La guerra en Ucrania ha puesto de relieve la obsolescencia de la antigua izquierda con sus lenguajes planos:
“condenamos la guerra
venga de donde venga”.
No hay venga de donde venga. En todo caso no hay dos vengas iguales. Y, menos, la guerra.
Ante Rusia, NO A LA GUERRA significa, hoy más que nunca, No a las armas, No a la industria ni al comercio militar ni paramilitar ni auxiliar; No al pretexto sindical tipo Navantia, Santa Bárbara, Airbus (en la foto), ni contribución a las carreras tecnológicas de guerra fría o aeroespacial. De más está: No al ejército, No a la Otan, No a la Rusia de Putin. No a las bases USA y Otan en España o en Europa ni en el mundo. Válido para España, para EEUU, para Europa, para Rusia y para Ucrania.
El DERECHO A DECIDIR significaría para Ucrania, que, por encima de circunstancias pretéritas o avaladas por la historia, Ucrania como pueblo o territorio tendría derecho de autogestión de su destino. Lo que vale también para Cataluña, españoles que lleváis NO A LA GUERRA en la pancarta.
As´í es: NO es NO, y siempre. NO a la guerra y a las armas.
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