NO A LA GUERRA
por derecho a decidir.
«No a la guerra» no es No a la guerra esta o aquella. «No a la guerra» es No a las armas como se ha dicho al Demonio en el Catecismo: “ni a sus pompas ni a sus obras”. No a las armas, No a Navantia, Santa Bárbara ni Airbus, No a la Otan, No a los gobiernos como el de España, que la consienten, o que, como el de Ucrania, hacen morir y matar por ella.
En el corazón de la gente, el «derecho a decidir» de Ucrania se impone por encima de la razón histórica y de la Academia de la Historia, gente del No a la guerra que concebís la emancipación de Ucrania y no la de Cataluña.
La brecha social por el referéndum en Cataluña, de Cataluña y para Cataluña, va de españolistas contra independentistas, algo que no es nuevo ni irremediable: media Cataluña vive desde tiempo inmemorial condescendiendo con la otra media, y quién lleve el Gobierno siempre se podrá revisar por leyes de turno o por referéndum. Lo espantoso irreversible es el odio que alimenta la España democrática negándose a soluciones democráticas.
Quienes todavía votan, cargan un historial de tres guerras mundiales, dos bombas atómicas, una guerra fría, una carrera espacial, cien guerras del Golfo, miles de matanzas en nombre de la seguridad. Invito a ustedes a no votar, a vaciar de contenido la democracia y la patria, con toda su clase política y con todas sus fuerzas armadas. A menos bulto, más claridad.