el tito que guardaba los libros en el móvil.

El año de la fatiga de los móviles, hartura que culminó en movimiento de oenegés y en campaña Change.org, dos años que fueron entre enero 2020 y febrero 2022 (cuando los anti móviles pasaron del Covid-19 al efecto Ucrania), dos años entre pandemia y vacunas, cuando los adultos, de pronto forzados al teletrabajo, obligados a videollamadas o videoconferencias, se pusieron a cavilar por fin darnos a los pequeños los móviles y tabletas que llevaban años prohibitándonos. Hagamos flash back, como en Amanece, que no es poco, porque empezamos.


Flash back. Las cosas que el tito escribía

Ah muchachos impertinentes, sólo os interesa de mí esa habilidad que sin rencor puedo llamar subalterna, esa fama que dan viejos lances retóricos, cierta fácil palabra que aprendí por las plazas. Conocéis mi nombre y domicilio, sabéis dónde encontrarme, sabéis lo que es peor, mi precio en vino.


La guerra del libro contra la pantalla:

1971. Proyecto Gutenberg de digitalización de libros

1995. Amazon comienza la venta de libros digitales

2000. Alguien publica primera obra en digital

2006. Ereaders con pantalla de tinta electrónica

2010. Teléfonos o tabletas táctiles para leer ebooks


Un árbol, un hijo, un libro. Libro con nuestros apellidos. Embarazarse de verso o prosa, tanto como distinguir en una ecografía el sexo del que nacerá varón o hembra. Fecundar, concebir, criar y amamantar un libro. Cuidarlo y protegerlo como si fuese tonto (“un hijo tonto”: nadie hablaba así en 2023 de “un hijo vulnerable”).

Desde que la raza humana descubrió la palabra escrita, nada más grandioso como la capacidad de la lengua para ser literatura. Desde hace miles de años sigue ese milagro sorprendente de la letra que surge, crece y se desarrolla en las entrañas de un hombre o de una mujer. Tal vez por eso es tan inquietante la baja literariedad que tenemos en España y también por eso aciertan las instituciones al plantearse un plan como hasta ahora nunca se hizo para fomentar la literatura y, sobre todo, para ayudar a aquellas obras que quieren ser publicadas. La actual escala de valores ha superpuesto el éxito profesional al de tener un libro. Lo cierto, sin embargo, es que, cuando nos vayamos de este mundo, los libros que dejaremos de leer se los cedemos como patrimonio inmaterial a nuestros hijos, que tampoco se quedarán aquí. Mientras aprendemos a vivir esta existencia tan contradictoria, nada mejor que dejar huella; la más segura y certera son los libros. Por eso la Academia y Cedro como sociedad de autores aciertan al plantear el más ambicioso programa conocido hasta hoy en España con 80 medidas distintas para que aquella obra que quiera responder a esa atávica llamada de verse publicada, la pueda satisfacer a pesar de las muchas dificultades culturales y físicas que esta sociedad decadente le plantea.

La biblioteca es el templo de la casa y su universo instintivo. Podemos decir que es como la naturaleza y todas sus bondades. Somos grandes ignorantes de nuestro caudal de felicidad. Si nos desconectamos de la frase que hemos codificado, podemos afirmar que todo está en la lengua y la literatura nos provee de cuanto podemos necesitar en nuestro paso por la vida. Nuestra inspiración es dadora de vida, posee en su ser todo cuanto necesitamos. Las figuras retóricas se confabulan para este fin. Una vez que el genio literario ha concebido, las conexiones retóricas y ortotipográficas comienzan de manera autónoma, sin pérdida de tiempo, su proceso a perpetuidad. Podemos pensar que también es el inicio del gran apego que son los libros. La conexión que se manifiesta en la pluma o la tecla con el folio, en la mayoría de los casos, es de orden mágico e indescriptible. La intuición, la adivinanza y hasta la premonición están ligadas a la autoría. Esta extraordinaria misión se convierte en el vínculo vital en que, además, interviene todo el umbral místico que les rodea, autor y público como dos almas interconectadas para siempre. Con la publicación aparece en la obra la capacidad de prever y percibir el dolor, el sueño, el hambre, la alegría, e incluso las debilidades y los defectos. Podemos darnos cuenta de que llevan dos vidas, autor y libro, hasta la muerte. Una frase o un verso, para su padre o madre, es un libro donde están escritas todas las coordenadas de su personalidad y su carácter. La iluminación y el presentimiento son piezas claves que se instalan en el mismo momento en que se concibe la obra escrita. El lazo es tan poderoso que los sueños están interconectados y son mensajeros de actos o pasajes que acontecerán. Es un caudal inagotable de energía bondadosa. También la psiquis sufre una gran metamorfosis. Su mente, espíritu, así como el alma, se abren de manera intuitiva a nuevos saberes ancestrales y divinos, convirtiéndose en un cuerpo místico, aunque la prole evada nuestro espectro de saberes y certezas. Esta intuición dota a la obra de una fuente rica de consejos maestros para la vida. Escritores, escritoras vuelan con los libros hacia confines infinitos, van juntos abrazando miedos, decisiones, ferias elegidas, escaparates, noches de desvelos y sueños. Obras en silencio saben de ellos e intuyen todo lo que acontece, leen sus pensamientos y perdonan sus ausencias en la grandilocuencia del corazón y en la quietud del alma. El gran amor de la creación es el único que no da razones para merecer bondad, y es el único que se manifiesta como condición de ser. En lo más profundo de nuestro ser, hay una palabra que nos emociona cuando, en silencio, la pronunciamos: mi libro, mi obra. Recuerdo con nostalgia el tiempo pasado, cuando me abrazaba y me besaba con esa ternura que solo las obras saben hacer.


Mapa de las ideas poéticas. ¿Poesía? Sin caer en social, eso no, tengo una que me dicta y otra a quien pongo voz. Medio mundo me mata. Medio mataba yo. Y ahí lo dejo, oh Apolo gía del terrorismo. Yo al poema de amor.


En busca de la pantalla perdida. Se titula así, en modo Indiana Jones (el del arca perdida, Steven Spielberg, 1981), la angustia que provoca en humano adolescente o joven, macho o hembra, hombre o mujer quién carajo me habrá robado mi teléfono móvil, o dónde demonios habré dejado o perdido mi teléfono móvil o celular. Lo que, cuando lo perdemos, manifiesta su ser como oscuro objeto del deseo, bien será que lo apreciemos bien, cerca del corazón. Se llama lealtad, y lealtad o fidelidad es lo que hablamos.


Bío-Poesía. Nos aburría, a partes iguales, con la bío, con la biblio y con la bíoblio grafía de sus obras. Con la edad añade sus biopsias ilustradas, comentadas y completas.

Libro de las horas. Manuscritas, inéditas, éditas, primeras, facsímiles, traducidas, críticas, anotadas, póstumas, de antología, escogidas y completas. Venales o no venales, al ángelus, jóvenes promesas que emborronáis, rezad por ellas.

En el convento al toque de inéditas la comunidad manuscrita abría ilusionada sus facsímiles para llegar a primeras.

Bibliografía. Manual a mano. El ucraniano aniano. Cartas a una revista pornográfica viuda. Elecciones generales, todo a cien (antes del euro, se supone) y la edición definitiva de El ano de las luces.


Antes del demonio que fue la invasión del celular teléfono móvil, hubo otros demonios, otras invasiones o modos de ocio y costumbres que distraían al hombre de su hoja de vida en currículum vitae vertido en libros entre sagrados y venerables. Demonios o diablos fueron ir al cine o ver la tele; jugar a vídeo o videojuegos, o de ordenador. De todos esos demonios familiares se han largado cucarachas o gusarapos, siempre, siempre, contra la hermosa juventud tentada a coro por cómplices anabolizantes, por ejemplo, los conciertos de rock, en directo o en vinilo, o formas de vida jipis o bohemias. Raro será que la tercera edad se acomode un día a la juventud y a sus gustos y modas. Tampoco, viejo Gutenberg, ningún mester de clerecía, ningún oficio de escritores sonreiría ante aquel hallazgo que imprimía a tipos móviles de imprenta que venía de Europa protestante.


Me invitó a la presentación de su último libro de poesía (lo de poesía está por ver y último, dicen todos). Pero yo, el Ojalá, me quedé en casa.


Por los años 30, la radio era el gran medio de masas, pero la televisión empezaba a hacer acto de presencia. El 18 de octubre de 1922 un consorcio de radios fundó la British Broadcasting Company Ltd. El 1 de junio de 1927, una Carta Real establece la British Broadcasting Corporation, la bbc, que en 1932 empezó a emitir señales de televisión de forma experimental. La difusión regular se inició en 1936. Ese año, en España, un anuncio invitaba a los hombres de acción a aprovechar la oportunidad de su vida: —Entre en la más importante de las industrias modernas. Era la radio, pero también los nuevos bulbos metálicos de televisión. Las primeras emisiones en España fueron en 1956. Televisión Española se estrenó en directo el domingo 18 de octubre de 1956. La gente se compraba televisores a plazos y el parque iba creciendo como el alcance de la señal. Quienes no tenían tele la veían en casa de un vecino, en los escaparates de las tiendas o en un bar. La red nacional de teleclubs data de 1964 a 78. En 1957, empiezan los telediarios y el hombre del tiempo. Los concursos se hicieron plato fuerte. «Reina por un día» fue el gran éxito de 1964 y el primer reality de la televisión: sus productores recibían a la semana una habitación llena de sacos de cartas de mujeres que querían ser estrellas. Y como donde hay televisión, hay anuncios, y donde hay anuncios, hay tópicos, tópico fue lo que era España y ser español: toros, flamenco y bodegas. Tópicas, las mujeres. Y tópicos morales, el mal efecto que traía la pequeña pantalla (la gran pantalla era el cine) para una juventud obligada a leer libros si quería acabar sus estudios. Setenta o 68 años (la edad del tito) nos contemplaban. Hay que ponerse en el grupo que manda y administra la cultura para entender y pasar de aquella belicosidad por los años 60, al tiempo de pactos en que ahora estamos: «La biblioteca electrónica del Instituto Cervantes ofrece la posibilidad de consultar los libros electrónicos desde una aplicación para dispositivos móviles ios y Android. Biblio-e Instituto Cervantes es el nombre de la aplicación que la red de bibliotecas del Instituto Cervantes pone a disposición del público en general, siendo requisito ser socio y estar en posesión del carné de la biblioteca. Esta aplicación de lectura permite el préstamo electrónico de cualquier título disponible en el catálogo de la biblioteca electrónica y descargarlo al dispositivo móvil en un solo clic, y mejora la experiencia del usuario gracias a su interfaz sencilla y fácil de usar. Desde la aplicación podrá navegar por el catálogo, realizar préstamos y reservas, leer en línea y descargar libros en su dispositivo móvil, dónde podrá leerlo sin necesidad de estar conectado a Internet. Permite la sincronización para iniciar la lectura en diferentes dispositivos, detener y retomar la lectura en el punto exacto en que se había dejado. Descarga la aplicación. La aplicación está disponible en AppStore de ios, y Google Play de Android.»


Sin entrar en poesía social, eso no, hizo un verso con hambre y otro con tenedor.

Te vas a casar. Me apuesto que hasta la lista de bodas te sale tonta. Tú poetiso, ella poetisa, tendrás un poetisú con esa boba.

Harto del anónimo, un día se puso seudónimo obtuso. Después, partidario de más, heterónimo y agente literario.


El año de la fatiga de los móviles, dos años que fueron entre enero 2020 y febrero 2022, dos años entre pandemia y vacunas, cuando los adultos pusiéronse de consuno (“se pusieron de acuerdo”) a cavilar de qué forma por fin darnos a los pequeños los móviles y tabletas que llevaban años prohibitándonos (verbo que yo no sabía ni que existía).


Quedamos una tarde. Tamara tenía un cuerpo de los que crean afición. Si te dicen en clase de dibujo dibuja a una tía buena, la pintas a ella. Jartita de editar y corregir, hasta el moño de aguantar a unos y a otros. Que si no es leve, que es aleve; este hemistiquio por aquí, esta sangría por allá; que si este doble espacio, esta cursiva; anda y que les vayan dando; nadie sabe lo que es contentar a estos poetas, y lo peor, la mitad maricones. Yo entré a matar. Cásate conmigo y ya verás cómo tenemos muchos libritos. Tamara me pasaría su sello editorial, su diseño, su red de distribución, su agenda y sus contactos. Y, por supuesto, el Isbn. A cambio y con título de corrector de pruebas, sin paga ni seguridad social, que para eso cobro del Estado, yo me haría cargo del resto. Recibir y darles coba a los autores, seleccionar los originales, picar a máquina, corregir los textos, manejar yo mismo el ordenador y las impresoras. Ahí te dejo las llaves, querido. Y se fue a las rebajas a comprarse media docena de ajorcas.


