CARTA A CARLOS ARENAS, AUTOR DE «LO ANDALUZ. HISTORIA DE UN HECHO DIFERENCIAL»
Querido Carlos:
Se llama «derecho decidir» y es un derecho colectivo, no individual; para todos, es cuestión de dejarlo expresar o no. España dice que no; otros dicen que sí: Europa para Ucrania frente a Rusia, ¿y no a Cataluña frente a España?
La izquierda nunca ha sabido manejarse en temas nacionalistas, y es normal, por eso la Internacional. La derecha, en cambio, en la tierra encuentra su fundamento y sus apellidos.
“Lo andaluz”, título que a mí me parece buen vasallo si oviesse buen señor, mezcla categorías economía y cultura, enemigos de método: la tierra y la propiedad de la tierra y hasta donde queramos llegar (geografía, historia, raza o etnia, lengua, folclore, fiestas). “Lo andaluz” vende. Y esa es la trampa. Sin hablar de dueños del cortijo o de repartos del latifundio, no tiene sentido hablar de Andalucía ni de Cataluña ni de España.
En principio, hablamos de una consulta en referéndum (a toda España o a Cataluña sola) que nos ahorraría kilómetros de conversación.
hecho diferencial: El paso decididamente más agresivo fue la Memoria en defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña, más conocido como Memorial de Greuges, Memorial de Agravios, que sería presentado al Rey Alfonso XII el 10 de marzo de 1885. (Esther Seijas Villadangos)
Siendo Madrid la capital del nacionalismo español (central o radial), Cataluña es el espejo donde se miran todos los nacionalismos periféricos que hay en España, sinceramente regionalistas o falsos.
Es sincero el nacionalismo andaluz que quiere equipararse con lo más grande.
Y es falso el retracto aragonés o valenciano de inspiración castellana no catalanista, tópico del odio entre vecinos.
Las tres falacias del andalucismo.
La primera falacia fue la de Blas Infante.
La segunda, la de Rojas-Marcos.
Y la tercera la de inspiración Podemos, manera de no andaluzar nada mientras siguen machacando a Cataluña.
El andalucismo copió de otras regiones más nacionales para servir a un ideal español desde un ideal andaluz. Y aunque lo simbólico juega un papel en la constitución de las naciones, hace falta una burguesía autóctona en lucha por la independencia que no sea la dependiente gente sin tierra. Todo nacionalismo ha de ser de derechas, se quiera o no. De ahí que la crítica desde la izquierda a lo que fue el Procés como algo de derechas, no tuvo nunca mucha razón de ser: esa crítica hace también de derechas al más izquierdoso de los ponentes.
Carlos Arenas, historiador económico, cuenta como hecho diferencial de lo andaluz el referirse él al hecho histórico de la Reconquista que dio lugar a la oligarquía de latifundio que nadie podrá negar.
Carlos Arenas, no lo sé, pero el andalucismo que conozco hace de la lengua una cuestión central. En todo caso: nada que no se pueda hablar y votar y decidir. Son las academias, las que ejercen su autoridad, las que deben callarse y dejar que hablen los vecinos. Hay mucho vox en la gente que se cree y ejerce como de izquierdas.
Por último, hablamos de una consulta en referéndum (a toda España o a Cataluña sola) que nos ahorraría kilómetros de conversación.
Las tres falacias del andalucismo
https://www.infolibre.es/politica/carlos-arenas-historiador-andalucia-colonia_1_1241568.html
https://www.elmundo.es/andalucia/2016/02/08/56b90389e2704e13198b456c.html