Cataluña vista desde España
1º) disparidad informativa
Antes que nada, póngase en situaciones que en la historia han sido y multiplique sus fuentes de información. Seguro que los periódicos franceses contaron nuestra Guerra de Independencia (1808-14) como otra guerra distinta. No solo la historia la escriben los vencedores, también la prensa.
2º) disparidad de fuerzas
Sea cual sea el grado –condenable– de violencia y actos de sabotaje en Cataluña, el origen de la violencia radica en la disparidad de fuerzas. Todo Estado tiene leyes, jueces y fuerzas armadas que una región insumisa no tiene.
3º) toma de postura
Con la democracia en la mano, Cataluña alza un argumento imbatible: Cataluña solo quiere votar. Es ahí donde usted, el aragonés o la andaluza, se involucra. Como le han dicho que Cataluña es España y, España, todas las regiones, usted argumenta: –Pero que votemos todos -dice usted, que, sin embargo, no exige referendo ninguno. Ahora imagínese que la ciudadanía francesa o inglesa o española hubiesen sido consultadas en su día respecto de la independencia de España, de EEUU o de Cuba. En los tiempos que corren no hay más solución que las urnas.
4º) lógica del respaldo popular
Insistentemente se oye que el independentismo, como mucho, está al cincuenta por ciento y no representa la voluntad de la mayoría del censo catalán. De acuerdo. ¿A qué temer entonces? El independentismo sería el primer convocante de referéndum para perderlo. Otra lógica, que es, al fin, la misma: ¿Quién le ha dicho a España que usted o yo queremos ser españoles de este mundo?