El Tito Librus se había ganado ese nombre familiar tras haberse pasado media vida acumulando libros para leer, libros para estudiar, libros para ser profesor, y libros para matar al gigante que tendría que matar si quería aportar algo en verso o prosa el día que se metió a escribidor. Quiero decir: Daniel Lebrato tenía la misma devoción por el libro Gutenberg o de imprenta que cualquier varón medio culto nacido al mundo en 1954, generación que tendría la mayoría de edad en 1975, fecha en que España conocería la decepción por la democracia.

Daniel Lebrato se preciaba de haber robado libros al grande de los grandes almacenes y de su cercanía a los mercaderes libreros de Sevilla, como José Manuel Padilla Libros, en cuya casa, como el tito decía, echó tantas horas de amistad y emociones. Se preciaba además de haber triunfado con De quien mata a un gigante, libro de poeta que escribió ya mayor (a sus 30, en vez de a los 18, cuando pega iniciarse uno en la poesía), libro dedicado a Ulises, o sea, a Nadie para que yo lo entienda; yo, que no entendía nada. Desde 1987, el tito publicó y publicó hasta 2014: en 27 años, 10 libros de corrido (a un libro cada 2,7 años), y eso sin contar los libros de otros que publicó o hizo publicar dentro de aquella colección eLSoBReHiLado que pilotó Pilar Villalobos, famosa entre escritores de Andalucía. Quiero decir que el tito, mi tito, tenía mucho de qué hablar y de largo sabía cuando se hablaba de libros de cultura. Cinco mil volúmenes de estantería llegó a reunir con mi tita Pilar cuando afrontaron los dos la penúltima mudanza de su vida, 5.000 que fueron de Nervión a San Lorenzo y de San Lorenzo a Sanlúcar de Barrameda, donde yo los conocí en cajas de plástico tipo Tatay, aunque ya no eran tantos, sino la mitad, después de haber largado enciclopedias y manuales de aula animado por Wikipedia y wikis docentes. Porque, esa es otra, el universo digital lo frecuentaba el tito desde 1994, primer libro que Daniel Lebrato presentó en archivo grabado en Word, treinta años que llevaba enganchado a la pantalla, primero con ordenador de sobremesa, después con pc portátil y, desde 2017, publicando en redes por teléfono móvil, cada vez más a favor de la galaxia Google contra Gutenberg, república pestosa y mal oliente “peor que los juegos que os prohíben”, nos decía, sin que yo supiese mucho ni poco qué era aquello de Gutenberg contra Google.


Desde Fernando de Rojas, está tan manido el tópico de quien escribe diciendo que lo suyo no es escribir, que habrá que creerlo. De la actual parroquia literaria, la más terrible nos parece esa poesía popular tenida por auténtica que da en decir Yo no entiendo de letras, como usted, y poeta no soy, como usted, pero aquí le traigo estos diez mil versitos de nada, para que les eche usted un vistacito y a ver qué le parecen.

Aprendida la técnica, cogido el pulso a la lírica, ánimo, solo te falta algo que decir.

Estuve en tu lectura, de verdad, emocionante. Aquel presentador entre botafumeiro y botarate, tu club de fans, tu musa fina como ella sola y, por supuesto, tu madre.

En sus coros y danzas cierra los ojos con la misma emoción que la patronal cierra fábricas y lee muy bajito porque la lírica a voces le recuerda a los cantares de gesta.

Límite de funciones, la equis de la poética tiende al silencio o al cero directamente como el cerebro de más de uno.


[eLTeNDeDeRo] ☜diseño página: Rafa Iglesias☞ Ventajas de publicar en web. Ventajas de publicar en eLSoBReHiLado. El libro, una encuesta social, separación de intereses y respuestas, el libro, cuadro de la comunicación. La parte autor y emisor confunde y mezcla publicar con escribir y, mire usted, no. Son dos palos distintos. En el falso dilema entre escribir y publicar interfieren la vanidad, el afán de lucro, la vida de la fama, bibliofilia y qué dirán. La parte receptor y público lector confunde las galaxias, los medios, Gutenberg contra Internet, donde no debería, y que cada uno lea como quiera. Hablamos de un mercado analógico (editoriales, distribuidoras, librerías) que quiere hacerse el bueno, con tantos duelos y quebrantos que ha traído para el autor, género negro desde Juan Ruiz o Cervantes (también los géneros de ciencias pasan lo suyo por un libro y por un libro se quejan). Proyecto Gutenberg, desde 1971, cumple 52 años y desde 2004 cuenten los años de regalo que se lleva Gutenberg por gentileza de Google. Desde 2010 los teléfonos inteligentes ofrecen leer lo que esté en red o wifi. Así que quien no lee en pantalla iPhone o Android es porque no quiere. La queja de librerías a riesgo de cerrar, la sempiterna de los viejos autores a sus coros y danzas (pase por caja, firma de autor, dedicatoria y vanidad) tiene las patas muy cortas. El libro de bolsillo estaba en su móvil, caballero que se queja de a dónde vamos a llegar con tanta tic de juventud. eLSoBReHiLado, siempre atento a la respiración de sus dioses, se comprimió entre corchetes [eLSoBReHiLado] digital. En 2021, con 40 publicaciones, se hizo logo (e.S.Hº21) y lema de empresa: Quien publica en mí o en web, se ve con ojos de todos los corazones. Lo bueno que tiene la edición digital es que nadie le hace caso, o bien, porque nadie pierde nada. La web no genera bibliofilia ni bibliofobia, ni bibliofagia, es algo al margen. Veamos. Publicar en red no afecta al negocio editorial a imprenta y de papel, que hemos llamado Galaxia Gutenberg, que se sabe de otra categoría, superior en lujo y estima. Nunca será igual un libro condenado a galeras y pruebas de imprenta, con renglones que se subrayan, con marcapáginas y exlibris coleccionistas, que compartir por la red un enlace o vínculo web de eso que llamaremos Galaxia Google o Internet. No pierde nada el autor, hombre o mujer, publicando en html (lenguaje de marcas de hipertexto), pues el autor piensa (o sueña) en su libro de papel para lectores en papel, lo cual, piensa que a la versión digital no le hará nadie puñetero caso: será como un depósito en internet donde antes los ejemplares perdidos para el isbn. No pierde nada el copyright ni pierde Cedro ni la sociedad de autores; primero, porque la edición digital es una especie de depósito legal que acredita a quien publica una línea o verso original y después (por defenderme, cuando yo ya no esté) contra cazadores de inéditos póstumos si un borrador aparece en un cajón. Y no pierde nada el público lector o receptor, quien, haciendo uso de su móvil o celular, puede acercarse a voces o textos de oficio. Quien lee en pantalla a la cola del autobús, es lector vocacional o compulsivo: eso que el género tiene ganado. La cultura que, en el fondo del arte y de la historia del arte, sigue siendo la misma, se pone al servicio de quienes menos recursos tienen para ir de libros por tiendas o librerías o bibliotecas de barrio, lo escrito al servicio de la amplia lengua española que pueda hablarse en el mundo. La creación se proyecta de autor a lector sin ansias editoriales sin intermedios ni intermediarios. [eLSoBReHiLaDo] 40 títulos publicados.


Canción del que escribía entrando por Adelfos, de Manuel Machado: Canción del que escribía. Un vago afán de derechos de autor tuve. Ya lo he perdido. Me ha costado mis siete de imprenta, gracias -he de decir- a mis amigos donde tanto funciona el amiguismo. Podéis buscarme en la Nube, soy ese libro de bolsillo expuesto a los megusta o me disgusta de gente sin escrúpulos: ya es un éxito si alguien me apunta a favoritos o a icono en mi perfil en su pantalla de inicio. Cambié mi ce de copyright con isbn por ué ués y hache tetepés. Como un Juan Ruiz, Daniel Lebrato ande de mano en mano a quinquier lo pidiere. También, por defenderme, cuando yo ya no esté.


Lo normal es que el álbum escolar guarde como oro en paño ejercicios cuya única gracia fue la apreciación del entorno afectivo. Qué dibujo más bonito, aseguraba la abuela, que tenía cataratas del Niágara; qué redacción tan bien hecha, soplaba el padre, que había hecho a su hijo de su mismo equipo. Y la madre el día de la madre Pero qué poesía tan requetebonita ha hecho mi niña. Lo de menos, es que en el poema adolescente rimen mundo con vagabundo, pino con camino, amor con flor, o te quiero con catorce de febrero. Y qué más dará este octosílabo con siete sílabas y aquel con nueve, mujer, si lo importante es la comunicación y ella la sinalefa la hace así.


Para explicarse mejor, el tito acudió a expertos que le pusieran en claro qué iba siendo aquello de la transición celular a un mundo de teléfonos móviles, cuatro voces que hablaron de los cambios desde la televisión en los años 60, desde el videojuego en los 80, desde el teléfono móvil y desde el libro electrónico, ya pasados del siglo 20 al siglo 21.


Un graciosillo, creyendo que nos hacía un grandísimo favor, corrió por ahí la voz de que el sh era una editorial de noveles y de ediciones encubiertas. ¡Madre mía! La de viejitos que nos mandaron su poesía de pensionista. La de bedeles de la Seguridad Social con sus casos verídicos. La de sonetos y romances a la virgen de su pueblo, a su mujer y a sus niños. La de himnos parroquiales en rima consonante. Eso sí, todos decían que ellos poetas no eran ni querían ser. Menos mal que en algo estábamos de acuerdo. Otro amigote hubo que, enamorado de nuestras ediciones, colgó en internet una publicidad punto com terrible. Originales nos llegaban de los quince continentes. Originales por tierra mar y aire. Originales en chino, en lituano, en mire usted. Originales por paquexprés, por correo, por correo electrónico. My name is Gregory y yo querer que Shobre Jiladoh publicarme estas poetrías.


Flash back de historias de la televisión

La primera señal de alarma para los adultos, la que dio mi generación, no fue en verdad, mi generación, sino algo que vivieron los adultos de mis abuelos por los años 60 (1960 quiero decir) a la llegada de la televisión a nuestras vidas desde sus inicios en los años 30. ¿Estar atados a los horarios de la programación? No, gracias, dice por nosotros Beatriz Alcántara en Tutoriales de Urbantecno:

—La televisión se convirtió en un objeto imprescindible para todos los hogares, hasta que las nuevas tecnologías han acabado quitándole todo el terreno. Igual que la bicicleta o que otros inventos pluri inventados, la televisión no fue cosa de una sola invención. Constantes descubrimientos permitieron crear el modelo final. Uno de los elementos clave fue el disco de Nipkow, que, utilizado por John Logie Baird, dio paso a la primera demostración de un sistema de televisión. Debemos diferenciar que esta primera televisión era electromecánica hasta que fue superada por la eléctrica, cuyas primeras emisiones regulares empezaron en 1937 en Francia y Reino Unido y fue presentada en la Exposición Mundial de Nueva York en 1939. Sin embargo, la 2ª Guerra Mundial, obligó a suspender emisiones televisivas. Al final de la contienda, la rca (Radio Corporation of America) aprovechó para volver a retomar la producción y venta de televisiones. En los años 50 llega la tele en color. Además, salió al mercado el escurridizo mando a distancia. En 1967 se produjo la primera emisión en directo por satélite, vista por 400 millones en todo el mundo. El siguiente hito fue la aparición del vhs para grabación y reproducción. La televisión fue adoptando un proceso de digitalización que acabó con la implantación de la tdt. La calidad de los televisores ha ido pasando de la definición hd hasta la ultra hd. Además, en 2010 llegaron al mercado las primeras televisiones en 3d, que no han tenido el seguimiento esperado debido a la limitada oferta de productos 3d. Lo que ha podido cambiar los hábitos de ver la tele han sido las plataformas de pago con los catálogos de series, películas y cualquier otro contenido. Es verdad que son muchos los que optan por conectar el ordenador a la televisión y ver desde ahí las series, o utilizar una Smart tv para acceder a las plataformas. También son muchos quienes consumen desde dispositivos móviles. Plataformas como Netflix han asestado un duro golpe a cine y televisión. Es verdad que las personas mayores siguen siendo fieles a la televisión, pero el ciclo de la vida hará que la televisión deje de ser tan imprescindible, e incluso no estará presente en muchos hogares. Puede que la televisión como aparato de reproducción de contenidos, aguante muchos años más, sin embargo, los canales de televisión y sus incómodas programaciones tienen los días contados. El método ahora lo quiero, ahora lo tengo, que facilita el streaming se está imponiendo con gran fuerza.


