiste en su virtud doméstica mientras alrededor el mundo se desangra, y le da igual la guerra, Agamenón, su patria?

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05
Que mi palabra se queme y me ahorre la factoría de los mercados, la pesadilla editorial y el insomnio de quien escande versos sin cuento.

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06
Contra la papelera, que la almohada nos libre de quien oyéndose a sí mismo se imagina a la derecha del padre.

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08
Teoría del sismógrafo o retina de quien todo lo ve y no levanta al herido por no descomponer una exclusiva. Quien como Dios o premio Pulitzer.

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09
Si un alacrán de plata hurgara en la cebolla de mis ojos, nadie, ni el cirujano del asombro, tiene nada que hacer allí.

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10
De plata y más, mis lentillas dominicales, mis chalecos a dos bandas para propina y para limosna, mis tirantes
gran boutique, miradme.

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13
Su saludo especial, su jugar al quién soy y ponerme en la mesa todo lo que me engorda. Esa manera suya de presentarse a reelección.

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14
En unas bodas fue requerido para sacar a los protagonistas de un apuro. Otro día con cinco panes dio de comer a cinco mil. Arreciaban las críticas. Así cualquiera gana las elecciones.

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22
La mano bajo las sábanas le alumbró una cita de San Pablo. Enseguida se hizo célebre su resistencia a dar el episodio por concluido y aquel afán suyo por casarse y fundar una familia.

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24
Si el amor brujo lo pilla en un renuncio, que no llegue el asunto a las lavanderías.

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29
De las obras públicas, le encantan los detalles del cojín y la tijera, coleccionar los recortes de cinta roja y amarilla. Dedicaba esas labores a su madre:
mi niño, mujer,
que no servía para nada.

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31
Por épocas reaparecía en mi buzón increíblemente rejuvenecido entre la propaganda y las cartas. Yo evitaba mirarle a los ojos al tirarlo a la basura
y le deseaba lo mejor
como papel reciclado.

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32
En un descuido, ahí está él prometiendo la gloria y lo mejor que irá todo. Me proponen una demanda por incumplimiento de sentencia.

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33
Meses después de aquel ridículo por ciento pena da verlo pidiéndonos el voto hinchado por la lluvia, cagado por los pájaros, sonriendo todavía.

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34
Después de la merienda reúne a los internos y les predica el nuevo orden mundial. Pero una nube o pájaro bobo lo ensombrece, se atasca, llora.

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35
Sobre el vaho del metacrilato me describía sus cariños obscenos, sus planes de tercer grado. Yo le ocultaba la prensa con tebeos del víbora.

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36
Otras manos de nieve, Bergamín, hacen inventario en los contenedores. Manos, tézel, fares: cuentan, pesan, dividen.

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37
Acaso el reino de los cielos consiste en ese frío, cartones y envases sin retorno posible, mera antigualla comunista.

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38
Tres Mil Viviendas. Preferible no entrar en detalles ni averiguar si falta alguna.
No vaya a estropeársenos
el plan de fuga, el libro.

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39
Las mujeres de aquel barrio fumando esperan y los varones echan mano al primer paquete. En igualdad de oportunidades,
solo quieren fumar.

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40
Bajan de coches que no son suyos y un jardín se insinúa en sus andares. Te dirán guapo, muchacho, chiquillo a tu edad. No las quieren en el barrio pero alguien las quiere. Suben en coches que no son suyos.

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41
Nauseabunda la piel que no se ama, ciclo biológico para el que Dios dispuso camiones de basura y tazas sanitarias en una pensión según tarifas para el beso del Hombre.

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42
Pidió una cosa normalita. Pagó con Visa. Se despidió de mí hasta las siguientes erecciones generales.

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43
Autocares internacionales, mercedes y beemeúves, desvío provisional: la ropa como la vida en el alambre:
disculpen las molestias.

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49
Derecho al voto da uno en abstenerse de cuanto está por ver al otro lado de la edad
que llaman dieciocho.

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50
De dos en dos votan las hermanitas de la caridad. De dos en dos gustan del sufragio y de la cortinilla de las cabinas, que monseñor las perdone.

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51
Que viene su general. Todo esmero de percha y plancha será poco para darles una lección a incrédulas viudas, polloperas y votantes.

