Le mieux est l’ennemi du bien (lo mejor es enemigo de lo bueno) es frase de Voltaire, base de un falso dilema o trampa lógica que se conoce como Falacia del Nirvana, modo que no debe utilizarse por cuanto mueve a la inacción y justifica lo que hay (es, por tanto, un razonamiento reaccionario).
Sostiene Banksy que “nadie más peligroso que quien pretende un mundo mejor”. Lo que lleva a “nada más peligroso que creer que lo que es ha sido siempre y será”; ejemplos: España, democracia o el propio Banksy.
Banksy, porque su trayectoria habla de una incredulidad prospectiva: biografía, formato, obra reconocible nos dan cuenta de una personalidad que pretende un mundo mejor.
España, porque “pretende ser lo mejor”, incluso para quien, como Cataluña, quizás no quisiera ser España. *España: ayer Castilla, después de la Casa de Austria, después de Borbón de Francia, y ahora de la democracia. España siempre a la moda de las historias que son la Historia.
De la democracia no hay que decir más, sino que le cuadra el baño de humildad que preconiza Banksy: No hay nadie más peligroso que alguien que pretenda un mundo mejor. Donde la traducción de Banksy pone nadie, pongan democracia, sistema que lleva siglos maquillando su historia y fantaseando con su presente. Quien lo dude pregúntele a pueblos o países que han padecido persecución por no haber sido del bando o del gusto de los demócratas, o, aquí en España, a catalanes de «otra Cataluña es posible», a ver qué les cuentan de la democracia española.
Al lado de eso, la insolencia o el atrevimiento de una persona sola, como Daniel Lebrato o como el mismo Banksy, no deja de ser lo de menos.
/ a Juan Lebrato /