LA COLONIZACIÓN DE PALESTINA (1882·1939)

© Francesc Tur 2024
serhistorico.net (15/09/2024)

1ª parte: 1882·1914

¿Por qué el apoyo británico a la colonización? En primer lugar se trataba de una disputa con Francia, la otra gran potencia colonial. En 1881, Túnez se había convertido en un protectorado de París que ya controlaba desde 1830 el litoral y los territorios próximos de Argelia. Londres, que movía los hilos de la Compañía de Suez desde 1875, había desembarcado en Egipto en 1882 bajo el pretexto de sofocar revueltas contra los poderes dictatoriales que el jedive Ismail Pacha (o Bajá) había concedido al coronel Ahmed Arabi. Otro factor fue el puritanismo, movimiento protestante que denunciaba que la Iglesia anglicana no se había distanciado de las prácticas de la católica. Aunque era una pequeña secta de disidentes inspirada en los escritos de Jean Calvin, sus seguidores se oponían al uso del Libro de Oración Común, a la jerarquía de la Iglesia anglicana (que reflejaba la de la Iglesia católica), al uso del incienso y la música en los servicios de culto, y a otros aspectos de la liturgia y la práctica religiosa. Una de las creencias del grupo, apasionado lector de los libros bíblicos de Daniel y del Apocalipsis de San Juan, era que los judíos debían reagruparse en tierra palestina para que llegara el nuevo Mesías, algo por lo que ya abogaba Oliver Cromwell (1599·1658). En diciembre de 1656 se abrió la primera sinagoga oficial en Londres.

En 1891 se fundó la Jewish Colonization Association (Asociación Colonial Judía) para facilitar a judíos pobres o perseguidos a establecerse en otros lugares, por el barón Maurice de Hirsch. Se constituyó en Londres como sociedad anónima entre cuyos accionistas se encontraba el francés barón Edmond de Rothschild (1845·1934).

El Imperio otomano estaba dividido en provincias (vilayets), subdivididas en distritos (sanjaks), subdistritos (qadas) o aldeas (nahiyes). En 1873, las autoridades de Estambul elevaron el sanjak de Jerusalén, por su importancia religiosa, al estatus de unidad administrativa independiente. Los subdistritos de Acre, Haifa, Jaffa, Nazaret, Safad, Tiberias, Yenín, Naplusa, Tulkarem, Hebrón, Gaza y Beerseba decidían en el ámbito local dirigidas por un Qaimakan o gobernador. Los gobernadores detentaban la autoridad suprema civil y militar: orden público, colecta de impuestos y administración general.

En 1882 el territorio palestino estaba en dos provincias bajo dominio del Imperio otomano. Una era parte del vilayato de Beirut y otra el mutasarrifato de Jerusalén, con un estatus especial concedido en 1872 por el gran visir Mahmud Nedim Pasha. En 1876 el territorio estaba representado en el primer Parlamento otomano por dos diputados de Jerusalén. En 1880 había unos 25.000 judíos asentados en el territorio desde hacía generaciones. Otras fuentes rebajan la cifra o censo a 15.011, más 43.659 cristianos y 403. 759 árabes.

13/03/1881. Muere asesinado el zar Alejandro II en San Petersburgo y el magnicidio es aprovechado por sectores reaccionarios ligados a la policía política para difundir rumores que lo relacionan con un complot judío. Semanas después del atentado, los disturbios se multiplican. A partir del 15/04/1881 en Elizavetgrad campesinos y delincuentes destruyen bienes e incendian casas de los hebreos. Son los llamados pogromos, palabra de origen ruso que significa masacre de judíos y, por extensión, de otros grupos étnicos, aceptada o promovida por el poder político, violencias de una comunidad de vecinos por la inacción de autoridades y también por las ideas vehiculadas por la prensa más conservadora. Los pogromos de 1881 y 1882, que se produjeron en olas en las provincias del sudoeste del Imperio ruso, tenían el carácter de movimientos de masas, originados en las grandes ciudades como Odesa para extenderse a aldeas de alrededor por ríos o ferrocarriles. La violencia fue dirigida en gran parte contra las propiedades de los judíos, destruyéndose millones de rublos. No es de extrañar que en 1882 se produjera la primera ola de emigración, la primera aliya, hacia Palestina, que se alargó hasta 1903 y llevó hasta la zona de 20 a 30.000 rusos. Entre ellos se encontraban los jóvenes del grupo Bilu, estudiantes universitarios que llegaron a la región procedentes de Járkov el 6/07/1882 encabezados por Israel Belkind, escritor e historiador.

Los judíos de Palestina eran propietarios de 22.000 dunams o jornadas de tierra. Aunque las leyes de 1882 no autorizaban la entrada al territorio más que a peregrinos y por un tiempo de 3 meses, personas como las del grupo Bilu, por la ayuda de las representaciones inglesa y usa, pudieron entrar sin papeles y permanecer en la región.

En 1883 se crean en Odesa asociaciones que impulsan la emigración a Palestina como Zeusbabbel y en 1884 nace en Rusia el movimiento Hovevei Sion (Los amantes de Sion) que se extiende por el Imperio y por el este y centro de Europa. En 1884 tiene lugar en Katowice, provincia prusiana de Silesia (actualmente en Polonia), la primera conferencia de Choueve Sion (Los adoradores de Sion). Para el dirigente sionista Jaim Weizmann, quien sería primer presidente del Estado de Israel en 1948, esta reunión marcaría el punto de partida de la conciencia sionista.

En febrero de 1887 las autoridades otomanas envían nuevas instrucciones a los gobernadores de Jerusalén y de Haifa que instaban a prohibir entrada de judíos que no fueran peregrinos o turistas. En el caso de Haifa, dichos visitantes tenían que pagar 50 liras turcas y abandonar el país al cabo de 31 días.

En 1888, Constantinopla promulga una ley según la cual los judíos extranjeros (de fuera del Imperio otomano) deben tener un pasaporte expedido por los consulados de la Sublime Puerta en sus países de origen para poder beneficiarse de 3 meses en Palestina. Esta ley constituye una respuesta a diplomáticos europeos en relación a la política otomana de inmigración.

En 1891 se fundó la Jewish Colonization Association (Asociación Colonial Judía) para facilitar a judíos pobres o perseguidos a establecerse en otros lugares. Fue fundada por el barón Maurice de Hirsch en 1891. Se constituyó en Londres como sociedad anónima entre cuyos accionistas se encontraba el barón Edmond de Rothschild. Ese mismo 1891, notables de Jerusalén envían un memorando en que exigen que prohíban la inmigración judía en Palestina y la venta de tierras, primer acto organizado en contra de la colonización.

