En repuesta a Alan Gat Peguero, a quien agradezco su comentario a Ventajas de no ir a votar, debo aclarar que el artículo está escrito desde el convencimiento de que la democracia, que un tiempo pareció la solución, ha pasado a ser el problema (como se ve en Cataluña o en Venezuela). El otro es el Estado del Bienestar, falacia de origen en capitalismos nórdicos que aquí en España (al carecer España de las plusvalías por balanza de pagos que gozaban y gozan aquellos países) no tiene otra lectura que como lucha de clases: ¿quién da lo que la gente pide en nombre de la democracia, del bienestar y de los derechos humanos? Sin tocar las rentas más altas (la fiscalidad inversa cien por cien sería revolucionaria y ningún partido de los que nos piden el voto está por la revolución), financiar las rentas más bajas queda en demagogia colectiva o en voluntad individual. Meta usted un refugiado en su casa, adopte una niña mutilada de guerra, beque estudios de conservatorio de su vecino, nada se lo impide, pero no quiera que yo, a través de impuestos y mi declaración de hacienda, financie lo que usted quiere financiar y que, de paso, sostiene Ejército, Casa Real y clase política, todo de lo que me declaro absoluto objetor de conciencia.
El Estado del Bienestar tiene que ser destruido para que la gente asuma su condición de rico o pobre y para que, como en los bares, cada quien pague sus propias copas, no quieran que las pague yo con el entripe de que la vida ajena es también mi vida. Y un jamón. Mi boicot a las urnas, si es individual, no servirá de nada, es verdad, pero si organizaciones capaces e inteligencias comunes extendieran la consigna, el resultado sería, sin duda, un redoble de conciencias. He ahí la verdadera cuestión.
Por cierto, quien ejerza la democracia que se la pague también de su bolsillo y más tratándose de unas elecciones extraordinarias que no figuraban en los Presupuestos del Estado. Anímense, demócratas, y pasen por caja. No llega a 8 euros por votante.
O adormidera democrática de la bella durmiente o que despierte el leñador de la lucha de clases. Alguien, no [eLTeNDeDeRo], tenía que decirlo.