La democracia es un sueño que dura lo que va ‑de rey a rey‑ desde la decapitación del rey de Inglaterra en 1649, a la Revolución Francesa, 1789. Y, de ahí, al 20 de enero de 2017, mandato de Donald Trump, cuyo ser demócrata se demostró el 6 de enero de este año 2021, cuando el asalto al Capitolio.

La democracia murió ese día 6 de enero pero había muerto mucho antes cuando alzó los naipes el Estado napoleónico (1804, hoy, Estado del Bienestar) que condujo a dos guerras mundiales y a un sinfín de invasiones regionales con tres larvados conflictos de libertad y democracia: Guerra Fría y Carrera Espacial y Carrera de armamentos.

Si no hacemos caso de la fábula del Siglo Quinto griego, hablamos de un periodo o de una era de 373 años. Si usted se sigue llamando demócrata, es usted un clásico.

Dos testimonios de dos demócratas españoles clásicos, Diego Delgado y Carlos Mayoral, sobre dos piedras que están machacando a Cataluña: la justicia española y la lengua española o castellana:

Diego Delgado, Sesgos, vicios y anomalías de la carrera judicial española, CTXT, 04/12/21, y Carlos Mayoral, Las lenguas tienen dos enemigos: quienes las prohíben y quienes la imponen, Zenda,09/12/21.