En el mismo periodo, 1880·81, el sultán Abdul-Hamid II promulga tres decretos sobre emigración. En el primero se advierte el peligro que, de continuar el ritmo de llegadas, la situación pueda desembocar en la creación de un Estado judío.

En 1891, el escritor, publicista y filósofo judío Ahad Ha’am de Kiev, emigrado a Odesa, visitó Palestina donde conoció la vida de los asentamientos judíos y criticó duramente las condiciones económicas, políticas y culturales que rodearon su implantación y el mal régimen que los colonos hacían sufrir a los nativos y llamó la atención sobre la toma de conciencia de estos. De hecho, los primeros enfrentamientos armados entre los naturales y los colonos tuvieron lugar en 1886 entre fellahin (agricultores o pequeños propietarios agrícolas) expulsados de sus tierras en 1886, según cuenta Si Ahmed Taleb: Ha’am consideraba que el palestinofilismo no podía traer la liberación a las masas y abogaba por la emigración a Estados Unidos. Palestina debería convertirse en el centro espiritual de su pueblo del que emanaría una nueva cultura judía. Años más tarde, en 1891, escribe: «Hemos cogido la costumbre de creer en el extranjero que Palestina es una tierra totalmente desolada, un desierto no cultivado, una tierra en barbecho donde cualquiera deseoso de comprar terrenos podría desplazarse hasta allí y adquirirlos a su gusto. En realidad no lo es. En toda esta tierra es difícil encontrar un campo de tierra arable sin sembrar. El día que la presencia de nuestro pueblo adquiera una dimensión tal que afecte un poco o mucho las posiciones de los autóctonos, no nos cederán su lugar de buen grado.»

Jaffa, Haifa y Acre eran puertas de entrada y salida comercial cada vez más importantes con exportaciones de trigo, cebada, sésamo, aceite de oliva, jabón, naranjas, más otras frutas y vegetales. Francia, Egipto y UK eran los principales destinos de los barcos mercantes, así como el norte de Siria, Asia menor, Grecia, Italia y Malta.

Las primeras grandes compras de terrenos se hicieron aprovechando la Ley de la tierra de 1876. Con esta norma, el Imperio otomano se apropiaba de los campos de los notables que no podían pagar los impuestos o suministrar al sultán los servicios militares que solicitaba. Necesitado de fondos, el gobierno de Estambul vendía rápidamente estos terrenos sin desdeñar el capital exterior. De esta forma, tanto el barón Rotschild como la Palestine Jewish Colonization Association adquirieron grandes extensiones de tierra en la llanura de la costa. Esa era la zona más fértil de Palestina, especializada en la producción de cítricos, lo que les permitió introducir la agricultura planificada, capitalista y destinada al mercado exterior. Los campesinos arrendatarios que vivían de esas tierras se vieron expulsados de sus campos. Algunos continuaron en los mismos cultivos como jornaleros. En 1896, Theodor Herzl, periodista, escritor y dramaturgo nacido en Budapest 2/05/1860 publicó El Estado judío (Der judenstaat). Herzl había sido en un principio asimilacionista, esto es, favorable a que los hebreos se integrasen en el país en que vivían. De joven, incluso habría flirteado con el nacionalismo alemán en su época universitaria en Viena. Siendo corresponsal en París, fue testigo de la tormenta desatada en Francia a raíz del caso Dreyfus. [Controversia provocada durante doce años (1894·1906) por una sentencia judicial contra el capitán Alfred Dreyfus, judío de Alsacia.] Convencieron a Herzl de que la única solución para los judíos europeos era la consecución de un Estado propio fuera de Europa; Palestina como primera opción, también Argentina o Uganda. «La Society tomará lo que se le dé y hacia lo que se incline la opinión general del pueblo judío. Argentina es, por naturaleza, uno de los países más ricos de la tierra, de superficie inmensa, población escasa y clima moderado. La República Argentina tendría el mayor interés en cedernos una parte de su territorio. La actual infiltración de los judíos les ha disgustado, naturalmente; habría que explicar a la Argentina la diferencia radical de la nueva emigración judía. Palestina es nuestra inolvidable patria histórica. Su solo nombre sería, para nuestro pueblo, un llamado conmovedor. Si S.M. el Sultán nos diera Palestina, podríamos comprometernos a regularizar las finanzas de Turquía. Para Europa formaríamos allí un baluarte contra el Asia; estaríamos al servicio de los puestos de avanzada de la cultura contra la barbarie. En tanto Estado neutral, mantendríamos relación con toda Europa, que tendría que garantizar nuestra existencia.»

Theodor Herzl creía que esta emigración eliminaría el antisemitismo de raíz: los gentiles cambiarían su opinión sobre los judíos al no tener que convivir con ellos y al quedarse con las propiedades de los emigrantes; contaba, además, con que el éxito que tendrían los hebreos en la creación de un Estado próspero suscitaría su admiración. Herzl murió a los 44 años dejando a su familia en la indigencia. Su hija Pauline murió a causa de su adicción a la morfina. Su hijo Hans se convirtió al cristianismo en 1924, momento en que fue abandonado por la comunidad judía y denunciado públicamente. Se suicidó a raíz de la muerte de su hermana. Por 1940 se escribió un libro sobre los hijos de Herzl que fue retirado por la Organización Sionista Mundial para no ensuciar la imagen de Herzl. La OSM había decidido enterrar a Pauline y a Hans en Burdeos, aunque la voluntad de ambos era junto a su padre, en Austria.

1897. Del 29 al 31/08/1897 se celebró en Basilea (Suiza) el Primer Congreso Sionista presidido por Theodor Herzl. Existe cierta controversia sobre el número exacto de participantes en este I Congreso Sionista; sin embargo, la cifra aproximada es de 200 de 17 países, 69 delegados de sociedades sionistas y el resto, invitados individuales; también 10 no judíos que se esperaba que se abstuvieran de votar. 17 mujeres asistieron, algunas por su propia capacidad y otras, acompañantes, sin derecho a voto. Se les concedieron derechos de membresía plena al año siguiente, en el 2º Congreso Sionista. Tras una inauguración festiva en que se esperaban vestidos de etiqueta, frac y corbata blanca, el Congreso se puso en marcha. Los principales puntos fueron: 1) El Congreso contempla el establecimiento en Eretz Israel de agricultores, artesanos y mercaderes judíos. 2) La organización y unificación de todo el pueblo judío mediante instituciones apropiadas locales como internacionales, de acuerdo con las leyes de cada país. 3) El fortalecimiento y fomento del sentimiento nacional judío. 4) Medidas preparatorias para obtener el consentimiento de los gobiernos a fin de alcanzar los objetivos del sionismo.

