La democracia nace en el siglo 19, crece en el 20 y lleva cinco años cadáver: 1870. Guerra Franco Prusiana. Trajo la Europa de las naciones a costa de la Internacional (1864) y del aplastamiento de la Comuna de París (1871). Supuso el fin de una conciencia segregada que no quería ligar sus intereses con los intereses de las clases dominantes: toda esa mierda que llevaría a obreros franceses o alemanes a disparar contra obreros, ingleses o italianos, 150 años de películas y de arte y de literatura, hasta el trumpismo como fase superior del Estado del Bienestar. El mismo año 2017 de Donald Trump, fue el año del Reino de España contra la República Catalana. Y desde entonces, tan demócratas y tan de Podemos del Sí se puede sin que se haya podido nada.

La brecha social por el referéndum en Cataluña, de Cataluña y para Cataluña, va de españolistas contra independentistas, algo que no es nuevo ni irremediable: media Cataluña vive desde tiempo inmemorial condescendiendo con la otra media, y siempre se podrá revisar la cuestión mediante nuevo referéndum.

Lo espantoso irreversible es el daño que produce la España democrática negándose a soluciones democráticas. Ahí el cisma no será españolistas frente a independentistas (dos opciones que se podrían negociar), sino cerrados (con autoridad en la Razón de Estado) frente a abiertos a lo que la gente quiera ser, lucha que arrastra y salpica a países amigos o aliados de España, a todo Occidente.

Quienes todavía votan, cargan un historial de tres guerras mundiales, dos bombas atómicas, una guerra fría, una carrera espacial, cien guerras del golfo, miles de matanzas en nombre de la seguridad y de la defensa, Seguridad y Defensa que no nos ha librado de entrar en pandemia y que, encima, arrasarán la Tierra con el cambio climático. Y eso sin contar la brutal perversidad que nos divide en electores y elegidos.

Así las cosas, hablar de política, hablar de Vox, hablar de fiestas de primavera o del andalucismo 28 de febrero, es hablar por hablar. eLTeNDeDeRo calla e invita a ustedes a caminar por la sombra.