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54
Pidió un café descafeinado, leche desnatada, edulcorante cero, etcétera. Y me extendió esa mano, como quien dice
el último recibo del Ocaso.

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55
Ella, biobífida, y dermoprotectora. Él, manejando el látex de los preservativos como en quirófano los guantes
de operar.

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56
Ferviente partidario de toda operación retorno y de lo que manden el gobierno y aquí mi señora, todo por no faltar al trabajo el lunes de los contados supervivientes.

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58
Aburre con ética en secundaria. Que si el aborto, que si la eutanasia. Gusto da verlo ante el telediario decapitando salmonetes y cómo en los documentales ronca la matanza.

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59
Autor de su propio libro de texto, imponía aquel mamotreto a generaciones de estudiantes. Aquí les pongo, aquí les digo. Se jubiló don Aquiles.

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60
Del rosa rosae del antiguo maestro o presbítero pluriempleado, a la joven que sentada encima de la mesa enseña a los mayorcitos
su woman secret
para empezar a soñar.

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62
Ha recibido la sangre, la inquietud del rosa esclarecida. Hace de la carpeta un escudo que niega lo evidente a la monja, se abraza a su peluche de otro modo y le dan pánico su hermano y los espejos.

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63
A eso de física y química, su chico se hacía oír con el relincho de su cincuenta centímetros cúbicos. El profesor imponía el cierre de ventanas cuando alguna acariciaba un motor
como aquel bajo la falda.

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68
En la sala de espera del ambulatorio público, nadie sabe o todos callan de qué padecen estas mujeres que arriba de sus medias o calcetines de ejecutivo de sus maridos hacen fotos borrosas a las vecinas de enfrente. Jamás cruzan las piernas.
No podrían.

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69
Caballero mutilado, las humedades de octubre le traen barrunto de las borrascas y un dolor reflejo en el hueco amputado le hace pensar en Dios de manera distinta. Sueña con el tejo como deporte olímpico.

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70
Anuncian lluvia con sus paraguas negros y afilados como su sentido del humor, fidelísimos guardianes, doncellas lewis leve, de la orden de la cola del autobús.

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71
Antes del fuese y no hubo nada, el hidalgo se imagina que su hidalgo cala el chapeo, requiere la espada y solo por necesidades de guión se abstiene de picar una aceituna.

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72
En la Ruanda del cólera, telediario de las tres, un niño iba a ser enterrado vivo cuando en un toque de nuestro mando a distancia, telediario de las nueve, se vio que el niño respiraba y fue noticia con pantalla
súper plana y repetición
de las mejores jugadas.

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73
Hijos o nietos del mayo del 68 quieren verse por mayo marineritos y monjas de comunión. Evitan por mayo sus padres madres la acera de las iglesias, se fatigan por mayo en teologías de andar por casa y acaban pagando,
en efectivo o con tarjeta,
por mayo el silencio
de los traidores.

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74
París, San Petersburgo, bulevares oh là là a la medida de sus Luises y sus Catalinas las Grandes, qué gente vendrá sin carroza y a estas horas, medio descalza y sudorosa, cherie, ¿qué querrán?

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75
No exagerar conviene, querido Paco, esa noche desde la Puerta de Brandeburgo ni tu alegría internacionalista en la foto cogiéndole a una niña su par de tetas como si nadie por Alexander Platz.

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78
Cómo fastidia mirar escaparates, qué visón o joya ponerle a Maripuri en reyes, tanto mendigo que, ajeno al oro, no deja que el oro refleje mis sentimientos.

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79
Mucha mesa para dos en Martins, Edimburgo, para que unas paperas de tu chico desbaraten a ti la fuga
y a mí la Visa.

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80
Introduzco la tarjeta, tecleo mi código y un papelín me da lo que maldita, amor mío de las caries y de los cajeros automáticos.

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Aquel apego tuyo a guardar los mocos con un primor coleccionista que escandalizará a los siglos.
Tu estreñimiento crónico, querido. Tu nombre
pidiendo el voto
para el partido mayoritario.

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82
Tu académico Gómez,
quién lo diría,
entre el presentador de moda y la folclórica agradecida.

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84
Aprecias el psicoanálisis en lo que vale. Cultivas el superyó de tus admiradores,
tu propio ego en un marco,
y requieres mis servicios
bajo el ello desconocido.

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86
Amor a primera vista.
Y a la vista está.