1892. El sionismo político herzliano fue combatido desde su nacimiento por la Alianza Israelita Universal (Alliance Israélite Universelle, AIU), su presidente Narcisse Leven (1898·1915) y su secretario Jacques Bigard. No es que la Alianza se desinteresara por Palestina: la creación de la escuela agrícola Mikveh Israel en 1870, así como la red de colegios en Eretz Israel entre los años 1870 y 1900, muestran lo contrario. Ahora bien, la misión de la institución era sobre todo la de difundir el modelo francés de emancipación y asimilación entre los judíos orientales. Lo que siguió fue una aguda rivalidad nacida de sus dos visiones irreconciliables del futuro de los judíos. A este antagonismo básico se suma la convicción entre los hombres de la Alianza de que el proyecto sionista es irrealizable en un nivel práctico y perjudicial tanto para las colonias palestinas como para el estatus de los súbditos judíos del Sultán y el de los judíos emancipados. Francia y UK recelaban de una mayor proximidad de la OSM a los alemanes. Incluso antes de la Gran Guerra, varias escaramuzas empujaron a la AIU a buscar el apoyo del Ministerio de Exteriores francés, que la apreciaba como un instrumento eficaz para difundir la cultura y la influencia de París y oponerse terminantemente al sionismo considerado alemán.

1897. El mismo año que se celebraba el Primer Congreso Sionista Mundial, nacía en Vilna, capital de Lituania, entonces bajo dominio de San Petersburgo, la Unión General de Trabajadores Judíos de Lituania, Polonia y Rusia. Impulsada por jóvenes obreros e intelectuales, el Bund era un movimiento laico que luchaba por la transformación del Imperio ruso en una federación democrática, socialista y plurinacional. Abogaba por una república gobernada por los trabajadores y los campesinos en la que el resto de nacionalidades del Imperio se verían liberadas de toda forma de opresión y discriminación. Para el Bund, el fin de la autocracia zarista permitiría a los judíos convertirse en ciudadanos libres e iguales, sin renunciar a su identidad y cultura. En 1900 la Asociación Colonial Judía se hace responsable de las colonias financiadas por el barón de Rotschild.

1897·1900. Desde la celebración del Primer Congreso Sionista Mundial en 1897 hasta 1900 el número de asociaciones sionistas había pasado en UK de 16 a 39, en Estados Unidos de 103 a 135 y en Rusia de 900 a 1.146.

El 8/08/1901 durante la celebración del 5º Congreso Sionista Mundial se creó en Londres el Fondo Nacional Judío, institución encargada de la compra de tierras en Palestina.

Herlz, mientras tanto, multiplicaba sus contactos con las potencias europeas, aprovechando incluso antagonismos a pocos años de la Guerra. En 1898 el líder sionista se había reunido dos veces con el emperador Guillermo II (Estambul, 19/10, y Jerusalén, 2/11) para solicitar su intercesión ante el sultán otomano para que reconociera la sociedad judía. 18/05/1901 se reúne con el sultán Abdul-Hamid en calidad de periodista judío conocido. Cuando le habla de la persecución de los judíos Hamid responde que el Imperio permanece abierto como lo ha estado siempre. Habrá dos encuentros más en febrero y junio 1902. El mismo año 1902, el presidente de la OSM se entrevista con el ministro de Colonias británico, Joseph Chamberlain, quien le propone el establecimiento de los judíos en Al-Arish (Egipto) bajo el control de Londres. Después del encuentro, Herzl se desplaza a El Cairo. Allí, el alto comisario británico encarga un estudio para valorar la viabilidad del proyecto y una comisión se dedica a la tarea desde el 11/02 hasta el 25/03/1903. El asentamiento judío exigía un desvío de las aguas del Nilo hacia el Sinaí y, en consecuencia, el alto comisario rechazó el proyecto. Theodore Herzl había expresado, anteriormente, su apoyo entusiasta a la propuesta de Chamberlain en estos términos: «Si una compañía judía logra instalarse en Al-Arish, no hay duda de que incluso los chipriotas estarán deslumbrados por el oro que lloverá sobre la región. Los cristianos (palestinos) podrán entonces irse a Grecia y Creta y los musulmanes palestinos a Turquía. Vivirán felices vendiéndonos a muy bajo precio sus tierras.» La opción egipcia fracasó.

1903. El 20/04/03 en la ciudad de Kishinev (Chisinâu en rumano, hoy capital de la república de Moldavia y entonces controlada por el Imperio ruso) se produce el primero de los sangrientos pogromos; el segundo tendría en lugar en 1905. Murieron 47 judíos, 92 graves y 500 levemente heridos. La comunidad judía sufrió grandes pérdidas materiales: 700 casas, 600 tiendas y 2.000 familias quedaron arruinadas. Durante los seis años anteriores al brote, un tal Pavolachi Krushevan, editor moldavo del único diario de la ciudad, el Bessarabetz, había llevado a cabo una campaña contra los judíos, publicando acusaciones falsas y sin dudar siquiera en acusarlos de asesinato ritual. Lo que agravaba aún más el asunto, sin embargo, era el apoyo explícito de las autoridades a esta clase de violencias. El ministro ruso del Interior las justificaba diciendo que eran una manifestación espontánea de apoyo de la población fiel al zar para escarmentar a los judíos que apoyaban a los revolucionarios.

Entonces el primer ministro británico Arthur Balfour (que en 1917 daría nombre a la famosa Declaración) ofreció a Jaim Weizmann la entrega de una parte del antiguo territorio británico en África oriental como patria al pueblo judío. Aunque se le conoce como Plan o Proyecto Uganda, también contemplaba una parte de Kenia. Herzl presentó ese Plan durante el 6º Congreso Sionista, Basilea, agosto 1903. El líder de la OSM propuso que Uganda sirviera como refugio temporal para los judíos que huyeran de Rusia y del este de Europa, lo que suscitó la indignación de los representantes rusos que se retiraron y advirtieron que si no se abandonaba esta idea, no participarían en más congresos. Para ellos, la emigración a Palestina era la única opción. Finalmente, Herzl, temeroso de una escisión, renunció a que la asamblea se pronunciara sobre su petición. Los delegados solamente votaron (295 síes, 178 noes y 98 abstenciones) el envío de una expedición a África para evaluar la viabilidad de una eventual colonización. Leon Trotsky, presente durante las deliberaciones, manifestó en una crónica publicada 1/01/1904 en el diario Iskra, órgano del Partido socialdemócrata ruso: «Se trata de una manifestación de desintegración y de impotencia de un movimiento sionista condenado a perder en el futuro cualquier derecho a existir.»

