El calendario republicano vigente en Francia de 1793 a 1805 repartió el viejo agosto entre los recién creados meses llamados termidor, de calor (hasta el 17 o 18 día), y fructidor, de frutos. El autor de aquella hermosura viene en las enciclopedias y merece ser recordado aquí: Fabre d’Églantine (Philippe François Nazarie Fabre, 1750-94), secretario de Danton, con quien compartió guillotina. Por Fabre tuvimos la ilusión de llamar a los meses por estaciones, de otoño a verano: vendimiario, brumario y frimario; nivoso, pluvioso y ventoso; germinal, floreal y pradial; y mesidor, termidor y fructidor. Que agosto sea la mansa condición del hombre.