Nos enseñaron que los sonidos de los cuartetos no debían aparecer en los tercetos y que las rimas A y B de los cuartetos no deben coincidir entre sí. Además nos enseñaron a huir de ripios o rimas fáciles que facilitan, no me digan, la tarea de sus señorías. Soneto hay con rimas campanillo y duendecillo, infinitos y nietecitos. Similares rimas de gerundio, mirando, preguntando, volando y llorando. Haciendo con tejiendo, vulnerando con cegando, dibujando, palpitando, recordando, divagando, dando, volando, preguntando. Sigue habiendo quien cree que la poesía consiste en cual en vez de como [Quise ser cual errante beduino, Un rayo que nos puede cual nube a sol pasada]. O quien, por hablar en verso, habla en clítico [En ti fúndese Oriente y Occidente]. O en hacer gárgaras, digo góngoras [Sin pulso vital que incendie el anhelo. Que azar daba llovido de una esfera. Busco que solo vientos formen alas]. Se comprende que quien más sonetos venda en España sea Joaquín Sabina.


Flash back de historias del videojuego, Facultat d’Informàtica de Barcelona

Se puede considerar primer videojuego el Nought and crosses, también llamado oxo, desarrollado por Alexander S. Douglas en 1952. El juego era una versión del tres en raya que se ejecutaba sobre la edsac (Electronic Delay Storage Automatic Calculator), computadora británica de las primeras creadas que enfrentaba a un humano contra la máquina. En 1958 William Higginbotham creó, sirviéndose de un programa para el cálculo de trayectorias y un osciloscopio, Tennis for Two (tenis para dos), un simulador de tenis de mesa para los visitantes de la expo Brookhaven National Laboratory, Nueva York. Este videojuego fue el primero en permitir el juego entre dos jugadores humanos. Cuatro años más tarde Steve Russell, estudiante del Instituto de Tecnología de Massachussets, dedicó seis meses a crear un juego para computadora usando gráficos vectoriales: Spacewar. En este juego, dos jugadores controlaban la dirección y la velocidad de dos naves espaciales que luchaban entre sí. El videojuego funcionaba sobre un pdp1 y fue el primero en tener un cierto éxito, aunque apenas fue conocido fuera del ámbito universitario. En 1966 Ralph Baer empezó a desarrollar junto a Albert Maricon y Ted Dabney, un proyecto de videojuego llamado Fox and Hounds dando inicio al videojuego doméstico, hasta convertirse en la Magnavox Odyssey, el primer sistema doméstico de videojuegos lanzado en 1972 que se conectaba a la televisión y que permitía jugar a varios juegos pregrabados. Un hito importante en el inicio de los videojuegos tuvo lugar en 1971 cuando Nolan Bushnell comenzó Computer Space, una versión de Space War, aunque otra versión recreativa de Space War como fue Galaxy War puede que se le adelantara a principios de los 70 en el campus de la universidad de Standford. La ascensión de los videojuegos llegó con la máquina recreativa Pong que es considerada la versión comercial del juego Tennis for Two de Higginbotham. El sistema fue diseñado por Al Alcom para Nolan Bushnell en la recién fundada Atari. El juego se presentó en 1972 y fue la piedra angular del videojuego como industria. Años siguientes se implantaron avances técnicos en los videojuegos, los microprocesadores y los chips de memoria. Aparecieron en los salones recreativos juegos como Space Invaders Taito o Asteroids Atari. Los 80 comenzaron con un fuerte crecimiento en el sector del videojuego alentado por la popularidad de los salones de máquinas recreativas y de las primeras videoconsolas aparecidas durante la década de los 70. Durante estos años destacan sistemas como Oddyssey 2 Phillips, Intellivision Mattel, Colecovision Coleco, Atari 5200, Commodore 64, Turbografx nec. Por otro lado, en las máquinas recreativas triunfaron juegos como el famoso Pacman Namco, Battle Zone Atari, Pole Position Namco, Tron Midway o Zaxxon Sega. El negocio asociado a esta nueva industria alcanzó grandes cotas, pero en 1983 comenzó la crisis del videojuego en Estados Unidos y Canadá. Japón apostó por el mundo de las consolas con el éxito de la Famicom Nintendo Entertainment System, lanzada por Nintendo mientras Europa se decantaba por los microordenadores como el Commodore 64 o el Spectrum. A la salida de su particular crisis los norteamericanos continuaron la senda abierta por los japoneses y adoptaron la nes como principal sistema de videojuegos. A lo largo de los 80 fueron apareciendo nuevos sistemas domésticos como la Master System Sega, el Amiga Commodore y el 7800 Atari con juegos hoy en día considerados clásicos como el Tetris. A finales de los 80 comenzaron a aparecer las consolas de 16 bits como la Mega Drive de Sega y microordenadores fueron sustituidos por computadoras personales basadas en ibm. En 1985 apareció Super Mario Bros, que supuso un punto de inflexión en el desarrollo de los juegos electrónicos, ya que la mayoría de los juegos anteriores solo contenían unas pocas pantallas que se repetían en bucle y el objetivo era alcanzar alta puntuación. El juego desarrollado por Nintendo supuso un estallido de creatividad. Por primera vez teníamos un objetivo y un final en un videojuego. En los años posteriores otras compañías emularon su estilo. En el campo de las recreativas, destacaron videojuegos como Defender, Rally-X, Dig Dug, Bubble Bobble, Gauntlet, Out Run o Shinobi, pasando a ser Japón el mayor productor. Otra rama de videojuegos que creció con fuerza fue la de videojuegos portátiles, que comenzaron a principios de los 70 con los primeros juegos electrónicos lanzados por Mattel, que podían considerarse videojuegos, y fueron creciendo en popularidad gracias a conversiones de recreativas como las realizadas por Coleco o adictivos microjuegos como las Game & Watch de Nintendo. La evolución definitiva de las portátiles como plataformas de videojuego llegó en 1989 con el lanzamiento de la Game Boy de Nintendo. A principios de los 90 las videoconsolas dieron un importante salto técnico gracias a la generación de 16 bits compuesta por la Mega Drive, la Super Nintendo Entertainmet, la pc Engine de nec, conocida como Turbografx en occidente y la cps Changer de Capcom. También apareció la Neo Geo snk, una consola que igualaba las prestaciones técnicas de un arcade. Esta generación supuso un importante aumento en la cantidad de jugadores y la introducción de tecnologías como el cd-rom. Mientras tanto, diversas compañías habían comenzado a trabajar en videojuegos con entornos tridimensionales, en el campo de los pc, obteniendo diferentes resultados desde las 2d y media de Doom, 3d completas de 4d Boxing a las 3d sobre entornos de Alone in Dark. Referente a las ya antiguas consolas de 16 bits, su mayor y último logro se produciría por el snes mediante la tecnología 3d de sgi, siendo su máxima expresión juegos como Donkey Kong Country y Killer Instinct. También surgió el primer juego poligonal en consola, la competencia de la snes, Mega-Drive, lanzó el Virtual Racing, que marcó un antes y un después en los juegos en consola (que el tito, que era un inútil, creía que se decía “de consola”). Los videojuegos en 3d fueron importantes en el mercado, generación de 32 bits: Sony PlayStation y Sega Saturn y la generación de 64 bits: Nintendo 64 y Atari Jaguar. En cuanto a los ordenadores, se crearon las aceleradoras 3d. La consola de Sony apareció tras un proyecto iniciado con Nintendo, que consistía en un periférico para snes con lector de cd. Al final Nintendo rechazó la propuesta de Sony, puesto que Sega había desarrollado algo parecido sin tener éxito, y Sony lanzó PlayStation. Los arcades comenzaron un lento pero imparable declive según aumentaba el acceso a consolas y ordenadores más potentes. Los videojuegos portátiles, producto de las nuevas tecnologías más poderosas, comenzaron su verdadero auge, uniéndose a la Game Boy máquinas como la Game Gear Sega, Linx Atari o la Neo Geo Pocket snk, aunque ninguna pudo hacerle frente a la popularidad de la Game Boy, siendo esta y sus descendientes Game Boy Pocket, Game Boy Color, Game Boy Advance, Game Boy Advance sp, las dominadoras del mercado. Hacia finales de los 80 la consola más popular era la PlayStation con juegos como Final Fantasy VII Square, Resident Evil Capcom, Winning Eleven 4 Konami, Gran Turismo Polyphony Digital y Metal Gear Solid Konami. En pc eran muy populares los fps, juegos de acción en primera persona, como Quake id Softare, Unreal Epic Megagames o Half-Life Valve, y los rts (juegos de estrategia en tiempo real) como Command & Conquer Westwood o Starcraft Blizzard. Además, conexiones entre ordenadores mediante internet facilitaron el juego multijugador, convirtiéndolo en la opción predilecta de muchos jugadores, responsables del nacimiento de los mmorpg, juegos de rol multijugador en línea, como el de Origin. En 1998 apareció en Japón la Dreamcast Sega y daría comienzo la generación de los 128 bits. En 2000 Sony lanzó la anticipada PlayStation 2 y Sega lanzó otra consola con las mismas características técnicas de la Dreamcast, nada más que venía con un monitor de 14 pulgadas, un teclado, altavoces y los mismos mandos llamados Dreamcast Drivers 2000 Series cx-1. Nintendo lanzó el sucesor de la Nintendo 64, la Gamecube, y la primera Game Boy desde la creación de la compañía, la Game Boy Advance. En 2002 Sega, viendo que no podría competir con Sony, anunció que ya no produciría hardware, convirtiéndose solo en desarrolladora de software. El ordenador personal pc es la plataforma más cara de juegos pero también la que permite añadir al ordenador tarjetas gráficas o de sonido y accesorios como volantes, pedales y mandos, con parches oficiales o con nuevos añadidos realizados por la compañía que creó el juego o por otros usuarios.


Agosto 2013. El premio nóbel de la paz Barack Obama asegura que tiene evidencias del uso de armas químicas por parte del presidente بشار الاسد. Obama se muestra decidido a lanzar un ataque con بشار الاسد en el papel de Sadam Husein. Mayores 18. Archivado en películas ya muy vistas guerras armas químicas religiones sangre mierda continuará tinta de calamar 2525. In the Year 2525 (Exordium et Terminus) RCA, 1969, by Zager and Evans, number one for six weeks. La dualidad de esta canción demuestra lo bien que viene a veces no saber inglés. Una letra previsible, pero escatológica a fin de cuentas, para una melodía obsesiva repetida una y otra vez en un crescendo que podría no acabar nunca, como el Bolero de Ravel. La juventud que sí sabía inglés bailaba aquello como si no lo supiera. Este contraste, música alegre, letra severa, ya pasa en el flamenco y la rumba, donde el Juicio Final o la muerte de alguien se jalean con ¡ole! y ¡arsa!


Flash back de historias del teléfono móvil, Kristina Kalpaklieva, Recharge.com

A Martin Cooper, ingeniero usa, jefe de investigación y desarrollo de Motorola, se atribuye el primer teléfono móvil o celular, en 1973. Diez años después, se lanzó al mercado el modelo Dynatac 8000x: imagina un teléfono de 25 cm, 783 g, con un tiempo de conversación de 60 minutos. Era mucho más pesado que su smartphone actual (194 g para un iPhone 11, 172 g para el Samsung Galaxy S21), pero también mucho más caro. De hecho, el primer teléfono celular se vendió por la bonita suma de 3.995 dólares. A partir de 1994 la telefonía móvil experimentó un punto de inflexión con la llegada al mercado del primer smartphone. La aparición de aplicaciones y su pantalla táctil marcaron este nuevo teléfono revolución en el mundo. El teléfono inteligente introdujo aplicaciones que seguimos utilizando y con los años se ha convertido en una parte importante de la vida de sus usuarios que, a partir de 1999, se utiliza para navegar por Internet con el modelo Nokia 7110. En 2007 Apple sorprendió al presentar el iPhone, dispositivo que cambiaría el mundo de millones de personas para siempre. Le siguió Samsung, que presentó el primer smartphone basado en Android en 2008. Las empresas se esfuerzan por ofrecer soluciones innovadoras y avanzadas a usuarios con perfiles cada vez más diversos. Si los móviles se consideraban un objeto para la élite, ahora se consideran un objeto esencial para diferentes grupos de edad. El grupo de 15 a 34 años es el más conectado y, por tanto, el que más utiliza los smartphones. Tanto se utilizan para compras en línea, como para conectarse a redes sociales (el 80 por cien de españoles, 37,4 millones de personas). En México, más del 54 por cien de jóvenes entre 10 y 19 años pasan la mitad del día celular en mano para comunicar con amigos, escuchar música, buscar información, jugar o hacer los deberes.