El 3 de julio de 1904 muere Theodor Herzl a los 44 años como consecuencia de una bronquitis y de agotamiento después de haber mantenido infructuosos contactos también con las autoridades italianas, rusas y con el Vaticano. En el 7º Congreso Sionista, Basilea, 27/07 a 2/08/1905, se aprueba que Palestina sea la única opción a considerar. Una pequeña parte se escinde y nace la Jewish Territorial Organization liderada por el escritor británico Israel Zangwill. David Wolffsohn fue elegido nuevo presidente de la OSM. Ese mismo año, 1905, se funda en Tel Aviv el primer instituto hebreo del mundo, el Gymnasium Herciliya.

De 1903 a 1906, se producen nuevas oleadas de pogromos, especialmente en las ciudades orientales de Jytomyr, Kichniev, Minsk, Odesa y Simferopol. Si cerca de un millón de judíos deciden partir a Estados Unidos, de 1904 a 1914 casi treinta mil pasaron a Palestina. El Fondo Nacional Judío compra parcelas de tierras que declara enajenables y donde la mano de obra indígena es excluida. Son los primeros kibutz basados en principios cooperativos y colectivistas, así como del mito del pionero trabajando la tierra. Durante este periodo, la población judía de Palestina se duplica y se cuentan 17 colonias.

En 1906 nace Tel Aviv, aunque su fundación oficial como prolongación de los suburbios portuarios de una atestada Jaffa tendrá lugar un poco más tarde, en 1909.

En 1907 se constituyó el Palestinian Bureau por decisión del 8º Congreso Sionista que inició sus actividades en 1900 en Jaffa bajo la responsabilidad del judío prusiano Arthur Ruppin. Al lado de la oficina que coordinaba la compra de tierras en Palestina en nombre del Fondo Nacional Judío, la OSM crea la Palestina Land Development Corporation en Londres con un capital de 500.000 libras esterlinas y cuyo director era el mismo Arthur Ruppin. El papel del Palestinian Bureau no se limitaba a comprar tierras sino que también se encargaba de implantar colonias. La idea de la continuidad geográfica es la que está en la base de la construcción del futuro Estado judío, sobre el terreno la letra N: La pata izquierda de la N corresponde a la costa entre Jaffa y Haifa. La pata derecha, a la región entre el lago Tiberiades y las alturas del valle del Jordán. La pata oblicua de la N, hacia la costa interior. La ubicación de las colonias se fija según su importancia estratégica bajo estas condiciones: 1) Un lugar protegido para facilitar su defensa. 2) Un lugar avanzado para defender las ciudades judías. Y 3) Un sitio accesible desde otras colonias y lugares de residencia judíos. Más tarde todos los establecimientos judíos serán estudiados por un estado mayor secreto de la Haganah, organización paramilitar sionista creada en 1920.

1911. Un documento de La Question Sioniste del año 1911, del diputado Ruhy Al- Khalidi de Jerusalén, describe las actividades de los compradores judíos y hace un recuento de los asentamientos implantados hasta 1911, con su nombre árabe, su localización y el nombre de los propietarios palestinos que vendieron sus tierras a los colonos en cuatro categorías: 1) Los propietarios ausentes (mayormente libaneses): Sarsak, Tayan, Twini, Madur, etc. 2) El Estado otomano: subastas de tierras de los fellahin que no pagan sus impuestos. 3) Terratenientes palestinos de familias cristianas: Kassar, Ruk, Khoury, Hana, así como 4) notables musulmanes de Safed y de Ramla. Las tierras vendidas por estos tres pueblos representan una superficie del 7% de las vendidas hasta 1911 y hasta 1914 este porcentaje no superará el 4,3%. Los judíos ocupan 279.949 dunams o jornadas repartidos en 28 pueblos.

La decisión de sustituir a los obreros y los guardias palestinos de las colonias por personal hebreo dio lugar a enfrentamientos en abril de 1909 entre los nativos y los colonos de Al-Shajara. El conflicto se desarrolla en el contexto de la Revolución de los Jóvenes Turcos durante la cual se restaura el Parlamento suspendido por el sultán en 1878 y se promulgó una constitución en el marco de una agenda liberal y reformista.

Tres palestinos de Al-Shajara son asesinados y un judío de Haifa es herido y en mayo 1909 un colón es atacado mortalmente en Bayt Dajan. El primer asentamiento judío que aplica el boicot a la mano de obra palestina es una colonia colectiva (kibutz) llamada Degania. Entre 1909 y 1914 se crean 12 kibutzs. La gente que llega en la segunda aliya difiere de sus predecesores. Casi todos ellos eran jóvenes. Los fundadores de Degania tenían 17 años cuando arribaron a la zona y su líder Joseph Bussel, nacido en Minsk, Bielorrusia, apenas 16. La mayoría eran solteros varones, no más del 20%, mujeres. Los conflictos entre fellahin y colonos judíos se extendían cada vez más:

El derecho al pastizal, costumbre en Palestina. Cuando un fellahin está segando, cualquiera puede hacer pacer su rebaño en la parte arada del campo. Los colonos, sin embargo, ven en ello un atentado al derecho de propiedad.

El segundo motrivo concierne al agua. Los fellahin consideran las fuentes de agua como un bien natural disponible para todos siendo las autoridades las responsables de su mantenimiento. Los colonos creen que las fuentes en sus propiedades, agua incluida, les pertenecen.

En 1913 algunos fellahin invaden colonias judías en Tiberíades, Hebrón y Jaffa. El incidente más grave tuvo lugar en julio de 1913 entre los habitantes del pueblo de Raznouga y la colonia de Dîrân. Se utilizaron armas de fuego y hubo muertos por las dos partes. También en julio 1913, el día 7 la revista palestina Al Karmil lanzaba la siguiente advertencia: «¿Aceptáis convertiros en esclavos de los sionistas que han venido para expulsaros de vuestra tierra que pretenden que es la suya? Sirios, árabes, musulmanes, ¿aceptáis esto? Será nuestra muerte si les permitimos hacerlo.»