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90
Larga será la noche. Horro de armaduras cumple el guerrero los rituales de la costumbre. Oigo sus abluciones desde mi cama y tirar de la cadena: el juego sucio en las provincias, los cuatro abusos de los mismos, el largo día
que será mañana.

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91
Dio con un verso de Jesús Aguado y le pareció magnífico hacer el censo de mi esqueleto. Yo que creí que volverían nuestras noches de bodas y él que solo quería numerar mis huesos para el gran puzle de la resurrección.

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92
Una glándula no es mucho, tampoco un pliegue gástrico, plaqueta o fibra coronaria pero, según nuestros informes, por miles se organizan unos con otros fémures y astrágalos,
el laborioso esfínter.

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99
Por mucho que entre sí discrepen modestos enterramientos y soberbios panteones, la vida siempre vota en urnas funerarias
y el sufragio sí que parece universal.

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100
Bondad de la cifra que por amor a la simetría
cierra el paréntesis.

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EPíSTOLA MORAL
O LA TRISTEZA

Spero lucem post tenebras
(lema de portada en el Quijote)

Si en esquelas
terminan las tarjetas de visita,
qué menos que ser buenos,
rebeldes y algo cínicos.
Se vive y se malvive, se respira

de todo y sobreviven
los muchos a los pocos, que ahí nos andan
tocándonos las teclas
diciendo quién es éste,
de qué partido es o quién le paga.

Sigue el matar por dios,
por la patria y el rey siguen muriendo
miles gloriosos. Mil
versiones y versiones
una. Sigue aquel tiempo de silencio.

Ténganse sus lecciones
y tengan por sagrados esos libros
que llenan cementerios,
iglesias y cuarteles,
el gran telediario del civismo.

Un poco de Unicef,
tres siglas de oenegés y cuatro envíos,
un gesto de la Fao,
un toque de la Oms,
y a vacunar, mujer, a los negritos.

Y en tanto su subsuelo
lo chupa con pajita el hombre blanco,
se les ponen escuelas,
mezquitas y misiones.
Que sepan quién es dios, vayan rezando.

Rabinos, reverendos,
profetas de Mahoma o Jesucristo,
Teresas de Calcuta
les vendan la cabeza
y que le vayan dando al humanismo.

Como hay pena de muerte
de personas, hay penas contra estados,
gobiernos o naciones:
guerra justa. En su nombre,
la Onu glorifica a los soldados.

Confiesa o te estrangulo,
di nombres de tu banda, quién la lleva.
Mira el perro y las ratas,
la tenaza y el cable:
ser humano, ve abriéndote de piernas.

Hablamos de misión
de paz y libertad, qué te has creído,
valor, chaval, valores.
Si estás en contra, eres
presunto de traición o terrorismo.

Mi patria, que hace tanto
vendida está a las bases y banderas
extrañas, se desangra
por cuatro autono mías
o tuyas. Y a alambrar Mellilla y Ceuta

lo llaman alianza
de civilizaciones. Con cuarteles
dos biblias y un corán
y unas citas de Gandhi
se dan la paz palomas y laureles.

Me escupen: ¿qué haces tú
por arreglar lo que criticas tanto?
Nada absolutamente,
señor, señora, como
Groucho Marx yo tampoco me levanto.

Ya es algo si no añado
crueldad a la crueldad de los periódicos
de ustedes, si en los límites
del juego no soy cómplice,
ni añaden más vergüenza con mi voto.

Ya es mucho si converso
con la rabia que siempre va conmigo
y dejo un acto solo
o un verso que merezcan
la pena en el recuerdo de los míos.

Bastante que aguantemos
el tipo sin perder la compostura.
No vaya en hospitales
el aire que tuvimos,
ni el genio en oidos sordos y en preguntas

necias. Si es imposible
pactar los plazos como Fausto o Dorian
Gray, multiplicaremos
la ubicuidad fugaz,
los pétalos que escapan a su rosa.

Y cuando el escenógrafo
nos diga por el micro que hay que irse,
que esté buena la escena y
nos pille el colorín
colorado comiéndonos perdices.

Es todo. Si me insisten
con folletos, aquí un montón de huesos
cadáver, encantado,
donante, incinerado,
no espero luces post tenebras, viejo.

