cañas y cañas.

bastón de caña

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CAÑAS & CAÑAS

El latín canna, del griego kánna, caña, junco, flauta pastoril, barca de cañas o de juncos y utensilio no bien conocido, es palabra madre de familia numerosa en español, origen de caña, cañada, cañaílla, cañar, cañavera, cañaveral, cañizar o cañizal, caño y sus derivados de fontanería, cañón y los suyos de artillería. Con sonido de ene simple, [cana] (nada que ver con cano,a que es color blanco), da canal, canela, canuto y, lo más divertido, canon, por asociación de la vara de caña con la vara de medir, con los significados de regla o precepto, catálogo o lista, modelo perfecto, regla de las proporciones, cantidad periódica que hay que pagar, cuerpo de letra de 24 puntos o, en música, composición que va añadiendo voces, repitiendo o imitando cada una el canto de la precedente. Derivadas de canon son canónico, canónigo, canonjía y canonizar. O sea, partiendo de la humilde caña del campo hemos llegado a los altares de las bellas artes y de la religión tenida por verdadera, pasando por la caña de vidrio o vaso cilíndrico y ligeramente cónico que se usa para beber vino o cerveza, continente y contenido, de manera que en los bares se pueden contar las rondas por tres, cuatro o hasta la media docena de cañas de manzanilla, como las que se echaba, por no negar su tierra de Sevilla, don Manuel Machado. De tan amplia descendencia como deja caña, la peor es encañonar y, la más sonora y literaria, cañavera o cañaveral.

 

Visto lo que tiene caña con vara de medir, no es de extrañar que una caña se presente como la caña vera, la medida de verdad, la fiable en los tratos. Quizá por eso, los príncipes gitanos, gente metida en ferias y en jerarquías, adoran las varas de caña (las que se me han extraviado en un descuido, estoy seguro que han ido a parar a sus manos, sé que harán buen uso de ellas). Pero he aquí que el Etimológico de Corominas y Pascual da cañavera por variación de caña avena a través del portugués canavea, canavé, siendo avena mala hierba o mala caña en comparación con la caña de trigo, el cereal del pan. Final. Las cañas que no sirven para la comida, la bebida o la medida, sirven como bambú rígido y resistente como bastón de paseo o como bastón de andar, además del orgulloso bastón de mando y de la humillante vara de castigo. En poesía, nos quedamos con esta soleá de tres versos recogida por Fernández Bañuls y Pérez Orozco en La poesía flamenca, lírica en andaluz (1983):

En las cañitas verales
los pájaros son clarines
al divino sol que sale.

A mí, lo del divino sol me suena algo cursi tratándose de una imagen taurina donde valiente sol, o similares, daría más llana idea (y más laica) de la bravura del toro. Ya se sabe que todo en esta vida, también la poesía popular y este artículo, es discutible o mejorable.

La caña de paseo (medidas: del suelo a la palma de la mano) se vende en tiendas de sombrerería y complementos por menos de 10 euros. Hay que hacer que en la misma tienda la caña la corten a medida y, si en la tienda no, en una zapatería, hay que ponerle un fino taco de goma o cuero para apoyarla sin ruido. Es aconsejable un cinto o lazo de mano para llevarla en bandolera cuando vamos andando y para que no se nos caiga continuamente. Con ese invento, mis cañas montan conmigo en bici que da gusto.

Daniel Lebrato en bicicleta
la caña (negra) va ajustada a la barra de la bici, detrás el bolso serón

Otro día hablamos de la España cañí que no tendrá nada que ver pero se parece un taco.


–venta de cañas bambú: Sombreros Antonio García, Alcaicería, 25, La Alfalfa, Sevilla

–enlace al Retrato de Manuel Machado

–enlace a Copas y cañas (sobre los vasos)

–enlace a Autorretratos con bastón de caña

bastón de caña 2

/ a Antonio Narbona /

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