ALGORITMO (casi relato)
algoritmo. (Quizá del lat. tardío *algobarismus, y este abrev. del ár. clás. ḥisābu lḡubār, cálculo mediante cifras arábigas). 1. m. Conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema. 2. m. Método y notación en las distintas formas del cálculo.
En español, el complemento indirecto con verbo intransitivo tiene el valor de participación o interés del sujeto en la acción del verbo. En la oración Me voy, el indirecto me no añade nada a la acción (sería igual: Voy). Decimos que ese me, falto de CD, es un CI ético o Dativo ético. ¿Es ético, entonces, morirse? Si el vivo quería morirse, sí, pero si el vivo seguía amando esta vida ya nos quedamos en duda. Viene esto a cuento por los muchos argumentos en que un protagonista no sabe su participación exacta en qué consiste y cuál será su propia culpa en su propio y desdichado final. Es lo que le pasa a los numerosos muertos que van cayendo uno tras otro en El nombre de la rosa, la novela de Umberto Eco. Como recordaréis, todos ellos son víctimas de su propia curiosidad. Al pasar las páginas de un libro que, según el asesino, no debían leer, sus propios dedos humedecidos con salivilla van llevando del libro a la boca el veneno que los matará. Argumentos o hallazgos parecidos abundan en las novelas de Agatha Christie y en otros novelistas del crimen perfecto, el que no deja huellas. Una huella moderna en Internet son los algoritmos. Los algoritmos son fórmulas y procesos informáticos que convierten las preguntas en respuestas. El algoritmo es también una especie de Tonto el que lo lea. Cada vez que visitas una página aumentas el algoritmo de esa página. Y si lo que ves no te gusta, te jodes, porque ya lo has leído y porque la próxima será más fácil que esa odiosa página que has visto saldrá cada vez más adelante de entre las diez primeras que se ven. Dice una seguidilla: A la orilla de un río / yo me voy solo / y aumenta la corriente / con lo que lloro. Pues eso, no lloréis.