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Predisposición de las uvas

Sevilla 2011


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01
Extranjero en mi patria y extranjero en las tierras y patrias donde he ido, no puedo no opinar de lo que veo ni puedo no mirar por lo que opino, ni aquí contigo
ni allí sin ellos.

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02
Que te redacte, dices, en breve nota editorial qué fue de mí todos estos años. Gómez de la Serna lo dijo en greguería: mi vida, también la tuya, es lo que va de los primeros sueños
a los últimos ronquidos.

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04
No fue bastante que el simposiarca sirviera el mosto en cráteras felices ni que Nikon con su cámara tuviese la noche más inspirada. A punto del canapé me he dicho si no estoy con mi Géminis
la vida social no vale nada.

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10
Límite de funciones, la equis de la poética tiende al silencio o al cero directamente como el cerebro de más de uno.

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11
A vuelta de correos, tu simple endecasílabo devuelvo, por no decir vomito. No es lo mío hacer métrica como quien dice leña de un mal poeta caído.

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12
Me alargó mil rimillas con el ruego de una ojeada, aunque modestia aparte, él no es poeta. Menos mal que en algo estábamos de acuerdo.
No le crezcan ni a mí quien más me toque las narices.

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13
Aprendida la técnica,
cogido el pulso a la lírica,
ánimo, solo te falta
algo que decir.

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14
Estuve en tu lectura,
de verdad, emocionante.
Aquel presentador entre botafumeiro y botarate,
tu club de fans, tu musa fina
como ella sola y, por supuesto, tu madre.

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15
En sus coros y danzas cierra los ojos con la misma emoción que la patronal cierra fábricas y lee muy bajito porque la lírica a voces le recuerda a los cantares
de gesta.

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16
Exquisito en su léxico: mas por peros, emperos, ignotos, cual o tal por comos. Mas tal un dios, ya no, que ese es Cernuda, le han dicho
en el taller de la escritura.

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17
Cortado por obras, se encierra en su cuarto. Perdonen las molestias, educado. Soberbio, trabajamos para usted.

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18
Amor y muerte en líneas de bajo coste que llamarás poema. Endecasílabos, cualquier libro de texto, y algo aprendes. Las bases, internet, dándole a premio.

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19
Horizontes lejanos, atardeceres de oro, retales del otoño entre las hojas amarillas. Si tienes boli y algo donde escribir, la misma servilleta del bar, te valen para hacer el poema y el idiota.

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20
En su declaración de amor, que no de hacienda, le hizo saber que la quería cúbito a tibia, radio a peroné.
De anatomía patológica.

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21
Todos los días son San Valentín. Después coja un nenúfar que dialogue de sus cosas (lo natural está de moda) con el primer colibrí que ande de paso. Si viera que el amor se pone en serio, donde ponga la flor
ponga el florero.

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22
Sus carros de combate en esta vida, el de la compra y el de los biberones. Gusto da verlo por esas avenidas. Un iceberg contra el Titánic.

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23
Se aplica con la plica y no se explica que haya quién más aplicado que él, que hasta la lista de la compra hace con planteamiento, nudo y desenlace.

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24
Entre la incubadora y la basura, sus partos prematuros (ni siquiera paridas) habrá que darlos a quien, cosa de Dios, los bautice y los confirme
como versos.

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25
Se puso a cavilar y le dio un toque original a lo que lo llevaría al cénit. Pastillas
de avecrem al ave fénix.

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26
Dijo que le dijo que iba a venir vestida de inocencia y que se iría vistiendo y desnudando fastuosa de tesoros. Y que él, faltaba más, también le sonreiría.
Mayores 18.

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31
BíO POESíA
Nos aburría, a partes iguales, con la bío, con la biblio y con la bíoblio- grafía de sus obras. Con la edad añade sus biopsias ilustradas, comentadas y completas.

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32
LIBRO DE LAS HORAS
Manuscritas, inéditas, éditas, primeras, facsímiles, traducidas, críticas, anotadas, póstumas, de antología, escogidas y completas. Venales o no venales, al ángelus, jóvenes promesas que emborronáis, rezad por ellas.

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33
EN EL CONVENTO
al toque de inéditas
la comunidad manuscrita
abría ilusionada sus facsímiles
para llegar a primeras.

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34
BIBLIOGRAFíA
Manual a mano. El ucraniano aniano. Cartas a una revista pornográfica viuda. Elecciones generales, todo a cien (antes del euro, se supone) y la edición definitiva de El ano de las luces.

