EL LECTOR DE KANT
Andaba yo enclítico y masporpérico, sobre esdrújulo, y encontréme a un hombre melancólico con pinta de haber leído a Kant.
Y pregúntele sin ánimo de tocarle el ukelele:
¿Por ventura me asegura esta cordura que me dura si ha leído usted a Kant?
Mas ¿cómo lo adivinaba vuestra merced por ventura?
Porque me lo asegura su figura. Vile yo a ustélele y pretuntémeme ¿Será posible que el hombre esté triste porque tiene un Kant en ristre?
Hiperbatónico estáis, sobre masporperista y enclítico.
Anastrófico, nada más, no llega a tanto mi trueque.
Filósofo, profesor, crítico de la razón y autor de unos prolegómenos válidos para toda metafísica que pueda presentarse como ciencia.
Joder con el conocido por el imperativo categórico, del idealismo trascendental, el noúmeno, hasta proponer el concepto de la nebulosa protosolar.
Sin olvidar el deísmo.
Sin olvidarlo. Dios mío, lo que sabemos. Qué cultos somos desde que todo nos sopla Wikipedia.
Tragicomedia moderna del saber y de la cultura. ¿Es que usted no la consulta?
De cabecera la tengo, sí, señor. Pero a Kant me lo metieron a cucharón en el instituto, y tuve, por desventura, una juventud algo triste.
Yo tengo para ese viaje alforjas que más se forjan en Sócrates y en Schopenhauer con algo de Kierkegaard.
Hablamos de estos filósofos que le dan vueltas a las vueltas que tiene el mundo y, para decirlo, me fundo no en un fofo pensamiento (que por algo acaba en miento), tal en un aforismo mismo que omito cual vocal en el apóstrofo.
¡Talcuálico además de enclítico, apostrófico, masporpérico y anastrofista! ¿Vos no seréis, por ventura, poeta?
Por ventura, ígnorolo, mas creo que formalista lo soy por oficio divino porque a quien no pude ver jamás fue al burro que tocó la flauta por casualidad. ¡Fuera los espontáneos! ¡Abajo los aficionados!
Ya me imagino yo sus poemas que, en lo de arte, de arte mayor han de ser en quien maneja lo mismo la pluma, el activismo retórico y es categórico haya leído o no a Kant.
Daniel Lebrato, de la serie ¿Qué es poesía?