El famoso discurso de las armas y las letras (Quijote 1, 37) no enfrenta a militares contra poetas, como nos gustaría, sino contra curas (de letras divinas) y letrados (de letras humanas: notarios, abogados, jueces). Entre los dos bandos, que son tres, ejército, iglesia y audiencia, Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), excombatiente y mutilado de guerra, todavía prefiere las armas en nombre de que su fin es la paz, que es el mayor bien en esta vida.


Flash back de historias del libro electrónico, Pedro Román Salazar, Instituto nacional de tecnologías educativas y formación del profesorado, Ministerio de educación

El término ebook [ibuc] también se usa para denominar al lector de libros digitales o ereader [ér:a]. Libros electrónicos existen desde que los libros se editan con ordenadores pero no se publicaban lo que se generaliza al final de los 70 y principio de los 80. Los libros eran escritos y entregados en forma digital por Wordperfect, MS Word o Ami Pro. La mejora en las pantallas de ordenador popularizó la aparición de documentos en formato digital que además se distribuían por red: correo electrónico, web. La gente empezó a leer en pantalla y a no imprimir los documentos. Esto ocurría a finales de los 90. Con la llegada del nuevo siglo se desarrollaron tecnologías que trataban de conseguir que leer libros electrónicos fuese tan cómodo como leer libros de papel. Fechas destacables, según Wikipedia:

1971. Proyecto Gutenberg de digitalización de libros.

1995. Amazon comienza la venta de libros digitales.

2000. Stephen King publica primera novela en digital.

2002. Primera pantalla que utilizaba tinta electrónica.

2006-07 Sony Reader, Amazon Kindle y Papyre lanzan en España ereaders con tinta electrónica.

2006-10. Teléfonos móviles con pantallas de gran formato y posibilidad de leer ebooks.

2010. Apple lanza la primera tablet o tableta táctil.

La tinta electrónica es una tecnología en blanco y negro de diferentes escalas de grises que no tiene retroiluminación y que no cansa la vista. Las ventajas de tinta electrónica son: no cansa la vista, consume poca batería y permite hacer dispositivos finos y de poco peso.

Formato ePub en el estándar xml (lengua de marcado extensible) desarrollado por el International Digital Publishing Forum o idpf. Los libros pueden ser leídos por diferentes lectores, a diferencia de los libros bloqueados con drm. djvu (pronunciado déjà vu) es formato libre que destaca en el almacenamiento de imágenes escaneadas. Incluye compresores para imágenes de color y documentos de texto. Mobipocket (coloquial Mobi) es el formato nativo del ereader Kindle. azw es el formato creado para dar soporte al lector de libros electrónicos comercializado por Amazon Kindle, basado en Mobipocket. Tiene su propio formato drm. Amazon es la tienda de libros electrónicos más grande del mundo. FictionBook es un formato xml para el almacenamiento de libros donde cada elemento del libro es descrito por etiquetas. El objetivo principal de FictionBook es su precisión de mantenimiento de la estructura del libro. doc y docx de Microsoft Word, que es el procesador de textos más utilizado en el mundo y por lo tanto, el formato en el que se genera la mayoría de la documentación. html es el formato de páginas web. Existen multitud de otros formatos que son menos conocidos y menos utilizados. Los diferentes lectores en el mercado suelen dar soporte, es decir, permiten visualizar distintos formatos, aunque siempre hay alguno que les falta. Para proteger derechos de autor y evitar copia sin permiso ha surgido la protección por drm (Digital Rights Management, gestión de derechos digitales). Estos sistemas se aplican a los libros electrónicos y también a la música y las películas. Existen múltiples sistemas de drm, pero en general todos funcionan siguiendo el esquema quién, cuándo y bajo qué condiciones se accede a cada libro, y envían esta información a la editorial. De esta forma se autoriza o deniega el acceso al ebook. iPad de Apple es un miniordenador capaz de leer ebooks. La llegada de las tabletas con pantalla táctil lcd ha popularizado los libros electrónicos. La comodidad y posibilidades del iPad para leer libros en su pantalla de casi 10 pulgadas ha hecho que muchos fabricantes estén sacando tabletas parecidas con Android y con pantallas táctiles de 5 a 10 pulgadas, con retroiluminación del panel lcd. Para lectores habituales que todos los días leen libros durante horas no hay duda: un lector de tinta electrónica, y para aquellos lectores que quieran un dispositivo multiuso, capaz de visualizar ebooks y hacer más cosas, una tableta es la solución. Una ventaja de los ereaders es que permiten leer en la calle, ideales para la playa y sitios al aire libre. Gracias a su retroiluminación, las tabletas permiten leer por la noche con poca luz, ideales para leer en la cama o el sofá sin molestar. Bubok es una interesante iniciativa en la que autores pueden publicar sus obras sin imprimirlas. Es uno de los pocos ejemplos de negocio de cómo hacer bien las cosas yendo a favor del tiempo. Libranda es la mayor plataforma de distribución y difusión de libros electrónicos en español. Ofrece a las editoriales y a las tiendas en línea un conjunto de servicios globales para gestionar el entorno digital. Proyecto Gutemberg de ebooks gratuitos en distintos formatos e idiomas. El catálogo en español está repleto de obras clásicas imprescindibles en cualquier biblioteca. Google Books es un catálogo de libros con sus portadas, resúmenes y reseñas de los usuarios que nos permiten conocer un libro antes de comprarlo. Además, Google está digitalizando miles de obras de las mayores bibliotecas del mundo para poner a disposición. Las ventajas de los ebooks son múltiples y en diversos aspectos: Permitiría que nuestros niños no lleven 10 kilos en la espalda todos los días al colegio. Las bibliotecas tendrán un fondo infinito y podrán dedicar su espacio a tareas diferentes a las del mero almacenamiento. La accesibilidad a la cultura sería total, no hay barreras para un ebook, no todo el mundo vive en una gran ciudad donde las librerías tienen amplísimos catálogos. ¿Cuántos millones de árboles dejarían de talarse con libros electrónicos? ¿Cuántas toneladas de co2 dejarían de emitirse a la atmósfera y cuanta energía se ahorraría si no hubiese que transformar la madera en pasta de papel? ¿Cuántos productos químicos dejarían de usarse para el blanqueado de la pasta y para la impresión de los libros? (Para ser ecuánime, habría que ver cuánto contaminan y cuánta energía gastan ereaders y ebooks.) Los autores literarios reciben un máximo de un 10 por cien del precio final de sus obras. Existen plataformas de venta que reportan un 70 por cien a los creadores. Para que un autor recaude 2 euros por ejemplar del libro de papel, esos ejemplares deben venderse a 20 euros; sin embargo, bastaría con venderlo a 3 euros en su versión electrónica para que el autor reciba la misma cantidad. El lector puede llevar múltiples libros en un mismo dispositivo de tal forma que cuando sale de viaje no necesita llevar varios libros, ahorrándose espacio y peso. Ahorro de espacio en casa, no hay límites para las bibliotecas digitales. Los lectores actuales podemos tener cierto apego al libro de papel por su tacto, aroma y más, que nos hacen amar el libro. Este gusto no tendrá sentido para jóvenes ni futuras generaciones.

Presentar un libro, además de emocionante, puede suponer todo un reto. Anunciar una obra, supone un paso muy importante para un autor: lo escrito formará parte de una audiencia que deja de ser el cerco familiar o los amigos. Por eso, rodearse de las personas correctas en este día tan importante, es crucial. Ese es el primer paso, tener claro quién iniciará la charla. Si como autor te sientes inseguro, puedes contar con el apoyo de algún amigo que esté dispuesto a echarte una mano en el proceso. O incluso, si tu libro trata algún tema en específico y conoces a alguien que entienda de la materia, un muy buen punto que hará destacar tanto tu libro como la presentación del mismo, es contar con esa mano derecha. Incluso invitar a una amistad que también escriba y tenga libros en el mercado: una presentación doble, además de original, suma público y posibles interesados en la novela. También puede ayudar a que el mismo establecimiento ponga facilidades a la hora de llevar a cabo el evento y recibir así más publicidad. Si por el contrario eres de esos autores o autoras que no le temen al público, puedes encargarte de la presentación sin problemas, llevando la voz cantante e interactuando con el público. Puedes hacer que la gente se involucre en la presentación mediante preguntas directas (o indirectas), planteando un debate. Hacer el acto ameno y participativo hará que todo el mundo disfrute y al llevarse un buen sabor de boca te ayudará a la promoción de tu libro. Es fundamental también dar con el lugar adecuado. Aquí la creatividad está servida por los autores: desde salas de conferencias, auditorios, librerías, cafeterías, tiendas, bibliotecas. Incluso galerías de arte. Nuestros autores han presentado sus libros incluso ¡a bordo de un crucero! Debes tener en cuenta que, dependiendo de la temática del libro, puede encajar más en un lugar que en otro. Y si encima tienes conocidos o contactos que pueden echarte una mano con el tema, aprovecha tus posibilidades al máximo. ¿Has estado alguna vez en la inauguración de un restaurante? Puedes incorporar un pequeño cáterin antes de la charla, o incluso durante. O puedes crear contenido audiovisual y valerte de un proyector. Si tu libro tiene un booktrailer o audiolibro, ¿qué mejor manera de abrir boca? Los recursos de los que se valen los autores suelen ser desde caballetes en caso de hablar sobre libros de arte: pueden aprovechar y exponer sus obras u otros elementos representativos del libro; expositores como los que ofrecemos en Ambiente Dorado con la edición de los libros: le da al autor un toque de distinción, resaltando sus novelas del resto de la librería; incluso aparecer con un anuncio o roll up que acapare la atención es un extra para hacer que tu libro tome posiciones por encima de muchos otros. Otro factor muy importante que hay que saber administrar es el tiempo: un acto demasiado largo, que no está estructurado de una manera clara, puede cansar a tu público. Se trata de hacer que la gente pase un buen rato, que conozcan lo que escribes y se lleven ejemplares firmados a casa. Por eso, es primordial saber de lo que vas a hablar, y cómo debe de estar todo organizado. Puedes crearte un plan de acción y organizarlo todo en función del tiempo. Recuerda dejarte guiar por el establecimiento en caso de no saber cómo abordar este tema. Todos nuestros autores se valen de los diseños gratuitos de cartelería promocional: puedes llevar los carteles a la librería y que anuncien la presentación en el escaparate. Y usarlos para promocionarte en todas las redes sociales. Pero lo más importante es que disfrutes. Un libro conlleva un esfuerzo y una ilusión enormes, y cuando algo así ve la luz, es motivo de celebración. Después de todo, lo has conseguido. Si todavía estás imaginándote el momento de presentar tu libro, nuestro agente literario puede ayudarte a dar con el sitio adecuado. Autoeditarse y firmar ejemplares en la Feria del Libro es posible de la mano de Ambiente Dorado. Vive Sant Jordi y la Feria del Libro. El día de la poesía con los ganadores de los premios. Libros para mejorar la salud en tus comidas. Libros para mejorar tus habilidades culinarias. Cómo escribir un libro infantil. Llámanos sin compromiso al Círculo Dubidú.


Un vago afán de derechos de autor tuve. Ya lo he perdido. Me ha costado mis siete de imprenta, gracias -he de decir- a mis amigos donde tanto funciona el amiguismo. Podéis buscarme en la Nube, soy ese libro de bolsillo expuesto a los megusta o me disgusta de gente sin escrúpulos: ya es un éxito si alguien me apunta a favoritos o a icono en mi perfil en su pantalla de inicio. Cambié mi ce de copyright con isbn por ué ués y hache tetepés. Como un Juan Ruiz, Daniel Lebrato ande de mano en mano a quinquier lo pidiere. También, por defenderme, cuando yo ya no esté. Cuando yo ya no esté.


