el andalucismo del pollito andaluz.

Este puso un huevo,
este lo cogió,
este le echó sal,
este lo frio,
y éste pequeñito…
¡todo, todo se lo comió!
(Canción infantil)

Hablábamos de un artículo Orgullo en andaluz, de Andrea Oliver Sanjusto, sobre un nuevo andalucismo de nueva ola ligado al feminismo en andalú, con perspectiva lgtbiq+ queer:

«Al margen del amor por lo hecho o producido en Andalucía (chovinismo), andalucismo consistiría -más que en denominación de origen- en ideología con intención y conciencia andalucista (al margen también de militancia y partidos).»

El fallo o ligereza de análisis de Oliver Sanjusto no es exclusivo: Portal de Andalucía y su amplia gama de firmas que contribuyen parecen muchas veces seducidas por este mero espejismo: es andalucismo (es decir, consciente y militante) cualquier rasgo, fenómeno o manifestación que se dé en Andalucía: andalucismo hablado, andalucismo feminista o feminismo andaluz, bío ecologismo, ciencias y humanidades andalucistas et cétera.

La clave está en -ismo, sufijo que cultiva y marca.

Con estas bases, y a la espera de lo que dé de sí el nuevo andalucismo, el andalucismo histórico fue -como en la canción infantil- cosa de muy pocos pollitos, caben en una mano, pongamos tres: Blas Infante, Alejandro Rojas Marcos y Manuel Clavero Arévalo.

Blas Infante puso el ritual, la mítica, el andalucismo perdido que serviría para recuperar o dotar himno y bandera.

Clavero Arévalo impuso el juego con el 143 y el 115 de la Constitución, más los cambios suficientes en la Ley Orgánica de Referéndum que permitirían el café para todos para autonomías como Andalucía contra o frente a las nacionalidades históricas Cataluña, País Vasco y Galicia.

Rojas Marcos puso las siglas de partido: Alianza Socialista de Andalucía (1971: primer andalucismo tras Blas Infante, fusilado en 1936) y Partido Andalucista (1976-2015).

Para la España Unida Podemos, nada comprometida con el soberanismo catalán, caben varias lecturas o lecciones del tren Sevilla Barcelona:

Primero, y para quien desprecia lo de Cataluña porque es muy de derechas:

—Es evidente el peso de la derecha para la construcción de la conciencia andaluza o andalucista: Clavero Arévalo, por no hablar de fiestas o tradiciones tenidas por muy andaluzas dictadas por el señorito de la parroquia o del cortijo.

Segundo, y para toda conciencia:

Cualquier andalucismo sería una forma de nacionalismo que coincidiría o simpatizaría con otros nacionalismos periféricos. La patria andaluza forma un paquete con la patria española, más bien al frente y con orgullo español sin ningún afán de realización independiente al margen de Madrid.

La Andalucía sensata tendría que reconocerlo, y, ante la marea catalana, echarse a un lado y no estorbar.


Documentos.

Orgullo en andaluz, Andrea Oliver Sanjusto, Portal de Andalucía, 20/06/21

Claves para entender la economía andaluza, Manuel Delgado Cabeza, Portal de Andalucía, 13/06/21

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