Hay pecados que no son personales
sino estatales.
Alguien lo habrá olvidado, pero como españoles tenemos reconocidos dos derechos básicos: derecho a la objeción de conciencia religiosa (Constitución, artículo 16) y derecho a la objeción de conciencia militar (Constitución, artículo 30.2). La España cutrefacta, devota del Cupón y Lotería, asocia ambulancias con Cruz Roja y Cáritas con desgracias de signo humano o humanitario (desahucios o bancos de alimentos); mientras la Unidad Militar de Emergencias (UME) es la primera en telediarios de salvamento y socorrismo, aprovechando que la urgencia o el incendio o la inundación pasaba por allí.
Lo de España con la Iglesia (en un país que cuenta haber tenido Reyes Católicos muy católicos) viene de lejos y, en papeles, del Acuerdo con la Santa Sede (firmado por Adolfo Suárez, 1979).
Lo de la izquierda con el Ejército viene por dos vías.
Una, a través del Pce y de la bandera de la Segunda República. La República, pionera en tantos derechos, no reconoció que renunciar a la guerra sería lo mismo que renunciar al ejército, desarmar a España de una vez. Y así le fue a la República, ¡con Franco y militares africanistas!
Lo del Psoe y Podemos con el Ejército (hoy a toda Ue por Ucrania) vino a la entrada de España en la Otan (Felipe González, 1986), y culminó en tres fases.
1º) Misiones de paz del Ejército español (Felipe González, 1989).
2º) Supresión del servicio militar obligatorio (Aznar, marzo 2001), que nos robó lo poco que nos quedaba del derecho a la objeción de conciencia militar.
3º) Los distintos Psoes -desde Felipe González hasta Pedro Sánchez-, con Ugt y Comisiones, y bajo el pretexto de combatir el paro y de crear puestos de trabajo: se reconvirtió (o militarizó) gran parte del tejido industrial, empresas que fueron Navantia o Construcciones Aeronáuticas hasta el Airbus Military, como si no nos tocaran las objeciones.
Aprovecharse de enfermedad y muerte para que las criaturas se muestren agradecidas a Iglesia y fuerzas armadas, yo diría que es buitreo, y no quiero ofender ni señalar a buena gente que entró al cuartel o al seminario buscándose la vida. Hay pecados que no son ni veniales ni mortales, son pecados estatales. Y España hiede.
Daniel Lebrato, 31 del 7 de 2023