Uno Editorial. Servicios. Precios. Opiniones. Acabados. Catálogo. Guía de autoedición. ¿Quién es el lector de tu libro? Factores que deciden la compra. Enfoques que venden libros. Cómo promocionan las editoriales tradicionales. La librería. Los textos promocionales. El catálogo, las colecciones. Los medios de comunicación convencionales. La prescripción de otros autores. Los premios. Las listas de libros más vendidos. La publicidad. Cómo se promocionan los libros ahora. La relevancia. Las comunidades. Las redes sociales. Los influencers. La publicidad. Preferimos mil veces escribir, diseñar una cubierta, documentar nuestro próximo libro, que promocionar. Nadie va a hacer la promoción de tu libro por ti. Nadie te va a descubrir si no sales de tu habitación. Muchos autores nos llaman y nos preguntan: ¿puedo comprar los servicios de promoción? Y la respuesta es siempre la misma: no. Ni siquiera publicar en Planeta o en Penguin te salvará del toro de la promoción. Más bien al revés: publicarás en Planeta si has demostrado tu capacidad de promoción. Porque la promoción de verdad, la que va con mayúsculas, solo la puedes hacer tú. Y es que hay una parte de la promoción que es técnica (escribir una buena contraportada de tu libro) y otra personal (tener los contactos para que tu libro salga en el telediario). La primera se puede contratar o aprender, y está al alcance de cualquiera: en esta guía (y en muchas otras) hay artículos explicando cómo hacer una nota de prensa, un eslogan vendedor, una campaña de promoción en Facebook. Sin embargo, la segunda depende de tus habilidades personales, tu carrera profesional, tus contactos. Y tampoco se puede comprar, nadie vende algo así: en todo caso se comparte o se explota en un negocio (una editorial grande que te lleva a programas de radio y tv gracias a sus contactos, pero porque edita tu libro pagándote un 10 por ciento de las ventas). Antes de empezar tienes que tomar dos decisiones importantes: Cuál es tu perfil promocional: No es lo mismo ser un autor que publica su libro por placer y que, como mucho, lo va a presentar en su ciudad y a enviar una nota de prensa a los medios, que un ambicioso escritor que quiere crear una firma supervendedora. Que un profesional que ha sacado un libro para apoyar su marca personal y postularse como experto en un tema. Cuanto más ambiciosos sean tus objetivos, más ambicioso ha de ser tu plan de promoción. Cuántos recursos estás dispuesto a destinar a la promoción. Sin promoción no habrá ventas más allá de tu círculo personal. Lo vemos todas las semanas con nuestros propios autores: si no se promociona, no se vende. Lo contrario, sin embargo, no está claro: la máxima promoción no proporciona la máxima venta. Hay algo que aún nadie controla, algo misterioso que hace que un libro y solo uno conecte con el público en un momento dado. O dicho de otra forma: no se puede cocinar un bestseller. Así que define un plan de promoción y ponte objetivos realistas a corto, medio y largo plazo. El plan puede cambiar, pero resulta vital que cuentes con un dibujo de la estrategia de tu promoción que te permita desarrollar una actividad constante, mensurable y planificada. La liebre y la tortuga. Hay muchos caminos y muchas maneras de construir una marca como autor, pero todas implican un viaje largo, lento, lleno de contratiempos y de momentos en los que todo parece inútil. Aparecerán atajos tentadores: montar algún tipo de polémica, decir alguna barbaridad para llamar la atención y conseguir así mejores ventas. La promoción tiene que asentarse sobre cimientos firmes, lo contrario desaparecerá como vino y, lo que es peor, destrozará cualquier iniciativa posterior honesta y verdadera. No tengas prisa, sé constante, persevera, huye de los cantos de sirena, preocúpate de ser valioso e interesante mucho más que de parecerlo, y los frutos llegarán. Obsérvate y observa a los demás. Oirás todo tipo de fórmulas y de consejos para vender libros. Una buena manera de poner en su sitio las cosas es realizar una pequeña reflexión sobre la manera en que tú mismo y tu círculo cercano de amigos o familiares, toma sus decisiones sobre los libros que compra. ¿Has comprado alguna vez un libro porque viste un tweet o algo puesto en Facebook? ¿Porque recibiste un mail de una lista de correo? ¿Has clicado en un anuncio en internet de un libro? ¿En uno de Facebook? ¿Oíste hablar de él en la prensa? ¿Te lo recomendó tu librero, un amigo? ¿Viste una reseña en un blog que sigues? ¿En una red de lectores, en tu club de lectura? Observa a los demás autores, a los que hagan cosas parecidas a las que tú haces. Mira cómo promocionan, dónde. Hazlo sin prejuicios, con la mente abierta. Aprenderás mucho sobre lo que hacer y también sobre lo que no hacer. Los medios han cambiado pero los valores son los mismos. Internet ha puesto el mundo del revés, pero todavía tienen vigencia los viejos valores: la calidad de los contenidos, la honestidad intelectual, el trabajo, la perseverancia. Escribe más. La mejor promoción de todas es un nuevo libro. Cada obra que hagas aprovechará el trabajo realizado con las anteriores y a la vez servirá para promocionarlas otra vez. Piensa que un lector que descubra uno de tus libros, si le gusta, se interesará por el resto de tus obras. Busca la diferencia. Intenta hacer las cosas de una forma distinta a como las están haciendo los demás: las reglas son antipromocionales. Si todo el mundo hace lo mismo no existe promoción, existe ruido. No seas pesado. No insistas, no promociones tu libro como si el mundo te debiera algo. Piensa en el efecto que tienen sobre ti ese tipo de promociones de otros autores. Haz promoción solo cuando saques un nuevo libro. Y no la prolongues más allá de un mes. Una vez el mes ha terminado, vuelve a tu retiro e intenta escribir otro libro. Habla de otras cosas. Es pésimo que todos tus mensajes, posteos o tweets, sean siempre algo sobre tus libros (una reseña, una oferta, una presentación). Si seis meses después alguien reseña tu libro en su blog, deja que lo descubran los lectores de ese blog. A los tuyos ya les da igual: ya saben que ha salido tu libro, y ya han decidido comprarlo o no. Nunca, jamás, les digas a los lectores cosas como: No compréis libros míos de segunda mano, No le prestéis mis libros a vuestros amigos, Compartid mis entradas en vuestro Twitter o Facebook. Recomendad mi libro a vuestros amigos. Compradlo aquí pero no allí. Tus lectores no son accionistas de tu libro. Tus lectores solo son lectores. Promociona donde tengas algo que decir. Da tu libro a conocer allá donde sepas que existe interés. Lo otro está al límite de ser un pesado y, desde luego, resulta baldío y vano. Si tu libro es una novela romántica, qué haces en un foro de lectores de ciencia ficción. Distribuye donde estés promocionando. Los canales de venta de tu libro tienen que ser paralelos a los canales de promoción. Si has hecho un libro especializado en derecho y lo estás promocionando entre los profesionales del ramo, ¿por qué no lo intentas vender en librerías especializadas? Si estás haciendo una campaña con presentación en medios de comunicación en Alicante, ¿de qué te sirve que lo vendan librerías en La Coruña? La cantidad y velocidad de nuevas posibilidades puede provocar angustia: parece imprescindible estar en todas partes y de todas las maneras posibles. Pero en realidad Twitter es solo un destilado de la sociedad: es decir son más los que no están que los que están. Puede parecer una obviedad, pero autoeditar no es solo sacar un ebook de un bestseller super promocionado en internet; autoeditar también es publicar y vender un libro contando la historia de un pueblo pequeño, promocionándolo con una simple presentación en la Casa de Cultura y vendiéndolo en una mesa plegable allí mismo. Busca aliados. Una buena manera de aumentar el alcance y la potencia de tu promoción es buscar aliados que se involucren en ella por su propio interés, de tal manera que la divulgación del libro se convierta en un objetivo común beneficioso para ambas partes. Imagina que escribes un libro ambientado en un pueblo que está buscando maneras de aumentar las visitas turísticas. Puedes hablar con ellos y pedirles que te apoyen en la promoción de tu novela, ya que la propia novela está ayudando a dar a conocer el pueblo, y viceversa. Otro ejemplo. Un autor que ha escrito un libro sobre el Camino de Santiago. ¿No sería lógico pensar que las instituciones o asociaciones vinculadas con él podrían brindarte promoción a través de sus redes? Piensa en tu libro y en la manera en que puedes implicar a instituciones, empresas o colectivos en su promoción, siempre buscando el interés mutuo. Si escribes libros de terror y tienes una modesta comunidad de seguidores y conoces a otro escritor de terror que tiene otra modesta comunidad de seguidores, ¿por qué no darles a vuestros fans la oportunidad de conocer los libros del otro? Ellos leen mucho más rápido de lo que tú escribes y necesitan combustible. Lista de ideas para promociones compartidas. Coescribir un libro. Ya sea con un autor más famoso o menos famoso que tú, escribir un libro a medias es otra manera de compartir audiencias y también de hacer un producto nuevo y atractivo para los lectores. Menciones y apariciones especiales. En una novela, uno de los personajes puede aparecer leyendo un libro de otro autor amigo tuyo, o viceversa. También son eficaces los cameos: un personaje de otro autor que aparece en una de tus novelas. En este caso conviene pedir permiso antes de hacerlo. Listas de lectura. Incluir al final de tu libro una lista de títulos recomendados con hipervínculos a los libros en cuestión si el formato es ebook no solo ayudará a tus lectores a encontrar su próxima lectura, sino que te permitirá ofrecer una plataforma de promoción cruzada a autores afines, consiguiendo el objetivo de compartir audiencias. Capítulos de muestra compartidos. Puedes poner en uno de tus libros el capítulo de muestra de la novela de otro autor, con el que estés colaborando, y él puede hacer lo mismo con uno tuyo en sus novelas. En estos tiempos lo más importante es la cantidad. Se cifra la influencia de una cuenta de Facebook o Twitter por el número de seguidores que tiene, pero muchas de esas cuentas se construyen a base de la compra de seguidores falsos, o tienen comunidades tan heterogéneas y volátiles que no sirven para nada. Vale mucho más una comunidad de pocos seguidores pero implicados con los intereses de la comunidad que una nebulosa de miles con intereses y preferencias variopintos. Piensa en ello a la hora de planificar tu estrategia para conseguir nuevos seguidores para tus cuentas. ¿Sirven para algo los booktrailers? Están de moda y todos los autores quieren tener uno. En las editoriales se desata la fiebre por encargarlos, producirlos. Si no sabes de qué va eso, imagina un tráiler como los que ves en el cine, pero hecho sobre un libro. La gran pregunta es: ¿sirven para promocionar el libro? No consiguen un gran número de visitas. La mayoría de los booktrailers no pasan de las 75 visitas. Los más afortunados nunca pasan de las 2.000. Distrae el esfuerzo promocional. El booktrailer solo va a tener impacto si lo promocionas, pero qué sentido tiene promocionar el booktrailer en las redes sociales, cuando en realidad podrías emplear ese tiempo en promocionar el libro para que se venda. Es decir: el booktrailer se mueve en el mismo espacio que el propio libro, no ocupa un espacio nuevo, así que ¿por qué no emplear esa energía en promocionar el libro? A los lectores no les gustan. A los lectores les gusta ver booktrailers de los libros de autores que ya conocen y siguen, como un extra. Pero no parece que sirvan mucho para obtener nuevos lectores. Además, van contra una de las cosas que los lectores más aprecian de la experiencia: poner caras y voces a los personajes, imaginar, en definitiva, todo lo que el libro nos sugiere. Hacerlos bien resulta muy caro. Un booktrailer con la portada del libro, una foto fija y una locución no sirve en realidad para mucho. Los booktrailers profesionales llevan animación, a veces actores, efectos especiales y, lo más importante, un trabajo conceptual, de guion, parecido al que se hace para un anuncio de un producto en la televisión. El precio de algo así oscila entre los 300 y los 2000 euros. En el caso más barato, 300€, si solo obtenemos 75 visitas, nos cuesta 4€ la visita. ¿No sería mejor gastar ese dinero en otro tipo de publicidad? No te posicionan en el buscador de Google. Las etiquetas por las que podría encontrarte un lector nuevo tienen que ver con los contenidos de tu libro. Si te buscan por tu nombre, no necesitas nada, aparecerás seguro en los primeros puestos; por ejemplo: misterio, guerra fría, espías. Pero cualquiera que busque un libro con esas palabras encontrará en primer lugar Amazon, Goodreads, o blogs de libros. Y es casi imposible que superes a esas webs en los rankings porque ofrecen mucho más contenido que tú sobre esa búsqueda. Un booktrailer bien producido, en el que se haya invertido dinero, puede convertirse en un fenómeno viral, capaz de llamar la atención sobre tu libro, lo que acabará llegando a potenciales lectores, aunque sean una pequeña parte de la audiencia del video. Hay autores que dominan las redes sociales, otros que hablan muy bien en público, otros capaces de movilizar enormes redes de contactos. Busca aquello que mejor