22/11/1913 es abatido en Degania Moshe Barsky, el primer miembro de un kibutz sionista asesinado por un árabe a la edad de 18 años. Tras su muerte se convirtió en un mito y Moshe Dayan señaló su muerte como una razón más para avanzar en el establecimiento de un Estado judío. A pesar del esfuerzo colonizador, la población judía en Palestina en 1914 era tan solo de un 8% sobre un total de unos 690.000 habitantes, según la Oficina Central Palestina de Estadísticas. La Jewish Virtual Library, por su parte, eleva el porcentaje de hebreos hasta el 13,6% (94.000 personas) sobre una población de 689.000 habitantes de los cuales, 595.000 eran no judíos. Entre 1881 y 1914, sin embargo, 2.367.000 hebreos abandonaron Europa y 2.022.000 fueron a Estados Unidos. Los que se desplazaron a Palestina entre 1882 y 1903 procedentes de Rusia fueron entre 20 y 30.000 a los que se sumaron, 1903·1914, de 35 a 40.000 otros judíos del Imperio zarista. Por lo que hace referencia a las tierras en manos sionistas, en 1914 el 58% pertenecían al barón de Rothschild cuando las ayudas de este a las colonias y a la construcción y a la industria ascendían a más de 10 millones de libras. El noble francés extendió sus inversiones a educación y sanidad, a edificios públicos e infraestructuras.

1914. Se desencadenará la Gran Guerra entre las potencias centrales (Austria Hungría, Alemania, Italia y, desde octubre, Imperio otomano) y los países que formaban la Triple Entente (UK, Francia y Rusia).


LA COLONIZACIÓN DE PALESTINA (1882·1939)

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Segunda parte: 1914·21

28/06/1914. Asesinato en Sarajevo (Bosnia, provincia austro húngara) del archiduque Francisco Fernando y de su esposa Sofía de Ghotek. El 23/07 Viena da un ultimátum a Serbia y el 28 le declara la guerra. El 30, Rusia moviliza sus tropas hacia el sur en claro gesto de apoyo a Serbia. El 1/08 Alemania anuncia el inicio de las hostilidades con Rusia y el 3/08 hará lo mismo con Francia, aliada de Rusia. El 2/08 el Imperio otomano, oficialmente neutral, firmó un acuerdo secreto con Berlín y el 28/10 bajo presión germana atacó los puertos de Odesa y Sebastopol. Estambul hace su entrada en la conflagración al lado de las potencias centrales. Alemania, por su parte, aspiraba al control del canal de Suez frente a UK, que el 18/12/1914 proclamó su protectorado sobre Egipto. El sultán Mehmed V había proclamado anteriormente, 11/11/1914, la jihad, la guerra santa, con la esperanza de recibir el apoyo del mundo musulmán. Jerusalén en ese momento concentraba la mayor población judía en la zona con 45.000 sobre 70.000, 12.000 musulmanes y 13.000 cristianos.

El estallido del conflicto bélico tuvo importantes repercusiones en Palestina. Ya en agosto se declaró la ley marcial, cerraron los bancos y la administración otomana expulsó en 1915 a 15.000 ciudadanos de los países enemigos. Hubo un descenso de la población que pasó de 800.000 a 700.000 habitantes; la judía disminuyó de 85.000 a 50.000. Estambul lanzó una campaña de reclutamiento de varones de 18 a 45 años. Los caballos y las bestias de carga son requisados, así como las carretas. Se confiscan las cosechas de grano y de almendras. Con la entrada en guerra de la Sublime Puerta al lado de la Triple Alianza, con Alemania, Austria Hungría e Italia (esta última cambiaría de bando el año siguiente), el reclutamiento se convirtió en de los mayores problemas para la comunidad judía. La mayoría de los varones hebreos eran rusos (45.000 al menos); el resto tenía nacionalidad francesa, inglesa, austríaca, alemana o española. Los cónsules de esos países repatrian a sus ciudadanos, no los rusos, que tenían que otomanizarse o irse.

Si Ahmed Taleb considera que en 1914 había perdido la esperanza de ver a las autoridades otomanas tomar decisiones contra la expansión sionista y se inquieta de que Max Nordau, cofundador de la Organización Sionista Mundial (OSM) junto con Theodor Herzel en 1897, haya prometido que los sionistas se plantearán la defensa del Imperio otomano contra el mundo árabe con la creación de un Estado judío fuerte en Palestina. En agosto del 14, Alexandre Aharonson crea una fuerza combatiente en Zikron-Yaakov, colonia en el monte Carmelo fundada en 1882, los Guidoni, formada por 35 voluntarios, con la intención de demostrar al gobierno turco que la comunidad judía responderá a la llamada a filas. Más tarde, invierno de 1915, David Ben Gurion e Itzhak Ben Zvi lanzan la idea de crear una legión judía en el seno del Ejército imperial, proposición rechazada por el nuevo gobernador de la región Cemal Bajá. El gobierno turco no se fiaba de la lealtad de súbditos no musulmanes. Entre 1914·15, 12.000 judíos son expulsados hacia Alejandría, en Egipto. En 1915, 744 son trasladados a Ajaccio, en Córcega, y en 1917 dos mil son enviados a Damasco, Siria. Aun así, Mehmet Talaat, ministro de Interior, pidió reparaciones para los judíos deportados en Alejandría y Puerto Saíd y más adelante, ya en 1917, que se abriera una investigación sobre las acusaciones de homicidios y torturas que sufrieron sionistas en octubre. Las hostilidades alcanzan su apogeo en la batalla de Galípoli o de los Dardanelos del 19/02/1915 hasta el 9/01/1916, una carnicería con 250.000 bajas británicas como otomanas, más 50.000 franceses. Londres constata que vencer a los turcos en los frentes de batalla no es tarea fácil e intenta desestabilizar desde el interior mediante la incitación de las tribus beduinas a rebelarse a cambio del establecimiento de un gran Estado árabe independiente. En ese contexto cursa la correspondencia entre Sir Henry Mc Mahon, alto comisionado británico en Egipto, y Husayn ibn Ali, jerife de La Meca, descendiente del profeta Mahoma y guardián de los lugares santos de Medina y La Meca. Era el padre de Fayçal, futuro rey de Siria y después de Irak y de Abdallah, que se convertiría años después en soberano de Transjordania. El plan era sublevar la región de Hijaz contra los otomanos.

En julio de 1915 Hussein envió una carta a Mc Mahon donde detallaba las condiciones bajo las cuales consideraría una asociación con los británicos. El jerife buscaba la independencia para la totalidad de las tierras de habla árabe al este de Egipto. Mc Mahon el 24/10/1915 ofrecía al sârïf de La Meca: 1) UK está dispuesto a reconocer y apoyar la independencia de los árabes en todas las regiones dentro de los límites exigidos por el jerife de La Meca. 2) UK garantizará los santos lugares contra toda agresión externa y reconocerá su inviolabilidad. 3) Uk dará su asesoramiento a los árabes y les ayudará a establecer lo que parezcan ser las formas de gobierno más adecuadas en esos diversos territorios. 4) Se entiende que los árabes han decidido buscar el consejo y guía de UK y que serán británicos los asesores y funcionarios que puedan requerirse. Y 5) Con respecto a los vilayatos de Bagdad y Basora, los árabes reconocerán que la posición establecida y los intereses de UK requieren acuerdos especiales para proteger y salvaguardar sus intereses económicos.

