En la historia de la explotación del hombre por el hombre, el primer uso o abuso tuvo que darse por subsistencia, por hambre contra el más débil: el derrotado en la batalla, sería el canibalismo.
Detrás vendría el trabajo como apropiación del trabajo ajeno, primero a cambio de la vida, esclavismo, y luego en cambalache con la propiedad de la tierra, feudalismo.
En todo hay un progreso para el de abajo o más humilde pues mejora, no liberto, subyugado al conde o al marqués que generan un sistema o currículo de lección universal.
El dinero, la moneda, fue también un progreso pero trajo el préstamo con interés que acabaría en usura (de pronto era riqueza la ruina del otro, ajena). Se pasará del capitalismo mercantil a la revolución industrial hasta acabar en el capitalismo financiero, en el cual se está.
Ganar dinero no obliga ya a la producción de bienes de uso ni al usufructo de los dones de la tierra. Se ha llegado a la inhumanidad o deshumanización más absoluta.
En resumen, modos de producción ha habido seis: canibalismo, esclavismo, feudalismo, capitalismo mercantil, industrial y financiero. Llamar neoliberalismo a la dictadura de la banca y de la bolsa es un desprecio al comunismo como fase superior o esperanza del capitalismo.
También confunden lo suyo los falsos movimientos de nombre anticapitalista que omiten superar el capitalismo (como superación dialéctica) en lo que tiene social.
En vez de eso, se ha impuesto el canto al autónomo, a la pequeña y mediana empresa, al comercio de barrio o de proximidad, el canto al Alfarero frente a Porcelanosa, no les quiero contar la que han liado, Saramagos de esta vida.






En resumen, modos de producción ha habido seis:
canibalismo,
esclavismo,
feudalismo,
capitalismo mercantil,
industrial
y financiero.