se adapte a tu forma de ser, a tus aptitudes y talentos. ¿Has pensado en formarte? Si has tomado la decisión de profesionalizarte, si quieres desarrollar una promoción eficaz, por qué no intentas formarte un poco. No hace falta que estudies un máster en Marketing de Harvard, puedes optar por cursos en línea específicos para entender y manejar cosas concretas (tu página de autor en Facebook) que te ayuden a hacer las cosas mejor, a aprender de tus errores, a recibir un poco de supervisión sobre lo que haces. Si has publicado tu libro por placer, para compartirlo, pero no tienes tiempo ni ganas de complicarte la vida, te valdrá con una de las acciones promocionales más viejas de la autoedición: la presentación. Montar una es facilísimo. Elige una fecha (mejor entre semana que en fin de semana, mejor al final de la semana que al principio, mejor cuando no haya fútbol) y un lugar que no sea ni demasiado grande ni demasiado pequeño. Hay multitud de sitios en los que puedes hacerlo gratis: librerías o bares (mira en aquellos que hagan cosas similares), ateneos, locales de asociaciones, centros culturales de fundaciones o cajas de ahorro, bibliotecas públicas. Lo más difícil es atraer público, pero si juegas en casa (en tu barrio o tu ciudad) puedes contar con la asistencia de amigos, familiares y conocidos. Intenta que sea divertido. No hay guion para las presentaciones, puedes incluir música, actuaciones. Sé creativo. Y, sobre todo, sé breve. No extiendas la presentación más allá de 40 minutos. Piensa en tu propia experiencia como público cuando vas a las presentaciones. Busca a alguien que presente el libro. Y cuanto más famoso sea, mejor, porque atraerá a más desconocidos. Si tienes un amigo famoso, no lo dudes y pídele el favor. Lo normal es que la gente compre ejemplares en la presentación. Si puedes conseguir que una persona (amigo o familiar) los venda por ti, y te deje tiempo para firmar y atender a los invitados, mucho mejor. Haz lo posible para que en la prensa local o del barrio, en los comercios, en las radios, se informe de tu presentación, dejando bien claro el día, el lugar y la hora. Y haciendo hincapié en tus mejores activos: si presenta alguien famoso, si hay vino de cortesía, si el tema del libro es polémico o de mucho interés. Si tienes medios y puedes servir al final un vino de cortesía con algún pequeño aperitivo, conseguirás una asistencia mayor. No tiene que ser un cáterin de cientos de euros, puedes comprar tú mismo algunas bebidas y snacks en el supermercado de tu barrio. Convierte tu presentación en un tour guiado. Funciona bien en novelas históricas, pero se puede adaptar casi a cualquier formato. Un pequeño paseo cultural por la ciudad, lleno de curiosidades y de historia, con referencias a pasajes de tu libro, puede ser una manera de captar mucho mejor el interés del auditorio. Lo puedes hacer cien por cien real (dando un paseo por la ciudad) o con diapositivas o videos (más cómodo). Puedes preparar un pequeño gag de unos minutos que interrumpa la presentación y anime mucho el ambiente. Además de sorprender a tus invitados, harás que se lo pasen mucho mejor. Una vez asistimos a una presentación en la que el autor, de pronto, recibía la visita de un viajero del tiempo que venía del futuro. En las presentaciones de los libros infantiles es muy habitual usar marionetas o cuentacuentos. Da una clase práctica. Si tu obra lo permite, puedes convertir la presentación en una especie de demo del libro para demostrar lo útil que le resultará al lector. Hacer una receta si se trata de un libro de cocina. Deja que tus invitados participen. Aunque el motivo de la reunión sea hablar de tu libro, por qué no hablar también de los libros de los demás. Es una manera de hacer mucho más interesante tu propuesta y reunir a un público potencial mayor. Si vas a presentar tu libro de poesía, por qué no organizas un recital en el que otros poetas puedan leer algo suyo. Haz presentaciones con otros autores. Si conoces a alguien que haya escrito un libro parecido al tuyo (los dos sois autores de ciencia ficción) podéis plantearos hacer una presentación compartida. De esa manera conseguís atraer a un público nuevo interesado en vuestra obra, además de otras ventajas: si cada uno vive en una ciudad, hacer dos presentaciones en dos ciudades distintas con asistencia garantizada. Sin embargo, si tu proyecto va más en serio y quieres profesionalizarte un poco es importante que tengas claros algunos conceptos fundamentales. ¿Quién es el lector de tu libro? Haz un retrato robot del lector de tu libro, con todos los atributos posibles. Eso te ayudará a definir los canales y medios para llegar hasta él. Cuanto más especializado sea el libro, más fácil resultará dar con tu lector. Un ejemplo extremo: si has escrito un libro de recetas para celiacos, tu público principal serán todas las personas que padezcan esa enfermedad o conozcan a alguien que la padezca. En esta tarea nos pueden ayudar las categorías de lectores que ha ido estableciendo la industria editorial a lo largo del tiempo: los géneros (romántica, misterio, negra), las literaturas dirigidas a grupos por edad (literatura infantil o juvenil) o por género (literatura para mujeres) o lo que se llama estilos de vida (amantes de animales, vegetarianos). A veces hay que ser creativo. Un autor de una novela histórica puede intentar dar a conocer su libro en los lugares en los que transcurre la acción. Es natural que en Albacete estén interesados en una novela ambientada en Albacete del siglo 18. Sobre todo, nunca pienses que tu libro es para todo el mundo. No hay idea más anti promocional y paralizante que esa. Factores que deciden la compra. Los libros son caros, hay mucha oferta de todos los temas y géneros. Conocer los elementos que condicionan la decisión de un lector para comprar un libro puede ayudarte a planificar tu campaña de promoción. El lector ya conoce al autor porque con anterioridad ha leído otra obra suya y le gustó o porque un amigo o conocido, en cuyo criterio confía, se lo ha recomendado. Por su parte, las redes sociales no parecen ser muy eficaces como prescriptoras de libros nuevos de autores desconocidos, pero las especializadas sí. Este tipo de redes sociales (como Filmaffinity) utilizan algoritmos de prescripción parecidos a tiendas como Amazon, que permiten, una vez definidos tus gustos a través de unos test iniciales, recomendarte obras que otros usuarios valoraron con puntuaciones similares a las tuyas. Medios convencionales (prensa, radio o televisión). A pesar de su inexorable decadencia, los medios convencionales siguen siendo poderosos y, al contrario que en internet, el espacio aquí es limitado, de tal forma que si consigues ocuparlo ya estás destacando con respecto a los miles de libros que no tienen ese acceso. Medios de comunicación en internet: En esta categoría entran los influencers que cuentan con miles de seguidores que leen o ven o escuchan sus reseñas y las tienen en cuenta a la hora de decidir su siguiente lectura. Aunque parecen más accesibles (todo en internet lo parece), en realidad pasa lo mismo que con los medios convencionales. Aquellos bloggers o youtubers que tienen mucha relevancia reciben cientos de ofertas todos los meses y es difícil que decidan reseñar tu libro. A veces no tienen tiempo de valorar todo lo que les llega, otras no les interesará lo que ofreces, y en ocasiones te pedirán dinero a cambio de promocionar tu libro. Librería: el lector ha visto el libro mientras curioseaba en una librería y le ha interesado. Esto se aplica a librerías físicas y depende mucho del sitio de exposición (mejor escaparate o mesa que estantería) y del tiempo de permanencia; y a librerías en red con algoritmo de prescripción (y aquí lo que necesitarás es ocupar esos espacios promocionales, las listas de más vendidos, las recomendaciones, aumentando tu relevancia). Los editores confiesan sus pecados. Enfoques que venden libros. Un libro es un producto de consumo lento e indirecto, imposible de conocer en los quince segundos de atención que conseguirás si eres afortunado. Para mitigar esto se inventaron los títulos, los géneros, los subtítulos, las portadas, los eslóganes, las sinopsis, los comentarios entrecomillados de otros autores, los premios literarios. Y la usp. La usp (unique selling proposition) o Propuesta Única de Venta es un concepto de marketing que remite a aquellos aspectos que convierten un producto o servicio en algo único a los ojos del consumidor. Si quieres que tu libro disfrute de una promoción adecuada sería bueno que te sentaras un segundo y pensaras cuál es su usp, es decir, la razón por la cual la gente debería pensar que tu obra les interesa. Y no solo para que la compren, también queremos que hablen de ella. No olvides que la prescripción es la primera motivación de compra de un libro. La usp de tu libro la tienes que pensar tú, claro, y las posibilidades son infinitas: Un personaje principal distinto. Enfermos mentales en el libro de cuentos Aquí no eres un extraño de Adam Hasslet. Un hito generacional. Historias del Kronen, de José Ángel Mañas, o En el camino, de Jack Kerouac. Un tema original. Middlesex, de Jeffrey Eugenides, que cuenta la vida de un hermafrodita. O un libro de recetas para veganos. Una referencia exitosa. Intemperie de Jesús Carrasco se compara con las obras de Cormack McCarthy, y eso anima a los lectores del norteamericano a leer el libro del novelista español. Un buen what if, qué hubiera pasado si. Sangre a borbotones, de Rafael Reig, que plantea un Madrid inundado cuyo paseo de la Castellana es navegable. Cómo promocionan las editoriales tradicionales. La industria editorial lleva siglos rompiéndose la cabeza para encontrar la manera de vender sus libros más y mejor. Cosas que ahora nos parecen normales (una portada llamativa con una buena foto o el formato de bolsillo) fueron en su día innovaciones de un visionario que cambiaron la forma de entender la promoción editorial para siempre. La cantidad de puntos de venta, el espacio y la permanencia en la librería (la distribución) son la herramienta más eficaz de promoción con la que cuenta una editorial tradicional. Eso pasa por la necesidad de venderle la obra al librero para que la exponga en su tienda y sea capaz de recomendarla a sus clientes, tarea nada fácil hoy en día (los libreros viven en permanente estado de ansiedad por la cantidad de novedades recibidas) y que suele realizarse con comerciales que visitan con regularidad las librerías. Las grandes editoriales poseen distribuidoras y cadenas de librerías, lo que les permite colocar sus productos en las tiendas con la máxima exposición. Nada ayuda más a vender un libro que un escaparate o una mesa de novedades por la que desfilan a diario las miradas de decenas y decenas de potenciales compradores. Aunque sigue siendo uno de los pilares del sector editorial, la red física va perdiendo terreno a medida que los hábitos de consumo cambian: en Estados Unidos ya son más de la mitad los libros que se compran a través de internet, y la cifra crece año a año. Un libro es un producto de consumo lento. No es como una camisa o un coche, capaz de desplegar su poder de persuasión solo con su mera presencia, y por eso necesita atajos que anticipen al lector la experiencia de su disfrute. De ahí la importancia de los textos promocionales (sinopsis, eslogan, biografía del autor, título) y los apoyos gráficos (portada, foto del autor). Las editoriales intentan que con una sinopsis de apenas diez líneas puedas informarte sobre el libro y a la vez te sientas atraído por él. A veces la clave está en el tema del libro y otras en el autor (por su prestigio, por su vida pintoresca) o en el fenómeno social que está provocando (el libro que fue secuestrado por un juez). El catálogo, las colecciones. No hace mucho, y todavía quedan algunas, las editoriales tenían cierto prestigio por la calidad de su catálogo. Hay editores legendarios, como Kurt Wolff (famoso por publicar a Kafka como por rechazar a un inédito James Joyce), cuyas apuestas por jóvenes autores ya eran de por sí un poderoso artefacto promocional. En España, Jorge Herralde o Manuel Borrás (Anagrama y Pre-textos). Las colecciones parten de la misma idea: recomendar un título desconocido para el gran público usando la percha de incluirlo en una colección que el lector sí conoce y valora por la calidad o temática de los libros. La colección Panorama de Narrativas (Anagrama), que aglutina la obra de grandes escritores internacionales. Los medios de comunicación convencionales: conseguir entrevistas a los autores de sus lanzamientos estrella en radio, tv y prensa resulta indispensable en la construcción de un bestseller. Y cada una llega como puede. Algunas tienen poderosos gabinetes de prensa muy bien relacionados. Otras hacen pequeñas inversiones en publicidad condicionadas a la promoción de sus libros en las secciones de cultura del medio. Otras son dueñas de grandes grupos. La prescripción de otros autores. Esta la habrás visto mil veces. Es la típica faja que lleva un libro de un autor desconocido, en la que aparece una frase impactante de un consagrado, de la misma editorial, poniendo la obra por las nubes. Otra variante de esto eran los prólogos. Si un autor famoso prologaba tu libro, era sinónimo de que le había gustado y de que, por tanto, merecía la pena leerlo. Es famosa la anécdota de Alberti que, en la