UK no confiaba realmente en que el establecimiento de un gran Estado árabe favoreciese sus intereses en la región y temía que fuese, al contrario, fuente de inestabilidad. Por eso empezó a negociar con su aliado en la guerra, Francia, que garantizase a ambas potencias coloniales el control de la zona. El 16/05/1916 el teniente coronel Mark Sykes por UK y el cónsul francés en Beirut François George Picot firman el acuerdo que lleva su nombre. Sykes no tenía más que un vago conocimiento de la zona, que conocía solamente por sus viajes de placer y, además, no hablaba ni árabe ni turco. Picot, por su parte, era miembro del Comité de l’Asie française, grupo relacionado con los medios coloniales en el continente asiático. Desde hace unos años algunos autores tienden a matizar la idea de que el mapa de la región se dibujó arbitrariamente por europeos sin tener para nada en cuenta las condiciones geográficas ni la distribución étnica, religiosa o cultural. Al final de los intercambios entre los dos ministros de asuntos exteriores, Edward Gray y Paul Cambon, Mark Sykes y François Georges-Picot consiguieron cerrar un acuerdo por el cual las provincias árabes del Imperio otomano se repartían así (mapa):

–Zona azul: la costa siria y Cilicia, zona costera del sur de Anatolia que domina el golfo de Alejandría, quedan bajo administración francesa. –Zona roja: los vilayets iraquíes de Bagdad y Basora y el puerto de Haifa en la costa palestina se atribuyen a la administración británica. –Zona marrón: Palestina al oeste del Jordán, excepto Haifa, permanecerá sometida a una forma de administración internacional que se definirá con Rusia lo que, para los ingleses, es una manera conveniente de evitar el control de los lugares santos cristianos codiciados por los franceses. –La región central situada entre estas tres zonas será transferida al Estado árabe o a la confederación de Estados árabes que deberá crearse después de la guerra. Este Estado árabe no será del todo independiente porque está previsto dividirlo en dos zonas de influencia, una francesa en el norte (el interior de Siria, y el wilayat de Mosul, marcada en azul) y otra inglesa en el sur (en la frontera Egipto Irak, encerrada en un círculo rojo).

En cuanto a Rusia, el acuerdo establecía que el zar mantendría su participación en Estambul, los territorios adyacentes al estrecho del Bósforo y cuatro provincias cercanas a las fronteras del Imperio de Nicolás II en Anatolia oriental. Grecia recibió el control de las costas occidentales de Turquía, e Italia el sudoeste de Turquía. Cuando Nicolás II fue derrocado en 1917, los bolcheviques encontraron una copia de los acuerdos en los archivos del Gobierno. Leon Trotsky, comisario para Asuntos Exteriores, los publicó en el diario Izvestia el 24/11/1917, para Lenin, acuerdo de ladrones coloniales.

Desde 6/12/1916 David Lloyd George, liberal, estaba como primer ministro de UK en coalición con los conservadores. Era un sionista empedernido que admiraba profundamente a Jaim Weizmann, químico bielorruso judío que había adquirido la nacionalidad británica durante la guerra. El nuevo ejecutivo imprime un claro giro a favor de un hogar nacional judío en Palestina, rumbo inverso al de su predecesor Henry Aquitz, de acercamiento a los árabes. Arthur James Balfour fue nombrado para Asuntos Exteriores y a principios de 1917 Londres y París habían llegado a un acuerdo en relación al Jewish National Home y estaban manteniendo conversaciones con los rusos al tiempo que la Iglesia católica, e Italia, a su vez, pidió una parte de Palestina. Franceses e ingleses negaron a Roma sus demandas, pero cuando el representante de la Organización Sionista Mundial (OSM), Nahum Sokolow, quien había ido a Roma expresamente a entrevistarse con el Papa. Benedicto XV accedió a las peticiones de Sokolow y en Londres consideraron que se daba un paso más hacia la ocupación de Palestina. El Gobierno de Su Majestad había enviado un despacho a Sir Mark Sykes subrayando su apoyo a las aspiraciones sionistas y dándole instrucciones para que ayudase al enviado ruso en París y Roma. En junio de 1916, Hussein y los beduinos pasan a la acción. Es el inicio de la denominada revuelta árabe. El jerife Husayn escenificó la rebelión con un gesto simbólico y con un texto. El día 10/06 desde su palacio lanzó el primer disparo, una señal de combate y, además, publicó una declaración de guerra contras las autoridades turcas. Negaba la legitimidad del sultán sobre los musulmanes porque los otomanos habrían intentado acabar con la lengua árabe, al eliminarla de las escuelas, del uso administrativo y en la justicia, además de haber matado a las figuras del Renacimiento árabe, los que más habían hecho por la umma o comunidad de los creyentes. El levantamiento en contra del gobierno de Estambul se materializa en el asedio de plazas fuertes como Medina y en una progresión en dirección al norte hacia la Transjordania y hacia Siria en paralelo a los esfuerzos británicos (tropas australianas y neeerlandesas) a partir del Sinaí rumbo a Palestina. Thomas Edward Lawrence (Lawrence de Arabia) participó en los ataques a la ciudad santa así como a la línea ferroviaria del Hiyaz que unía Medina a Damasco con un ramal hacia Haifa, línea que permitía a los otomanos acceder a sus guarniciones en Hiyaz, Asir y Yemen. El 11/03/1917 efectivos británicos dirigidos por el general Stanley Maude entran en Bagdad, zona que había sido declarada de Londres en los acuerdos Sykes-Picot, con lo que se consolida la expansión de UK por la región. Palestina constituye una pieza clave que no se puede dejar en manos de otras potencias aliadas pero rivales coloniales, como Francia y menos aún a enemigos como Alemania. A mediados de 1917, la prensa del Reich comenzó a publicar artículos en los que se valoraba la relevancia que estaba adquiriendo el movimiento sionista y la importancia de una Palestina judía para Estambul así como del supuesto peligro que representaría para las potencias centrales una Palestina judía bajo control británico. En Londres se pensaba que los judíos rusos eran un bloque en el país alejados del bolchevismo y más en línea con el Imperio británico y el esfuerzo bélico de los aliados occidentales. Esta sería una razón más para apoyar al sionismo. El 2/11/1917 el ministro de Exteriores Arthur James Balfour envía al barón Lionel Walter Rothschild, financiador y presidente de la British Zionist Federation (Federación Sionista británica), una carta que el Times publica el 9/11. La misiva, de 67 palabras, bajo el título Palestine for the Jews: Official Sympathy (Palestina para los judíos: simpatía oficial) fue el primer documento de carácter internacional en definir a una entidad política como “hogar nacional”, término que ya había sido usado por el primer Congreso Sionista, Basilea, 1897. Nadie comprendía lo que significaba un “hogar nacional” y en qué se diferenciaba de un Estado. Quizás la ambigüedad se debiera al hecho de que, a pesar de su crecimiento, el sionismo seguía siendo minoritario entre los judíos o para no herir las susceptibilidades de los árabes teniendo en cuenta que a ellos sí que se les había prometido explícitamente un Estado. La Declaración no establecía fronteras definidas para el territorio si bien entre los líderes británicos existía la convicción prácticamente unánime de que los judíos acabarían creando un Estado. He aquí el texto:

«Estimado Lord Rothschild: Tengo gran placer en enviarle a usted, en nombre del gobierno de su Majestad, la siguiente declaración de apoyo a las aspiraciones de los judíos sionistas que ha sido remitida al gabinete y aprobada por el mismo. «El gobierno de su Majestad ve favorable el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y usará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de este objetivo, quedando claramente entendido que no debe hacerse nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político que disfrutan los judíos en cualquier otro país. Estaré agradecido si usted hace esta declaración del conocimiento de la Federación Sionista. Arthur James Balfour»

En la Declaración no se menciona explícitamente a la población árabe que representaba el 91% de los 670.000 habitantes de la región frente a un 9% de judíos. Se dice que no se pueden perjudicar “los intereses civiles y religiosos de las comunidades no judías”. Antes incluso de que se ratificase la Declaración estallaron en Palestina violentas protestas contra la política prosionista de UK. Los árabes decidieron ignorarla y todo cuanto se hiciera en su nombre. La denunciaron como parte del compló judeo británico para adueñarse de su tierra. Los sionistas, por contra, la presentaron como un reconocimiento oficial de sus aspiraciones. Para el diario Jewish Chronicle se trataba de un triunfo judío: «Y ahora ellos [los sionistas] han obtenido no tan solo un reconocimiento histórico de la justicia y de la pertinencia de su punto de vista sobre la posición judía sino que su actividad, tan a menudo cuestionada por los sectores más potentes de la comunidad judía, era políticamente sensata y éticamente justa.»

Semanas después, 11/12, el general Edmund Allenby entraba con sus tropas en Jerusalén poniendo fin a cuatro siglos de ocupación otomana. David Lloyd George, primer ministro, declaró que tal hecho constituía un regalo de Navidad para el pueblo británico. Allenby habría declarado que “las Cruzadas han sido completadas”. La declaración del militar no habría sido aislada, como ilustran publicaciones en prensa y libros del Reino Unido. Ejemplo de ello, la revista Punch, cuyo titular del 19/12 hacía referencia a la última Cruzada. La Declaración constituía una especie de propaganda de guerra. La población árabe de Palestina era considerada por el ministerio de la Guerra como un agregado de comunidades religiosas menospreciadas por los cálculos británicos que tenían como único objetivo la adhesión de los sionistas y de los árabes de la Península. El 30/09/1918 las tropas aliadas al mando del general Allenby culminan la ocupación de Palestina. Un mes después, 30/10, se firma el Armisticio de Mudros entre británicos y otomanos. Pocos más tarde, 11/11, se rubrica en Compiègne, Francia, otro armisticio con el Imperio alemán. La guerra ha terminado. El 3/01/1919 tiene lugar la firma del acuerdo Faisal-Weizmann entre el emir Faisal (tercer hijo de Husayn ibn Ali, rey del efímero reino de Hiyaz) y Jaim Weizmann, presidente de la OSM. El texto fue presentado por una delegación al sionista estadounidense Felix Frankfurter junto con una carta de T. E. Lawrence. Ambos documentos pretendían demostrar que los planes sionistas para Palestina contaban con la aprobación de los árabes. A priori, puede resultar sorprendente que Faisal aceptara una emigración a gran escala de judíos como establecía el artículo 4. Quizás la razón se encuentre en la manipuladora traducción de T. E. Lawrence, de intérprete entre ambos.

28/06/1919. Tratado de Versalles, que establecía la Sociedad de Naciones. Al principio, estaba compuesta por 41 países. En 1925 se admitió a Alemania y en 1934, a la Urss, año cuando el número de integrantes llegaría hasta 59. El artículo 22 organizaba un sistema de mandatos, potestades que se otorgaban a un Estado para ejercer la tutela sobre las colonias que están por pueblos que todavía no pueden valerse por sí mismos. Ciertas comunidades que antes pertenecían al Imperio turco han alcanzado una etapa de desarrollo cuya existencia como naciones independientes puede ser reconocida sujeta a la prestación de asesoramiento por parte un mandatario hasta el momento que sean capaces de valerse por sí mismas.

Del 19 al 26/04/1920, la Conferencia de San Remo concedió a Londres los plenos poderes sobre Palestina que ya ejercía de facto. Por los árabes, solamente aludía a sus derechos religiosos en el desarrollo de las instituciones de autogobierno así como para la salvaguarda de los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina sin distinción de raza o religión.

1925. Los Tratados o Acuerdos de Locarno fueron ocho pactos negociados en la ciudad suiza de Locarno y firmados el 1/12/1925 en Londres. La conferencia tuvo lugar entre el 5 y el 16/10/1925: Francia, Bélgica y Alemania aceptaban sus fronteras entre sus países y se daba luz verde a la política sionista con el objetivo de garantizar que los derechos y las posiciones de las otras partes de Palestina no sean perjudicados.

Una agencia hebrea será reconocida como persona jurídica con la finalidad de aconsejar y cooperar con la administración de Palestina en cuestiones económicas, sociales y otras referidas a la constitución de la nación hebrea y los intereses de su población en Palestina y siempre sujeta al control de la administración, asistir y tomar parte en el desarrollo del país. La organización sionista siempre que su organización y constitución sean adecuadas en opinión del mandatario, será reconocida como tal agencia. Mantendrá consultas con el Gobierno de Su Majestad para asegurar la cooperación de todos los hebreos dispuestos a colaborar en la constitución de la nación hebrea.

