Siendo el pecado, latín peccātum, la transgresión consciente de un precepto religioso, algo así como infracción o transgresión contra la virtud,
a cada cual, su pecado:
Yahvé o Jehová, de Antiguo Testamento, se tenía por dios terrible y su pecado a la contra fue la soberbia. En la soberbia solo cabe Luzbel, un ¿quién como yo? que por soberbia se rebela y se alza, incompatible, y se condena. Su género sería la tragedia.
Ya en el Nuevo Testamento, Jesús de Nazareth era un hombre cuando el pecado contra los hombres era la codicia del negocio y, por codicia, los mercaderes en el templo se vieron por Jesús latigados y expulsados. Su género sería la comedia o, tal vez, el esperpento.
Soberbia o codicia, antes que envidia o avaricia, siempre en la lista de los siete pecados capitales. Preguntando por «siete pecados capitales», en Google, responden 162.mil resultados, empezando por soberbia; 80.mil si empezamos por codicia; todo ello aproximadamente de 0,23 a 0,33 segundos.
Dice la Wiki: El orden de los siete pecados capitales fue inicialmente establecido por el Papa Gregorio I en el siglo seis. Él los enumeró como Soberbia, Avaricia, Lujuria, Ira, Gula, Envidia y Pereza. Este orden fue posteriormente adoptado por Dante Alighieri en su Divina Comedia.