puerta de su casa de Roma, colgó un cartel que decía: No se escriben prólogos. En ambas la estrategia está clara: convencer al lector de la calidad del libro, en los 10 segundos que emplea en mirar la cubierta. Los premios. Los premios transmiten la idea romántica de que existe una oportunidad para que autores desconocidos puedan competir en igualdad de condiciones con escritores consagrados. En realidad, resultan una poderosa herramienta promocional de las editoriales, y son de todo menos meritocráticos (casi siempre están dados y siguiendo criterios más comerciales que de calidad). El más conocido es el Premio Planeta, pero hay muchos más. El objetivo está claro: hacer ruido en los medios de comunicación (captar la atención) y realizar una labor prescriptora (este libro es bueno porque ha ganado un concurso) que facilite su venta. Las listas de libros más vendidos. Las listas de libros más vendidos nacieron a finales del siglo 19, cuando Harry Thurston Peck, editor de The Bookman, empezó a publicar las obras que lideraban las ventas en algunas ciudades norteamericanas. La idea se extendió rápida por el resto de medios y desembarcó en Europa a mediados del siglo 20. Estas listas o tops de ventas sirven para vender más libros de los libros más vendidos. Y tienen que ver con cierto fenómeno psicológico en el comportamiento de masas: cuando algo se percibe como un fenómeno social, todo el mundo siente la necesidad de participar. Eso explica que muchos bestsellers sean comprados y regalados pero nunca leídos, igual que pasa con otros objetos que se ponen de pronto de moda para luego desaparecer. Una variante de esto son las ediciones. Que un libro se esté vendiendo mucho sirve para convencer a nuevos lectores de la necesidad de comprarlo, aunque solo sea por no perderte algo en lo que están participando todos (somos un animal social). De ahí las famosas llamadas en las portadas de algunos libros con frases como: «28 edición» o «Más de 100.000 ejemplares vendidos». La publicidad. En general, las editoriales nunca han gastado mucho dinero en publicidad convencional: es raro que compren anuncios en la tv, en la radio, o en la prensa para promocionar sus libros. Pero algunas editoriales, con algunos libros muy concretos, han apostado por esa posibilidad. Te contamos cómo piensan las libreras, la mayoría son mujeres. Cómo se promocionan los libros. Aunque todo lo anterior sigue vigente y supone una parte importante del pastel del sector editorial, internet está cambiando para siempre y a toda velocidad la manera de entender la promoción de un libro. Las posibilidades son enormes y el acceso, universal, lo que cristaliza en un entorno competitivo y superpoblado, en el que la atención es más difícil que nunca, y la prescripción parece una misión imposible. Además, la atomización es la norma aquí. El mundo de los medios de comunicación convencionales, en el que un emisor era capaz de captar la atención de millones de personas, no tiene cabida en internet. Aunque la red llega a miles de millones de usuarios, la enorme cantidad de mensajes y de emisores hace que la gran mayoría apenas alcancen a una decena de personas. Todo esto puede resultar paralizante e incluso provocar una cierta ansiedad, pero hay muchos sitios por los que empezar a construir la promoción de un libro en internet. La relevancia. La relevancia es un concepto que Amazon importó de los buscadores de internet y que tiene que ver con la forma en que se ordena la información en función de su impacto (pasado y futuro). O dicho de otro modo: la relevancia intenta mostrar primero, de entre todo lo disponible, aquello que le interesa al usuario que está haciendo la búsqueda en el buscador de su tienda. Cuando haces la búsqueda de un libro, el sistema aplica criterios de relevancia para darte una lista de resultados. Si mi libro se llama Cómo crío hormigas en mi casa y escribes en el buscador Cómo crío hormigas en mi casa, aparecerá el primero. Pero qué pasa si pones criar hormigas. Pues que el sistema buscará libros con ese título, pero también libros que tengan esa etiqueta, o cuya sinopsis esté relacionada con ese contenido. Y, de entre todos ellos, te ofrecerá aquellos que piense que te pueden resultar más interesantes: porque son los más vendidos, porque son los que más opiniones tienen, porque son los que suelen comprar personas que tienen un perfil similar al tuyo como lector (el funcionamiento exacto del algoritmo de Amazon es como la fórmula de la Coca-Cola, secreto). La relevancia también funciona en el resto de espacios promocionales, como las recomendaciones (aquellos libros que el sistema te recomienda cuando estás mirando uno similar), o los tops de más vendidos (los hay por géneros, por formatos, agregados). El desafío es que en Amazon·es hay cerca de un millón de libros en castellano y se estima que solo se muestran en los sistemas de relevancia menos de cinco mil. O sea, un iceberg en toda regla. Este sistema no existe solo en las tiendas de Amazon, pero lo cierto es que es donde mejor funciona. El resto de librerías suelen repartir sus promociones con el mismo criterio que tendrían en una librería física con sus escaparates y mesas de novedades. O como mucho tienen un sistema mixto. Amazon, por otra parte, es la que más compradores de libros tiene en internet, muy por encima del resto. Por eso es siempre nuestra recomendación principal: porque todo se cuece ahí. Aunque el algoritmo es secreto, sí se sabe que lo que mejor funciona son las ventas: si un libro vende, resulta muy relevante. Y en menor medida las opiniones: si un libro tiene muchas opiniones, es relevante. Así que la fórmula es sencilla: consigue ventas, consigue opiniones. En un primer momento tocará tirar de tu red, un pequeño empujón fraternal de opiniones y compras puede hacer que tu libro esté entre los más vendidos (dependiendo de la categoría) en apenas un día. Lo duro, claro, empezará después, cuando tengas que mantener la posición. Algunos autores con perfil profesional (un coach con muchos seguidores en sus charlas y redes) sacrifican la venta directa de sus libros, que podrían hacer entre los suyos, llevándose el 100 por cien del ingreso del libro, y lo desvían todo a Amazon. Están comprando relevancia para que su libro se muestre a personas que no le conocen, y obtenga así nuevos clientes. Alcanzar y mantener la posición en los motores de recomendación de Amazon es duro, y exige mucho trabajo y algo de suerte, pero su recompensa no tiene parangón: cuando estás ahí, tus ventas suben como la espuma: las categorías, las palabras de búsqueda (etiquetas), los grupos de edad. Cuanto más preciso seas en etiquetar el contenido de tu libro, más fácil será relacionarlo con la búsqueda indicada. Como autor independiente, a la hora de hacer el marketing de tu libro, tienes la ventaja de que nadie lo conoce mejor que tú. Algunos consejos: No intentes ocupar espectros amplios (pelear todas las batallas), lo importante es llegar a tus lectores, aunque sean pocos. Si tu libro es de recetas para veganos, concéntrate en lo segundo porque eso será lo que te desmarque del resto de libros de recetas. A la hora de poner las palabras clave intenta no repetir las que ya estén en la categoría, el título o el antetítulo del libro. Hay autores que eligen palabras clave muy populares, utilizando los resultados del buscador de Google o de Amazon: quieren ocupar espectros con muchas búsquedas. Otros hacen justo lo contrario para eliminar competidores: ocupar espectros poco poblados en los que resulte más fácil llamar la atención. Esto mismo (lo anterior) se puede aplicar a la hora de elegir una categoría para tu libro. Aprovechando que una obra puede adaptarse a varias categorías se evitan aquellas superpobladas (por ejemplo, romántica), para que resulte más fácil obtener los primeros puestos en los rankings y aparecer así en las páginas de top de ventas por categorías de Amazon. Experimenta: si el libro no se vende, cambia la categoría, cambia las palabras clave, observa lo que están haciendo los libros que son competencia del tuyo. Si tienes una novela histórica y la has clasificado como histórica pero no funciona, ¿por qué no pruebas a colocarla en romántica aprovechando que la trama contiene una historia de amor? La descripción es otra pieza clave en el discurso vendedor de tu libro. Intenta que sea atractiva y que capte la esencia del libro. Puedes tomar como modelo las descripciones de libros similares al tuyo que ocupen las primeras posiciones de venta. No dudes en añadir reseñas, libros anteriores, comentarios de otros autores (no hay límite de espacio). Intenta, eso sí, que todo ese contenido resulte cómodo de leer. En el caso de libros técnicos, añade el índice en la descripción para que el posible comprador pueda chequear si el libro se adapta a sus expectativas. Por último, Amazon ofrece una previa gratuita de los libros que tiene la venta (suele ser en torno al 10 por ciento del contenido del libro). Has conseguido captar la atención del lector, pero, antes de comprar tu libro, quiere descargar la muestra para ver si le gusta. Es el momento de que pongas sobre la mesa tus mejores cartas de seducción. En ficción tendrás que atrapar al lector y engancharlo en ese 10 por ciento. En no ficción, tu tarea será la de convencerle de lo útil que le va a resultar tu libro y darle una idea exacta de todo el contenido que abarca (poniendo el índice al principio o haciendo una especie de prólogo explicativo de cada una de sus partes). No queremos terminar sin prevenirte de todo tipo de trucos y atajos que oirás y leerás por internet destinados a conseguir esa relevancia. En general, desconfía porque o no funcionan, o dejarán de funcionar en breve (Amazon vigila y corrige). Por ejemplo: hay gente que te intentará vender opiniones para tu libro. También están los que te invitan a hacer trampas con los metadatos: usar palabras clave como bestseller (algo que no tiene nada que ver con el contenido del libro) o referencias a otros títulos exitosos parecidos al tuyo solo te servirá para que los motores de recomendación de las librerías en red te penalicen. Recuerda eso que siempre se dice en marketing: la mejor manera de vender un caballo es hacer un cartel en el que diga Se vende un caballo. Las comunidades. Otro concepto clave de la promoción hoy en día es la comunidad. El escritor del siglo 20 vivía en su torre de marfil, escribiendo, y solo interactuaba con sus lectores una o dos veces al año (en la feria del libro de Madrid o de Barcelona, en alguna presentación), pero en el siglo 21 eso ya no es posible. Hoy, el escritor tiene que ser capaz de crear, mantener y ampliar una comunidad de lectores para sus obras. Y no hablamos solo de autoedición, hace ya tiempo que las editoriales tradicionales buscan autores con perfil digital. Si cuentas con una comunidad construida alrededor de tu firma, tendrás todas las papeletas para hacerle una propuesta a la editorial que quieras. Llegado el momento, tendrás que valorar lo que te están ofreciendo a cambio, porque igual tú eres más interesante que ellos. Una comunidad de lectores es algo que no se puede comprar, aunque cualquiera puede ponerse manos a la obra e intentar construir la suya. Requiere tiempo, talento y también suerte (la de conectar con la gente). Puede ser física (clientes, alumnos, oyentes de tus conferencias, pacientes) o virtual (lectores de tu blog, seguidores de tus perfiles en redes sociales). Pero en ambos casos, necesitarás ocupar todo el espacio de alguna manera. Es decir, si tienes una comunidad física de seguidores, será conveniente que puedas dar respuesta a su demanda también desde internet; y viceversa, si tienes una comunidad virtual, convendrá que en algún momento plantees acciones reales que amplíen tu presencia. Hay tantas formas de construir una comunidad como comunidades posibles: gentes que se interesan por un tema, por un personaje carismático, por un mensaje inspirador. Y sí, como ya habrás adivinado, la comunidad está relacionada con la marca personal, otro concepto curricular del siglo 21 extrapolable casi a cualquier actividad profesional: tu empresa eres tú. Antes de nada, y como cualquier empresa, necesitarás una sede en internet: una web que no esté alojada en ningún proveedor de servicios de blog o similar. Tienes que comprar un dominio que sea tuyo, y crear una web/blog que centralice y recoja toda tu actividad. Luego, claro, puedes usar las redes sociales para proyectar tu presencia. Pero la pista de aterrizaje debe ser tuya. Si no, le estás regalando tu tráfico al proveedor de turno y, sobre todo, estás expuesto a que desaparezca o cambie sus políticas, arruinando de un plumazo todo tu trabajo de años. Hay dos planteamientos posibles a la hora de construir una comunidad: el activo y el pasivo. No son excluyentes, pero sí responden a dos perfiles de autor: los que prefieren mostrarse, y los que prefieren que sus libros hablen por ellos. En las comunidades activas se busca aumentar la presencia en la red a través de un blog, un grupo en Facebook, un canal en Youtube, un consultorio, un perfil en redes sociales. La teoría dice que cuanto mayor sea esa presencia, más se incrementarán luego las ventas de tu libro. Pero, ojo, hay una enorme diferencia entre pulsar un megusta y gastarse 18€ en un libro. Para obtener un retorno significativo necesitarás una enorme cantidad de seguidores. En el mundo