París recelaba de las intenciones del gobierno de Lloyd George en relación al alcance del Jewish National Home. Es revelador el mensaje que el presidente del Consejo, Alexandre Millerand, envió a Henri Gouraud, alto comisario de Francia en el Levante: «El gobierno francés y sus delegados en las diferentes conferencias no han admitido nunca que Palestina pueda convertirse en un Estado sionista ni que un régimen sionista pueda ser instaurado allí. No se ha abordado nada más que la instalación de un foyer national juif (hogar nacional judío), es decir, facilitar el establecimiento y el desarrollo próspero de colonias judías agrícolas, industriales en ciertos puntos del territorio palestino donde los judíos podrían venir de diferentes partes del mundo para encontrar un hogar sobre la antigua tierra natal. Siempre se ha especificado de la manera más explícita que los grupos israelitas no gozarían en ningún grado de derechos políticos, civiles o religiosos superiores a los de otras poblaciones cristianas o musulmanas y que no estarían en disposición de ir en contra del libre desarrollo o de disminuir las garantías dadas a todas las comunidades que viven en Palestina.»

1920. Lo acordado en San Remo no contribuyó a calmar unos ánimos cada vez más exaltados entre árabes y judíos. De hecho, entre el 4 y el 11/04/1920, se produjeron violentos enfrentamientos en Jerusalén durante la procesión de Nabi Musa. Nabi Musa era celebración musulmana de primavera cada viernes anterior al Viernes Santo y que consistía en una procesión al santuario de Nabi Musa o tumba de Moisés, cerca de Jericó. Entre 60 y 70.000 personas se concentraron en Jerusalén el domingo 4 de abril. La multitud, entre gritos independentistas y eslóganes antijudíos, saqueó el barrio hebreo de la ciudad. A pesar de la imposición de la ley marcial continuaron durante días los robos, violaciones y asesinatos amén de la quema de casas. El balance de los enfrentamientos fue 5 muertos y 216 heridos entre los judíos, y 4 muertos y 23 heridos entre los árabes. En mayo las autoridades de Londres enviaron a la zona una comisión de investigación sobre los sucesos, la Comisión Palin, que elaboró un informe que se firmó en julio, si bien no se hizo público nunca, que repartía las responsabilidades entre los dos bandos enfrentados. Estas fueron las conclusiones a las que llegó sobre los motivos de la revuelta: La decepción árabe por el incumplimiento de las promesas de independencia que aseguraban haber recibido durante la guerra. La creencia árabe de que la Declaración Balfour implicaba una negativa al derecho de autodeterminación y que un Hogar Judío llevase a su subordinación económica y política ante los judíos. La proclamación del emir Faisal como rey de una Siria reunificada y el crecimiento de las ideas panárabes y panislámicas.

La inmigración a Palestina era vista por la mayoría de sus habitantes como el mayor de los peligros mientras que dentro del movimiento sionista había sus divergencias. Israel Zangwill, exdirigente de la Jewish Territorial Organization (Organización Territorial Judía) disuelta en 1917 consideraba que el traslado de poblaciones era algo legítimo con vistas a la instauración del hogar nacional judío. Afirmaba que, de hecho, era lo que habían hecho los franceses al expulsar a millares de alemanes de Alsacia y Lorena.

«600.000 árabes, cuya presencia desproporcionada constituye el más grave obstáculo a la emergencia de un Estado judío no ha creado más que problemas en Palestina para las colonias judías y tendrían que ser gradual y amistosamente trasladados al reino árabe que debe ser restablecido justo al lado y con el cual el Estado judío cooperaría cordialmente. La redistribución de las razas redunda en el interés de la felicidad mundial general y es una de las funciones de la Sociedad de Naciones.»

15/06/1920, Vladimir Zeev Jabotinsky crea una organización paramilitar de defensa, la Haganah que se nutrirá de los miembros de los kibutz y de los moshavim. Se le condenó a 15 años de cárcel y a 3 años a otros integrantes del embrionario grupo, pero serían liberados en julio. Representante del sionismo revisionista, abogaba por volver a los límites del Israel de la antigüedad y se oponía al sionismo socialista de David Ben-Gurion. Era, además, un admirador declarado de Benito Mussolini. Quince días después, el 1/07/1920, Herbert Louis Samuel toma posesión del cargo de alto comisionado del Mandato británico de Palestina si bien este no entraría en vigor hasta el 29/09/1923 a raíz de la ratificación del Tratado de Lausana. El 10/08/1920 se firmó al sur de París el Tratado de Sèvres. En su artículo 129 en lo relativo a la nacionalidad de los judíos del territorio se decía: «Los judíos de nacionalidad distinta de la turca que residan habitualmente, al entrar en vigor el presente Tratado, dentro de los límites de Palestina, se convertirán ipso facto en ciudadanos de Palestina, con exclusión de cualquier otra nacionalidad.»

En 1921, entre la Conferencia de San Remo y el Mandato de la Sociedad de Naciones, UK atribuyó el 80% de Palestina al este del río Jordán al emir Abdalá (hijo de Hussein Ben-Ali, jeque de La Meca) no dejando al hogar nacional judío más que el 20% del territorio sobre el cual se le había reconocido el derecho de establecerse. Aunque el rey Jorge V continuaba apoyando a los judíos, Londres temía una reacción árabe más violenta y eso podría explicar su errática política en la región. Además, Winston Churchill, fue nombrado secretario de Estado para las Colonias y, aunque en su visita a Palestina no aceptase una petición para prohibir la emigración a la zona, no era tan filosionista como su predecesor. El monarca inglés, por su parte, se desplazó a la región en primavera 1921 y allí rechazó la petición que le hicieron los árabes de suprimir la Declaración Balfour. El sentimiento antibritánico y antisionista estaba liderado por las élites árabes con el gran muftí de Jerusalén, Amin Al-Husayni, a la cabeza. Había sido designado para el cargo por Herbert Samuel, el alto comisionado de Londres.

Aunque la resistencia palestina fue en su mayoría no violenta y tuvo un carácter no armado, ya se han mencionado los disturbios de Nabi Musa en 1920. Más graves fueron los enfrentamientos que se produjeron entre el 1 y el 7/05/1921. El origen se encuentra en el choque entre dos manifestaciones de judíos, una de socialistas y otra de comunistas, para celebrar el Primero de Mayo, pero pronto se convirtieron en ataques de árabes contra judíos y de judíos contra árabes. El balance fue trágico: 47 muertos y 146 heridos entre los judíos, y 48 muertos y 73 heridos entre los árabes.

© Francesc Tur 2024 © 56 años. Graduado en Humanidades por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) 

La colonización de Palestina (1882-1939) – Ser Histórico

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