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35
Teléfono de la esperanza métrica
5, 7 y 11, pulse 1.
4 y 8, pulse 2.

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36
EPITAFIO:
obras completas.

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42
Pudo escribir los versos
más tristes esa noche.
Y los escribió.

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43
Sin entrar en poesía
social, eso no,
hizo un verso con hambre
y otro con tenedor.

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44
Te vas a casar. Me apuesto
que hasta la lista de bodas
te sale tonta.
Tú poetiso, ella poetisa,
tendrás un poetisú
azul o rosa.

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47
De las artes, la más bella
es que usted viva del cuento
y que los demás se lo crean.

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57
Dio con la punta
del nabo un buen examen
de cabo a rabo a
cuestiones palpitantes.
De tomo y lomo,
hacerse con refranes,
del bestia, un homo sapiens.

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61
TRES CULTURAS
¿Quién les ha dicho que tres
son los colores del cielo?

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63
Dar pienso al caballo
y al caballero montura:
¿educación o cultura?

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66
Mendigo a las puertas de la cultura, una ideíta,
por caridad.

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83
Para hablar de política hay que pringarse. Y se pringó.

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102
La trinidad tiene un pase. La resurrección de los muertos. Pero a tu imagen y semejanza.

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111
Te vieron de peregrino. Cultural, claro está. Claro está: no era tu papa aquel Papa ni aquella fue jamás tu Santa Inquisición.

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112
Con Dios me acuesto y en vos confío. De toda confianza, supongo, los dioses que se acuestan con los dioses míos.

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113
Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, decía el pobrecito hablador incapaz de imaginarse un mundo sin ninguno
de los dos.

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115
No levanté la mano en la asamblea ni al circo fui con mi pulgar hacia abajo.
Es cuestión de siglos
y de turnos de cata.
Yo he probado tu vino.
Tú, nunca el mío.

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116
Por qué te dejas ver las cinco veces al día rezando. Como si rezas cien. Vuélvete a Nazareth y haz tu vida privada.

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117
Que no mande el sistema en las agencias ni las agencias sobre los mercados, los mercados sobre la economía, la economía sobre la política ni la política en la democracia. Bases: sin cambiar el sistema. Jugadores: todos los públicos. Dificultad: media baja.

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118
Me cuentan que Bética y Tarraconense se agitan contra el sacrificio de los toros. Estará contento el césar. Mientras patricios y ganaderos dirimen sus cuestiones, sigue el mercado de esclavos y en el circo máximo no faltan gladiadores.

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124
Teocentrismo es poner hombre o mujer, niña o niño en el centro del universo y alrededor un coro de planetas y satélites figurantes.
Si no hay cobertura solar,
ponga pastores.

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125
Oración contra el tuteo en las aulas: Padre nuestro que está usted en los cielos, el pan nuestro de cada día dénosle hoy. Morituri le salutant, atentamente. Amén.

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126
ÚLTIMA CENA
Amen dico vobis quia unus vestrum me traditurus est.
Por estas cenas, se hizo refrán de sepulturas llenas que avisan que por la noche, un yogurcito y poco más.

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127
Sánders es a Sócrates lo que es como yo digo a sé tú mismo o a solo sé que no sé nada. Piensos compuestos para la cabaña.

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128
Conócete a ti mismo, ama al prójimo como a ti mismo te amas, en fin, practique y no decaiga. Han dicho que funciona. Nosotros no podemos garantizarle nada.

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130
La criatura al final
la bautizaron. Quién iba
a darse cuenta de nada.

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131
Alguien tiene que hacerlo, dijo el humanista contemplando
cómo se baja a la mina,
cómo se sube al andamio,
tan callando.

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134
Las llaman bombas antipersona, como si hubiera humanitarias. Ya dijo Groucho Marx que no esperásemos mucho
de la inteligencia militar.

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137
Si vis pacem, dijo el filósofo
que patentó al estadista
que patentó al fabricante
que patentó Parabellum
19 milímetros.

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138
A diferencia del de la guarda, que se organiza el ángel como puede, guardias civiles de tráfico y policías se manifiestan en pareja:
no les roben, mujer,
si fueran solos, la moto mientras combaten el robo.

