SUCEDIÓ EN CASABLANCA
Volví a ver a Ingrid Bergman.
Fue una noche de abril.
No había sitio en el bar.
Yo le dije: –Aquí, sí.
Caí tarde en la cuenta
de que no estaba sola.
(Te repites, chaval.)
Dijo: –¡Ponte a la cola!
La amistad que nos queda
me consuela, Claude Rains.
Pilló el vuelo con Laszlo.
Yo, pensando en París
y ella, en Play it again!
–Venga, llena otro vaso.
♦
