
Lo que no se dice sobre el programa nuclear iraní, por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 24 06 2025
En 2005, Mahmud Ahmadineyad fue electo presidente de la República Islámica, al término del mandato de Mohammad Khatami. Ingeniero civil de profesión, Mahmud Ahmadineyad es un científico interesado en poner la ciencia al servicio de la liberación de los pueblos colonizados y considera que los secretos de la energía atómica pueden permitir a todos los pueblos liberarse del yugo de las transnacionales occidentales del petróleo. Por iniciativa de Ahmadineyad, Irán desarrolla la formación de científicos nucleares en sus universidades. Por eso Irán cuenta hoy con decenas de miles de científicos nucleares.
El objetivo de Irán es hallar la manera de realizar la fusión nuclear, mientras que la ciencia occidental se conforma con haber logrado la fisión. La fisión es la división del átomo, mientras que la fusión es el proceso inverso, la unión de varios núcleos atómicos, capaz de liberar un ingente volumen de energía. La fisión nuclear es el proceso que se utiliza en las centrales nucleares actuales, mientras que, por ahora, la fusión se utiliza sólo en las bombas termonucleares. El proyecto de Mahmud Ahmadineyad consiste en utilizar la fusión nuclear para generar electricidad y poner ese beneficio a la disposición de los Estados en vías de desarrollo. Se trata de un saber que permitiría poner fin a la dependencia de los Estados del sur y favorecer su desarrollo económico. Pero ese saber contradice directamente la visión británica del colonialismo, según la cual Su Majestad debía dividir para reinar, siguiendo el divide y vencerás, e impedir el desarrollo de los pueblos colonizados. Londres aplicó ese principio, por ejemplo, prohibiendo a los indios hilar el algodón que ellos mismos cultivaban en la India e imponiendo que el algodón indio fuese enviado a Reino Unido para ser utilizado allí en la confección de los tejidos que salían de las fábricas de Manchester. En respuesta, Ghandi, el líder histórico de la India, dio el ejemplo a su pueblo hilando él mismo el algodón indio que utilizaría para hacer sus ropas, desafiando así la monarquía británica. Idénticamente, el proyecto del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad constituye un desafío para el poder de Occidente y de las transnacionales anglosajonas del petróleo.
Es evidente que Rusia se preocupa tanto como Occidente por evitar todo peligro de proliferación de las armas nucleares. Pero, a diferencia de Occidente, Rusia no considera necesario impedir el desarrollo del uso civil de la energía nuclear. Otros países (China, Corea del Sur, Uk y Francia) realizan sus propias investigaciones. Rusia no es simplemente un socio estratégico de Irán sino que también participa en las investigaciones iraníes sobre el uso civil de la fusión nuclear.
El 4 de mayo de 2010, la República Islámica de Irán presentó a la Conferencia de las Partes (los Estados firmantes del Tratado de No Proliferación de las armas nucleares) de la Onu, una propuesta de reación de una Zona Libre de Armas Nucleares en el Medio Oriente. La propuesta fue acogida por todos los Estados de la región con excepción de Israel. Una vez más nos vemos obligados a recordar que Israel sí posee la bomba atómica gracias a la ayuda que recibidó de Francia, en los años 1950.