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145
El socialismo en aquel país
no había hecho más que
repartir la miseria,
decíais a coro siguiendo el
libro de campaña como si aquí, puestos a repartir,
se repartiera otra cosa.

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149
Con permiso del buitre y del lince ibérico, quiso hacer del hombre primera especie protegida de la humanidad y prohibirle en su hábitat la guerra, el hambre, el frío. Cuando lo encerraron iba diciendo no se sabe qué
cuando ganen los míos.

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153
Que el hombre es lobo para el hombre lo dijo un inglés y se quedó tan fresco. Confianza en el hombre nunca la tengas cantó Camarón, y en la explotación del hombre por el hombre va a resultar
que el hombre éramos tú y yo.

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154
Mientras cocino, friego, lavo y plancho, mi cooperante vuelca sobre la mesa con el pan y el periódico las novedades de nuestro bravo ejército y las hazañas del último machote con la mujer también llamada parienta o pareja sentimental.

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155
Se han separado ya del todo. Enhorabuena por la mitosis a ese equipo médico y jurídico que ha conseguido de una naranja podrida
dos medias naranjas.
Para volver a empezar.

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159
Aunque para Schopenhauer era el ideal que se sostiene a sí mismo, modernamente el pensamiento único consiste en no llevar la contraria.
La gente lo suele confundir (siguiendo ahora a Marcuse sin merecerlo) con lo que diga el jefe o digan todos. Se vende en muletillas familiares.

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161
Ya no hay clase obrera,
dices leyendo a Dickens.
Vaya por Dios.
Ahora que te apuntabas
a la revolución.

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163
A mitad del camino no sabía si revolver infancia y juventud buscando a aquel que fue, aunque se rían, estás hecho un pincel, o si ponerle las cosas facilitas al forense.

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165
Entre los hombres y sus entrañas, entre la paz y su guerra, yace aquí. Tuvo ideas. Ninguna para hacerlo feliz.

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166
Tarde aprendió (murió joven
y lo había leído en Quevedo)
que no cura quien muda
de médico, querido Corcia,
sino de vida y de costumbres.

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167
Vine a tu entierro porque no me lo podía creer y después por ver qué han puesto en tu corona tu mujer y tus hijos.

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CÓRPORE INSEPULTO
O BIEN SEPULTO,
no quieras más saber.
No abras el ojo,
se asustan las criaturas. Controla tus esfínteres.
Barba, cabello y uñas crecen. Poco. Si vieras que es verdad, y no leyenda,
el polvo enamorado, disfrútalo, disfrútalo. Tampoco es plan que vuelvas (nosotros te creemos)
a contarlo.

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CAMPANADAS
Si no hay uvas, almendras o aceitunas deshuesadas con lo mejor que tengas en tu bodega, frigo y microondas que no esté caducado, ya se entiende, y un cubierto de más, nunca se sabe. Aparte, en sitio cerca, radio, tele o torre de una iglesia que dé en punto las doce en el reloj, hora española. Fetiches o masocas, valen fotos de quien eches de menos o el mechero del último cigarro. ¿Dan? ¡Dan! Dan. Ni príncipe ni reina: cenicienta, si acaso, un año más, y sin zapato. El próximo, te acuestas más temprano.

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LLANTO DEL AÑO VIEJO
No he sido un año bueno
y aún huelo a chapapote
y a un muro en Palestina.
He sido año de guerras
malas, todas lo son.
Fui el año del desprecio
de oriente y de occidente.
En mis meses ganaron
los de costumbre. He visto
vivir en una cárcel,
morir en el Estrecho.
He soportado patrias
y he soportado ricos
que no han sabido ser,
estúpidos, felices.
Os dejo un año más
las uvas y una boca
con más o menos dientes.
Contadlos. Suficientes.
Y adiós…

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Índice.

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De quien mata a un gigante.

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¿Quién como yo?.

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Hacia Teoría de la ciudad.

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de amor como disparos.

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Elecciones generales
Todo a cien
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Predisposición de las uvas.

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Alimañas.

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Dama inglesa.

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Agosto.

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Mi amor no sabe
decirme que me quiere
Historias de la literatura
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La corte del rey bobo.

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Chapín de seda




Daniel Lebrato correcaminos
por Manuel Benito del Valle ©
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@daniellebrato
Sanlúcar de Barrameda
31 agosto 2025Daniel Lebrato
©

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