El feminismo de las madres feministas.

En cualquier tratado que se precie hay un orden de estudio y de exposición que va de lo conocido a lo por conocer, del sustantivo al adjetivo, del Sars-cov-2 a la Covid-19, primero el virus, luego la enfermedad y, última, la pandemia.

Sin lo femenino o lo mujer es inútil hablar de feminismo. Y lo femenino o lo mujer es una sexualización que empieza el día de la falda para la niña y el pantalón para el hermano.

Lo que así empieza, se configura en la mirada familiar, interna, frente a la exterior mirada, del mundo feroz donde sensualidad y erotismo dan pornografía de menor grado: lo que se dejar ver por faldas y escotes.

Son las madres las que configuran. Los amiguitos gay, los mariquitas o maricones, se manifiestan y exteriorizan como mujeres porque favorece sus posiciones minoritarias. Pero un feminismo de verdad rechazaría esas imitaciones. Son las madres, mientras hablamos, siguen conspirando.

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