real, esa presencia es física, y se desarrolla a través de charlas, clases, cuentacuentos, conferencias, demostraciones. Aquí la respuesta es mayor porque también parte de un sacrificio mayor por parte del lector (ir a tu acto). En cualquier caso, todo empieza siempre por regalar cosas. Regalas recetas, información, entretenimiento, asesoramiento. Creas una relación de confianza, te conviertes en alguien útil y cercano, alguien conocido al que tener en cuenta cuando te informa de que ha publicado un libro sobre ese tema que tanto te interesa o te entretiene. En no ficción es fácil imaginar cómo funciona. Un asesor financiero pone en marcha un blog con consejos para invertir. Consigue 20.000 suscriptores en 12 meses. Luego hace un libro con los veinte productos financieros más interesantes del año. Y obtiene 500 ventas entre esos suscriptores. En ficción puede parecer más complicado, pero en realidad no lo es. Imagina que un autor de novela negra crea un canal que reseña y recomienda títulos de ese género a sus lectores. Consigue crear así una audiencia muy valiosa de personas aficionadas a ese tipo de lecturas que luego pueden ser compradores de la novela negra que acaba de escribir. En todos los casos, tienes que actualizar los contenidos con regularidad. Vigila la conversación. Porque al final las comunidades son sitios en los que se conversa sobre un tema, y todo va mucho más allá de tu discurso. Hay comentarios, preguntas, valoraciones, que tienes que atender, escuchar y responder. Ese es otro concepto muy importante de internet: la conversación. Si has conseguido encender el fuego de una conversación, tienes que ser capaz de mantenerlo. En los primeros momentos tendrás que echar mano de lo que hay, apoyarte en otras conversaciones o plataformas relacionadas con lo tuyo. Recuerda que tu propuesta es una puerta más en una ciudad con cientos de miles de puertas: tienes que conseguir que la gente sepa que existes. Haz un pequeño estudio de podcast, blogs, foros, grupos, canales o influencers en los que podrías promocionar el tuyo. Para valorar su influencia te pueden valer estos parámetros, el ranking en Google. Si pones por ejemplo blog ciencia ficción, lo normal es que los primeros que aparezcan sean los más relevantes. Número de usuarios (si está visible). Cadencia de actualización (en el caso de un blog o un podcast). Si ves que no tiene dos o tres actualizaciones a la semana, ponte en guardia. Comentarios: un buen medio, con muchos seguidores, suele tener una gran cantidad de comentarios. Número de veces que se comparten los puestos. Número de mensajes (en el caso de un foro) y fechas de los últimos (lo normal en un foro es que haya mensajes nuevos todos los días). Cantidad de megusta. Cuando has seleccionado tus objetivos, toca actuar, es decir, mostrarte en esos espacios para atraer público al tuyo propio. Y aquí tienes que aplicar el sentido común. Compórtate igual que si fueras por primera vez a una tertulia en una cafetería, no entres avasallando. Si pones comentarios, que sean útiles y constructivos. No hagas publicidad descarada de tus cosas. Si vas a hacer una sugerencia de enlace a tu web, habla primero con los gestores del sitio y pide permiso. En fin, normas básicas de urbanidad. Un mecanismo muy eficaz es la firma invitada (un blog consolidado publica un artículo tuyo) o la colaboración o entrevista (en otro podcast): beneficia a ambas partes, ya que uno consigue contenido y el otro, promoción. Similar a esto son las entrevistas en tu blog o podcast (son los nuevos blogs) a autores que hagan cosas similares a lo que haces tú. Te servirán para atraer a su audiencia y a ellos les ayudará en su promoción. En el mundo de la autoedición en internet, construir una comunidad por la vía activa era una idea que causaba furor en los primeros momentos. Pero, claro, es lento, requiere mucho trabajo y no todo el mundo tiene las aptitudes ni las ganas de ponerse a ello. Así que apareció una tercera vía: las comunidades pasivas. En las comunidades pasivas la tesis es muy sencilla. En vez de concentrar tus fuerzas en construir y mantener una comunidad, vas a dedicar todo ese tiempo a producir nuevos libros, que tenga promociones cortas y muy concretas, y luego vas a poner los medios para que aquellos a los que les haya gustado tu libro estén en condiciones de descubrir el resto de tu obra (la que ya has hecho y la que harás en el futuro). Lo mejor son las listas de correo. Primero, porque son tuyas (un grupo en Facebook es de Facebook y lo puedes perder si FB decide cambiar sus políticas). Y segundo, porque bien utilizadas son una poderosa herramienta promocional que ayudará a dar salida a tus próximas obras y te ahorrará mucho tiempo y dinero. Más que la cantidad, te interesa la calidad. Es mejor una lista de cien usuarios interesados que una de 10.000 de su padre y de su madre. Internet es todo y nada a la vez, y por eso es vital ser lo más preciso posible. Necesitarás contratar los servicios de algún gestor de listas de correo. No puedes mandar muchos emails desde tu cuenta normal porque el proveedor pensará que estás haciendo spam. Manda pocos emails y siempre pertinentes. Si bombardeas a tus lectores, dejarán de prestar atención a tus emails o se borrarán de la lista. Añade una invitación para apuntarse a tu lista de correo al principio y al final de tus libros. Y si tienes blog, web, o cuenta en redes sociales, también. Hay autores que regalan algo a los que se apuntan a sus listas de correo, un ebook gratis de algún otro libro. Anima a tu círculo íntimo a que se inscriba: en la medida en que estén bien informados de tus actividades podrán compartirlas mejor si les interesa. Aprovecha tus actos (charlas, presentaciones) para animar a la gente a apuntarse. Otras herramientas de promoción pasiva: Incluye links a tu blog o web de autor al final de tu libro. Incluye links de compra al resto de tus obras al final de tu libro. Dale al lector alguna manera de interactuar contigo al final de tu libro, un email, un Twitter, una página de Facebook, o todo a la vez. Las redes sociales son en realidad un instrumento para crear y mantener comunidades. Si no es así, empieza por hacerte una cuenta para que las entiendas como usuario. Las redes sociales no venden libros, sirven para fidelizar y crean comunidad, pero son malísimas vendedoras de libros. Incluso en sus campañas pagadas. Te gastas 100€ en promocionar tu novela de espías entre la audiencia de Tom Clancy y acabas vendiendo dos ejemplares porque la gente no usa las redes sociales para tomar decisiones de compra. Desde ellas puedes captar su atención, e incluso generar un interés, pero para llegar al deseo que culminará en la compra tienes que llevártelos a otro sitio. Algunos consejos prácticos. Tu marca eres tú, así que pon tu foto en tus redes sociales, y procura que sea una buena foto. Define tu género. Si haces novela de ciencia ficción o libros de cocina para olla lenta, procura dejarlo bien claro en tu perfil. No hace falta que estés en todas las redes sociales, sino solo en aquellas en las que están tus lectores. Si tu público es de romántica o de juvenil lo encontrarás en Instagram. Hay que tener objetivos claros: que visiten tu blog o que se apunten a tu lista de correo. Respeta las normas de convivencia de cada red social. Más la calidad que la cantidad. No interesa tener seguidores que no interactúan porque hacen que tu calidad (tu relevancia) baje. Si se ha apuntado tu cuñado por hacerte un favor, pero luego no le interesan en absoluto las novelas de vampiros que escribes, terminará por no comentar, y eso hará que descienda tu ratio de participación, lo que afectará al algoritmo que decide cuánto muestra tus publicaciones. Crea contenido de valor. Hazte siempre esta pregunta, antes de publicar en tus redes sociales: ¿le interesará esto a mis lectores? Otra vez la calidad: vale mucho más un buen posteo que tenga mucha interacción, que quince que no han provocado nada. Usa las herramientas de estadística que te ofrece la plataforma. Puedes ver el seguimiento que ha tenido un tema en Twitter y llevarte aquellos con más éxito a Facebook o a tu blog. Crea complicidad, sé personal. Nadie quiere oírte hablar de tu libro todo el día. Organiza tu tiempo. Las redes sociales son un agujero negro que pueden terminar desbordándote. Planifica bloques de tiempo limitados pero constantes. Los influencers. El equivalente de los diarios, las emisoras de radio y los canales de televisión en internet es un ejército de medios de comunicación independientes, gestionados por entre una y cinco personas, que despliegan sus contenidos a través de blogs, canales y podcasts. La mayoría tiene audiencias muy pequeñas o casi inexistentes. Y su funcionamiento se parece a un medio convencional. Cuesta horrores que te saquen, pero no es imposible y, si lo consigues, le darás un buen empujón a la promoción de tu libro. Es fundamental que antes de hacer nada preguntes a los gestores de la plataforma. Nunca jamás les mandes tu libro sin preguntar. Puede ser que no reciban sugerencias (porque están desbordados con envíos de autores) o que te indiquen que solo comentan cosas previo pago. También puede ser que les interese tu libro y decidan compartirlo con su audiencia: a fin de cuentas, tienen que cuidar sus contenidos para no perderla. La publicidad. Si puedes permitírtelo es buena idea dedicar una parte de tu presupuesto a la promoción pagada. Obviamente, no vas a poder poner un anuncio en la televisión o en El País, pero sí tienes a mano la posibilidad de poner en marcha campañas muy asequibles en internet con las que puedes conseguir avances significativos. Todos cuentan con sistemas en los que aumentar tu relevancia a la velocidad de la luz. Antes de ponerte en marcha tienes que tener muy claras algunas cosas: Cuando montes una campaña necesitas tener un objetivo claro y definido. Es importante que puedas medir los resultados. Si quieres construir una lista de correo, cuantificar cuántos seguidores has obtenido con tu inversión. Haz pequeños experimentos antes de lanzar una campaña más ambiciosa para ver lo que funciona mejor, ajustar tu página de aterrizaje, revisar el comportamiento de las personas que han clicado en tu link. Por ejemplo, alguien que está pensando en autoeditar y escribe en Google “cuánto cuesta autoeditar un libro” verá nuestro anuncio y, si decide pulsarlo, tendrá acceso a nuestros servicios y precios y quizá decida contratar nuestros servicios. No es una herramienta habitual a la hora de promocionar un libro, pero puede resultar útil en según qué casos. Las principales redes sociales han desarrollado sistemas de publicidad similares, aunque aquí en vez de palabras de búsqueda eliges segmentos de la audiencia. Por ejemplo: hombres, de 18 a 30 años, a los que les gusta la poesía. Y planteas un objetivo: conseguir más seguidores en tu Facebook o atraer tráfico a tu web. El resto es similar, solo que, en vez de un anuncio, este se muestra en función de tu presupuesto. Las redes sociales funcionan mejor para campañas de contenido que para campañas de producto o servicio. El último en sumarse a la relevancia pagada ha sido Amazon. Tiene todo lo necesario: cientos de miles de clientes desfilando por sus tiendas, un ejército de vendedores ofreciendo productos en ellas (no solo autores) y un buscador que ordena los resultados siguiendo un algoritmo. El crecimiento de esta línea de negocio ha sido vertiginoso. La ventaja es que quien busca en Amazon ya está en una tienda, pensando en comprar, y accede a un producto. La mecánica es muy parecida a la de Google Ads, con palabras clave, grupos de anuncios (productos), pujas, niveles de calidad, presupuestos definidos y pago solo cuando se produzca el clic. Y, muy importante, la promoción de productos en Amazon usando su sistema de publicidad tiene un impacto orgánico sobre ellos. Es decir, que las ventas que obtengas por este canal mejorarán el historial de ventas del producto y le darán más relevancia. Cuidado con los agregadores. Proliferan cuentas de Facebook y Twitter con nombres genéricos como “Promoción de libros”, que cuentan con muchos seguidores y venden servicios de promoción que suelen consistir en una o varias entradas en sus cuentas o grupos. Antes de plantearte contratar sus servicios tienes que tener claro: El tipo de comunidades que tienen (la cantidad no lo es todo): edad, preferencias. Cómo la han construido. Si está hecha a base de sorteos es cuestionable el interés genuino de sus usuarios por conseguir información sobre nuevos títulos. También a veces son robots o usuarios comprados en otros países a precio de saldo, que jamás tendrán interés por nada que pongas (probable que ninguno entienda tu idioma). Si venden la promoción es porque no ofrecen contenidos valiosos a sus usuarios, lo cual provocará que estos les presten poca o ninguna atención. Piensa en la propia atención que tú mismo prestas a recomendaciones aleatorias en redes sociales. Nosotros vamos a enviarte emails contándote cómo funciona esto de publicar y autoeditar un libro. © 2023 Uno Editorial.


fuentes de texto:

Bieito Rubido

Loli Gallego

Ninoska Velasquez Matos

Raquel C. Pico

Circulo Rojo Editorial

Uno Editorial

historias de la televisión

historias del videojuego

historia del teléfono móvil

historia del libro electrónico

Libros en el móvil

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