Un día los padres

Un día los padres cogen el petate, y se van. Joder, que aquí nos vamos quedando huérfanos. Las madres que han ido menos por la taberna y están hechas a cuidarnos nos duran más, pero también se irán. En días así vemos que pasan varias cosas. Que somos los siguientes y nos iremos detrás. Que hay que saber irse con dignidad y elegancia y sin hacernos imprescindibles. Y no es tan fácil. No es fácil superarnos cuando nos creíamos los mejores. Cojamos el petate. Vayámonos sin ruido, discretos y cumplidos. El mundo estaba hecho una mierda y ya no había mucho más que ver, pensó el difunto inteligente. Pastillas, analíticas, reproches, que si no te cuidas, que si quién te va a cuidar. No vales nada si no puedes cortarte tú mismo la uña del dedo gordo del pie. Un hombre no vale nada cuando rifa su orina sobre un triste escenario. Criando pelos en las orejas y en las narices. Que no nos pase nada en vida como si estuviésemos muertos. Dichosa edad que no nos toca las pelotas. Hice lo que pude. Soplad por mí las velas. Pensad en mí de vez en cuando. No me esperéis a cenar.

/ Daniel Lebrato por Manolo Ortega, a Tete, Ale, Virginia y Belli /

Deja un comentario