Semana Santa en Sevilla 2025

La Semana Santa en Sevilla (SSS) es resultado de muchas fuerzas que van jugando un combate o deporte de pies quietos con cuerda de tira y afloja. La fiesta, el folklore, la cultura, la religión, la Iglesia (en Vaticano y Palacio y Consejo de Cofradías); más lo que tira la costumbre, la economía, el turismo, el municipio, la política, la hostelería, el trabajo o las vacaciones, más los registros que cada uno ponga de su bolsillo: la infancia y adolescencia, el sexo, el barrio, los juegos, la familia. Todos son concursantes a ese tira y afloja como clavo del trompo que nos trajo aquí, laicos como creyentes, ateos frente a compromiso. Por eso, la SSS la lleva mejor quien conoce esas claves o cuanto más las sopesa y respeta.

Algunos contraejemplos que son o han sido destrozos lamentables:

La banda con Juan Bonilla y Nadie conoce a nadie, la madrugá del año 2000, el segundo novelista que vino con el Cecop a poner orden y vallas, Palacio Arzobispal con su pretenciosa Magna, un rancio Gran Poder con sus Misiones o el Cachorro galán que vaya a Roma con su bella de Málaga. Todas son deposiciones fuera de tiesto que brillan lo que luce un día pero que una eternidad tardan hasta que pase lo malogrado:

No volverá a haber SSS sin policías, porque ahora es la gente la que la pide. No volverá a haber cangrejeo delante de los pasos, porque es la gente la que está en contra. No volverá a haber la bulla que había antes, porque la gran mayoría sale hoy a ver procesiones con su sillita y su humor como quien va a ver la Cabalgata un 6 de enero. Nunca se apaciguará el orgullo costalero, porque es un pulso de señoritos de gimnasio y vida sana y tente tieso. Y ahí quedará el Domingo de Resurrección con su desfile de nazareno tontolaba, qué más quieres, cera o cero. Mucho interés se ha vertido sobre una SSS que nunca fue plato único de fácil digestión y que, además, ha aguantado lo que ha podido.

Por mi parte, alguna idea: No hagáis caso de suceso que os provoque a quién ha sido? Propaganda y clientelismo es lo que manda y mandará, me temo mucho. En cuanto a las novedades que veréis surgir, distinguid, si es posible, lo razonado frente a lo impostado. Un ejemplo: pasos con canto o letra de canto en sus voces procesionales, es algo que fue así hace algún tiempo (años 1990), gracias a directores de conservatorio con estudios de filología, cuando las bandas recuperaron las voces por oraciones ya hechas, como saetas o plegarias devocionales. Gente cantando «Macarena» a la Macarena es tal vez recuperación de un tiempo antiguo; no, en cambio, el vocerío que se traen capataces y costaleros dando fe constante de su fe con tanto ¡Al cielo! a base de gritos, que son Vaticano y Palacio, que con su fe se lo coman.

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