La democracia consiste en aceptar un resultado electoral, aunque sea adverso; la izquierda, en voluntad de cambio para imponer un resultado. Mientras la democracia es una regla de juego, la izquierda ‑antes o después‑ quiere cambiar de juego.
Solución personal: sean, de verdad, demócratas y dejen de ser, de mentira (parlamentaria), de izquierdas. O sean, de verdad (revolucionaria), de izquierdas y dejen de ser, de mentira, demócratas. O, mejor aún, no sean ni demócratas ni de izquierdas. En la actual jungla de las ideas, les irá de maravilla.
Cuando se regenere o regeneremos el concepto de “el gobierno de la mayoría” (junto al “respeto a las minorías” : base y origen de la democracia), cambiará la izquierda. O puede que la izquierda ni siquiera haga falta.
[eLTeNDeDeRo]