12:00 19 nov 2021. @ramonlobo Ramón Lobo (banderas de la UE, de España, Francia, Reino Unido, Luxemburgo y Venezuela) tuiteó:
—Siempre con Cádiz, redacte constituciones, carnavalee o se manifieste en la calle en defensa de la dignidad laboral. Fuerza y suerte.
12:05. respuesta de Daniel Lebrato:
—Será por el Cádiz de ¡Vivan las cadenas!
contra respuesta de @ramonlobo:
Confundes 1812 con 1823, fecha del fin del trienio liberal y el regreso de la España negra. El supuesto grito de las cadenas se dio primero en Sevilla, y seguro que en Madrid. El de Cádiz es Viva la Pepa, que es como se llamaba a la Constitución liberal.
@ramonlobo y yo somos amigos, así que no vamos a pelear por la paternidad de un ¡Vivan las cadenas! (cuya precisión le agradezco) tan de fiar como el primero que dijo ¡A Roma por todo! o ¡Santiago y cierra España! La estirpe gaditana de ¡Viva la Pepa! es más creíble.
La estirpe gaditana de ¡Viva la Pepa! es más creíble. Y más motivo para lamentar la bajada a los convenios de la clase obrera andaluza desde que el Psoe y partidos y sindicatos de izquierda nos vendieron el Ave de una Andalucía turística a cambio de desmantelar el débil y escaso tejido industrial. Aquella reconversión, fecha 1984 para el sector naval en Cádiz, se pagó en gran parte con fondos europeos y con empresas civiles reconvertidas al pedido militar de Ejército español, negocio de armas y misiones de paz de Onu y Otan.
Airbus España, Navantia, Aerospace Sevilla son las caras de aquella tangada. Que hoy se pongan en huelga solo demuestra una cosa: que pueden ponerse. La huelga ha llegado a ser privilegio de clase trabajadora acomodada. Quien lo dude, así lo dicen el Ini y el Ministerio de Trabajo.
La idiotización obrera fue a la par de otras idiotizaciones sobrevenidas y acordes con los niveles de vida de las clases medias: practicar senderismo o ciclismo rural por las vías por donde circulaban trenes, exagerar valores tradicionales de una España rancia y detestable, sustituir expectativas de cambio por valores europeos y primer mundistas de nuevos ricos, velar por los animales y por el planeta y por los refugiados y por todo lo que es de buen gusto cuidar con perspectiva multi género feminista y l·g·t·b·i·qué.
Hizo falta, en suma, la consolidación del Estado del Bienestar en bienestar (o zona de confort) individual y para cada uno. Y es normal que independentistas catalanes que vieron a obreros de Cádiz cuando el ¡A por ellos! contra Cataluña, desconfíen. Porque el independentismo -se nos había olvidado- es eso tan de derechas que no se preocupa de analizar la realidad obrera o patronal como de izquierdas o derechas.