—breve ensayo sobre la vanidad— Cuando entre la familia sonaba el socorrido «Dios te ve» o «Mira que Dios todo lo ve», mi padre, socarrón, respondía: —Sí, hombre. Ahora Dios va a estar pendiente de ti, como si no tuviera nada más importante que hacer, … Continúa leyendo el Ojo de Google.
