Cuando el Procés saltó a primera plana de las noticias, mis amistades salieron al quite, dicho en taurino, para salvar a España de la cornada independentista. Doce años y medio después, vista la obstinación de un pueblo que no renuncia al derecho a decidir en referéndum y vista la irresistible ascensión de la ultraderecha, mis amistades tienen ocasión de restituirse a mejor lógica y a más claro juicio.
Hemeroteca:
1.
El Estatuto de Autonomía de Cataluña se aprobó en referéndum el 18 de junio de 2006. Catorce artículos de ese Estatut fueron anulados por el Tribunal Constitucional el 28 de junio de 2010: “En sentido específico la Constitución no conoce otra [nación] que la Nación española”.
2.
Aquel constitucionalazo dio alas al Procés, deriva unilateral que culminó en el referéndum de 1 de octubre del 17 y en la proclamación de la República Catalana el 27 de octubre, Proceso invalidado por el TC cuatro días después. La opinión exigía para Cataluña, en vez de democracia, como en el resto de España, unanimicracia.
3.
Desde junio de 2006, partidos Psoe, Izquierda Unida y, luego, Podemos, llevan doce años y medio pontificando en redes, conversaciones, tertulias o artículos de opinión contra el Procés con argumentos tres: (1) lo que Cataluña debe a España (vulgo: contra quien se va sin pagar en los bares), (2) contra lo que es de derechas (para que la izquierda siga siendo yo) y (3) por lo que realmente importa a la gente: (3a) combatir la corrupción (de esos Pujol como si en España no hubiese Pujoles) y (3b) recomponer el Estado del Bienestar desmantelado por el PP: sermón de Pedro y Pablo (Sánchez Iglesias) por los Presupuestos. Con lo que les gusta echar la culpa de todo al PP.
4.
Pero he aquí que, en vez de resurgir la izquierda como respuesta alternativa, lo que se está viendo conduce hacia Vox. Tanta llamada a la gente peor tratada (lo que merece el nombre de populismo; antes, demagogia) no ha borrado de la Historia de España la infalible secuencia:
5.
El franquismo creó la Ucd y el PP y el Psoe. El Pce creó IU. El bipartidismo crió Podemos. El Procés sumó Psoe Podemos IU a la Constitución. Del constitucionalismo salió Ciudadanos y, de Ciudadanos, Vox. Conclusión: tan de derechas no sería el Procés cuando su antídoto es más derecha aún.
6.
Hagan autocrítica. Resulta más leve que hacer un ridículo histórico y, encima, un ridículo con citas, notas, fuentes y bibliografía. Lo dijo Kierkegaard de las pamplinas catedraticias. Háganse caso. Rectificar es de sabios.